El canciller alemán Olaf Scholz.

El canciller alemán Olaf Scholz. Reuters.

Macroeconomía

La "dramática" marcha de la economía alemana amenaza con un efecto contagio al resto de países de Europa

Según el Gobierno germano, el país crecerá sólo un 0,2%. Sin embargo, los centros de estudio pronostican que cerrará el curso en recesión. 

18 febrero, 2024 02:22

El parón de la economía de Alemania, la más grande de Europa y tercera del mundo, continúa en 2024. Los efectos de la recesión germana se hacen notar en el resto de países de Europa y ya amenazan con un efecto contagio en la eurozona. 

El Gobierno alemán había presentado un ambicioso programa basado en "un milagro económico verde", pero ahora es el propio Ejecutivo germano al que le toca poner cara de circunstancia.

Mucho tienen que cambiar las cosas para que Alemania vuelva a las tasas de crecimiento económico propias de los años 50 y 60, cuando vivía un rendimiento espectacular. Entonces se hablaba de Wirtschaftswunder (milagro económico).

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El socialdemócrata Scholz, al frente de un Ejecutivo en el que su partido se ha aliado con ecologistas y liberales, prometió que algo así iba a producirse gracias a la apuesta de su país por las energías renovables. Scholz llegó a ver en Alemania aquel "milagro económico verde".

Así las cosas, en 2022 las renovables representaban un 44% del mix energético teutón, según datos del portal de estadística Statista. Para 2030, según los objetivos que se ha marcado el Gobierno, el porcentaje debe llegar al 80%. 

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Pese a ello, está por ver si objetivos tan ambiciosos como esos se pueden cumplir ahora que, según el ministro de Economía, Robert Habeck, la evolución económica del país es "dramáticamente mala".

Esas fueron las palabras que utilizó Habeck cuando presentó en Leipzig las previsiones económicas del Gobierno para 2024. En dicha presentación, Habeck asumía que el PIB del país no crecería este año tal y como se había calculado anteriormente.

En principio, Alemania iba a crecer un 1,3%. Sin embargo, ahora la cifra se ha rebajado al 0,2%, un porcentaje que no está lejos de la recesión. Cabe recordar que, el año pasado, el PIB alemán ya se contrajo un 0,3%.

A Habeck le toca apretar los dientes. El fue quien prometió -antes de ser ministro-  "reconstruir un país rico". Su discurso, con el tiempo, ha cambiado. Hace un año aseguraba que si Alemania tuviera acciones en bolsa las compraría. Ahora, habla de la "dramática" marcha de la economía. 

"Demasiado optimista"

Los datos que presentaba Habeck en Leipzig no aseguran que Alemania no vaya a sufrir otra contracción de su PIB.

Es más, centros como el Instituto para la Macroeconomía y la Investigación de la Coyuntura Económica (IMK, por sus siglas alemanas) o el Instituto para la Economía Alemana (IW) prevén que 2024 será otro año de recesión.

En el IMK, una organización de inspiración socialdemócrata y cercana al mundo sindical, creen que el PIB alemán podría caer un 0,3 este año. El IW, de sensibilidad más liberal, ha llevado a pronosticar una contracción de la economía alemana del 0,5%.

El Instituto Ifo, centro de estudios económicos con sede en Múnich, tampoco descarta la recesión para este año. 

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"El Gobierno era demasiado optimista con su pronóstico de crecimiento del 1,3%. Ahora, han corregido siguiendo la línea de los pronósticos que hacen los principales centros de estudios", dice a EL ESPAÑOL-Invertia Hubertus Bardt, investigador del IW.

Bardt reconoce que su organización figura entre las "más pesimistas", pero eso no quita que el 0,2% que ahora maneja el Gobierno no se identifique con un estancamiento económico. "Al término del 2024 el rendimiento de la economía alemana no será mucho mejor del que marcaba en 2019", señala. 

El canciller alemán, Olaf Scholz, durante un acto con la industria de defensa.

El canciller alemán, Olaf Scholz, durante un acto con la industria de defensa. Reuters

De hecho, varios analistas cómo Bardt avisaron hace tiempo. Son muchos los indicadores de la economía alemana que han hecho sonar las alarmas.

La producción industrial, por ejemplo, transitó a la baja durante los últimos siete meses de 2023, según datos de la Oficina Federal de Estadística (Destatis).

Además, el inicio de 2024 sigue marcado por la inestabilidad geopolítica, especialmente en Oriente Próximo.

Para Alemania, un país cuya economía depende mucho de las exportaciones y la buena marcha del comercio internacional, son malas las noticias sobre las dificultades del transporte marítimo de mercancías en el mar Rojo causadas por terrorismo hutí.

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No en vano, el Gobierno alemán mandaba a principios de este mes a la fragata Hessen con destino al mar Mediterráneo para participar en la misión internacional para proteger los barcos comerciales de los ataques hutíes.

"Lo realmente malo para Alemania es que en la economía a nivel mundial el crecimiento es escaso. Esto afecta a las exportaciones alemanas. Además, hay incertidumbre sobre el comportamiento de los consumidores alemanes, debido a la inflación y a las noticias recurrentes de despidos", prosigue Bardt.

"Y luego está la cuestión de los costes, ya que en los últimos dos años sufrimos un shock energético", argumenta el analista

Además, a estas complicaciones económicas hay que sumarle los males estructurales de la economía alemana. "Alemania ha dejado de ser un país atractivo para invertir. Los costes son muy elevados y la productividad, en los últimos años, no ha crecido tanto como los salarios", señala. 

Un "lastre"

Alemania, país que se define como la locomotora del crecimiento europeo, está ahora lastrando al resto. "Que Alemania vaya mal tiene impacto en otros países. Austria y otros socios centroeuropeos son proveedores de industrias clave. La mala marcha de la economía alemana está lastrando al resto", incide. 

De no recuperar su buen rendimiento, se especula con escenarios en los que hasta 300.000 en toda Europa podrían perder su puesto de trabajo. 

El canciller alemán Olaf Scholz.

El canciller alemán Olaf Scholz. Reuters.

La consultora estratégica Roland Berger cifraba el pasado otoño en esa cifra los puestos de trabajo en peligro. Del total, 250.000 empleos se destruirían en Alemania. 

En este sentido, cabe recordar que el número de desempleados en el país ha crecido en los últimos años. En 2023, el nivel de desempleo alcanzó los 2,61 millones de parados. En enero de este año ya se han contabilizado 2,81 millones.

Pese a ello, las cifras aún están lejos de los peores momentos de la economía germana. En 2005, año en que Angela Merkel se hizo canciller, había 4,86 millones de parados en suelo germano.

Una de las características de la economía alemana de los últimos tiempos -marca de la casa- ha sido su capacidad de mantener los niveles de desempleo estables. Pero incluso esto podría dejar de verse de ahora en adelante.

"Ya no se ve estabilidad en el mercado de trabajo. No creo que veamos otro aumento en los niveles de ocupación", pronostica Michael Hühter, director del IW.