El ministro de Finanzas, Christina Lindner, ha desconcertado a sus socios del Ecofin con sus constantes cambios de postura

El ministro de Finanzas, Christina Lindner, ha desconcertado a sus socios del Ecofin con sus constantes cambios de postura Unión Europea

Macroeconomía

El Ecofin respalda relajar las reglas de disciplina fiscal de la UE pese a los bandazos de Alemania

El ministro de Finanzas, Christian Lindner, amenazó en el último minuto con vetar las conclusiones pero ha acabado apoyándolas.

14 marzo, 2023 14:44
Bruselas

El Ecofin respalda relajar las reglas de disciplina fiscal de la Unión Europea pese a los bandazos de última hora de Alemania. Los ministros de Economía de los Veintisiete han alcanzado este martes un acuerdo unánime sobre las líneas generales de la reforma del Pacto de Estabilidad, que consisten en dar más flexibilidad y más tiempo a los Gobiernos para poner sus cuentas en orden tras el tsumani de la pandemia y la guerra de Ucrania.

El texto de conclusiones ya se había cerrado a nivel técnico la semana pasada con la plena aquiescencia de Berlín. Pero el ministro de Finanzas alemán, el liberal Christian Lindner, ha sorprendido este martes con la amenaza de vetar el acuerdo en el Ecofin. Una maniobra que el resto de socios han criticado como una escenificación de Lindner para "consumo interno alemán", para proteger su imagen de duro en materia de disciplina fiscal.

Al final, la sangre no ha llegado al río: Alemania ha respaldado el acuerdo del Ecofin tras forzar un pequeño cambio de redacción en el último párrafo del texto. "Hemos pedido a la Comisión que continúe dialogando con los Estados miembros antes de publicar una propuesta legislativa para la revisión del marco de gobernanza económica. Eso significa que no habrá carta blanca sino que se necesita más discusión técnica y en profundidad sobre las cuestiones pendientes", se ha justificado.

[Alemania capitula y acepta relajar las reglas de déficit y deuda de la Unión Europea]

"Hemos trabajado mucho para llegar a estas conclusiones, tanto en los últimos meses como en la reunión de hoy, en la que hemos resuelto los últimos temas pendientes", ha dicho la ministra de Finanzas sueca, Elisabeth Svantesson, que ha dirigido la negociación porque su país ocupa la presidencia de turno de la UE.

A Lindner le ha enfadado en particular el anuncio del comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, de que no tiene previsto lanzar este año procedimientos sancionadores contra los países que superen el umbral del 3% de déficit, sino que los retrasa a 2024. Alemania reclama además que las futuras reglas de disciplina fiscal incluyan un objetivo numérico común de reducción de la deuda, algo que no aceptan la mayoría de socios.

El acuerdo del Ecofin despeja el camino para que la Comisión de Ursula von der Leyen presente las propuestas legislativas para reformar el Pacto de Estabilidad a principios de abril. Gentiloni asegura que el pacto supone una "fuerte contribución para reforzar la confianza y la estabilidad" en el actual contexto de "volatilidad" e "incertidumbre".

La vicepresidenta primera y responsable de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha eludido comentar los cambios de posición de Alemania y se ha limitado a señalar que mantiene un "diálogo fluido y constructivo" con Lindner. Calviño ha anunciado que la reforma del Pacto de Estabilidad será uno de los "expedientes prioritarios" de la presidencia española durante la segunda mitad del año, con el objetivo de aprobarla antes de que acabe 2023.

La vicepresidenta Nadia Calviño saluda al vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, durante la reunión de este martes en Bruselas

La vicepresidenta Nadia Calviño saluda al vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, durante la reunión de este martes en Bruselas Unión Europea

Las conclusiones del Ecofin respaldan en líneas generales las propuestas de la Comisión de Ursula von der Leyen. Un plan que consiste en cambiar los objetivos de reducción de déficit y deuda iguales para todos por planes de ajuste plurianuales a medida de cada Estado miembro negociados de forma bilateral entre Bruselas y las capitales, siguiendo el modelo de los fondos Next Generation

Los plazos para poner las cuentas en orden podrán ampliarse si el Gobierno en cuestión ejecuta reformas o inversiones de interés europeo, por ejemplo en defensa o en la doble transición digital y verde. El texto no concreta los tiempos, aunque la propuesta original de Bruselas hablaba de planes de cuatro años ampliables a siete.

Todos los planes podrán revisarse cuando llegue al poder un nuevo Gobierno para tener en cuenta el "proceso democrático" y actualizarse "en circunstancias objetivas". Eso sí, siempre manteniendo "la ambición del ajuste presupuestario".

A cambio de esta mayor flexibilidad, la UE introducirá multas adicionales de importe más reducido para poder activarlas de forma temprana cuando un Estado miembro se desvíe de su techo de gasto. Las reglas vigentes prevén para los incumplidores una sanción equivalente al 0,2% del PIB (2.400 millones de euros en el caso de España). Un castigo que nunca ha llegado a aplicarse porque se percibe como "la opción nuclear".

La reforma no tocará los límites de un 3% para el déficit y un 60% para la deuda pública que fija el Tratado.