En un comunicado enviado hoy a la Comisión del Mercado de Valores lusa (CMVM), el banco detalló los primeros resultados que presenta desde que el Caixabank se hizo con el control en febrero a través de una opa, que dejó el 84,5 % del capital en sus manos.

El BPI explicó que sus resultados se vieron penalizados por la venta de una participación del 2 % del capital del Banco de Fomento de Angola (BFA), con la que cedió el control de la entidad a la multimillonaria angoleña Isabel Dos Santos para evitar sanciones de Bruselas.

Esta operación en el BFA, donde el banco luso tiene ahora una participación del 48,1 %, obligó al banco a registrar en su cuenta de resultados las pérdidas derivadas de la depreciación del kwanza, la moneda de Angola.

En total, la venta tuvo un impacto negativo de 212,3 millones en las cuentas del BPI.

Sin este factor extraordinario, el banco liderado por el español Pablo Forero -a falta de la autorización del regulador luso- habría tenido unos beneficios de 90 millones de euros.

Poco más de la mitad de ese valor fue generado por la actividad internacional (46,2 millones de euros), con el grueso de ese montante procedente del angoleño BFA, mientras que los 43,8 millones restantes son del negocio en Portugal.

El impacto del BFA dejó el producto bancario -equivalente a los ingresos de la entidad- en valores negativos, en 0,5 millones de euros, mientras que el margen financiero -diferencia entre los intereses cobrados en créditos y los pagados de los depósitos- cayó un 40 %, hasta 101,2 millones.

Los costes de personal se redujeron el 18 %, hasta los 77,9 millones de euros, y la plantilla al cierre de marzo contaba con un total de 5.463 trabajadores.

En cuanto a la solvencia del banco, el "Core Tier 1 fully implemented" cayó hasta el 10,8 %, aunque sigue por encima del mínimo exigido, y la proporción de crédito en riesgo sobre el total concedido del banco se redujo del 4,7 % al 3,8 %.

La asamblea de accionistas del banco eligió hoy con el 99,77 % de los votos a la nueva administración, liderada por Pablo Forero como consejero delegado en sustitución del portugués Fernando Ulrich, que pasa a presidir el consejo de administración.