Bruselas

Al final se evitó el drama. La sangre no ha llegado al río. En la videocumbre de la UE celebrada este jueves no ha habido rifirrafes tóxicos ni cruces de acusaciones entre los líderes europeos a cuenta del veto de Polonia y Hungría al fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros. Eso sí, Varsovia y Budapest se enrocan en el no: rechazan el nuevo mecanismo de condicionalidad en materia de Estado de derecho, que permitirá congelar las ayudas europeas a los países que atenten contra la independencia judicial, la libertad de prensa o la actividad de las ONG.

El bloqueo amenaza con retrasar la llegada de las subvenciones de la UE que España necesita con urgencia para amortiguar la crisis del coronavirus. El Gobierno de Pedro Sánchez espera recibir 140.000 millones de euros y ya ha incluido 27.000 millones en los presupuestos de 2021, sin garantías de que el dinero fluya a tiempo.

Los líderes europeos han encargado a Angela Merkel, que ocupa la presidencia de turno de la UE, que busque una solución al veto de Polonia y Hungría durante las próximas semanas. La canciller alemana ha asegurado que no tiene ninguna intención de recurrir a "amenazas" y que su obligación es "encontrar una forma de avanzar". "No es un problema fácil, es un problema muy grave, pero trabajaremos seriamente en él", ha dicho al término de la reunión.

"Continuaremos las discusiones para encontrar una solución aceptable para todos", ha anunciado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que tampoco ha querido dar más detalles. "La magia de la UE consiste en lograr soluciones incluso cuando parece que es imposible. Nadie subestima la dificultad de la situación, pero tenemos la voluntad de trabajar muy intensamente en los próximos días para intentar resolver estas dificultades", ha asegurado.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante la videocumbre de este jueves UE

¿Cómo valora la actuación de Polonia y Hungría? ¿Se siente traicionado o chantajeado? "No es mi intención decir nada que empeore la situación", ha contestado el presidente del Consejo Europeo tras unos segundos de vacilación. Tanto él como la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, han dado a entender que no están dispuestos a reabrir los acuerdos sobre el fondo de reconstrucción y el nuevo mecanismo de condicionalidad. De momento no se convoca ninguna reunión extraordinaria. La próxima cumbre regular está programada para el 10 de diciembre.

Rebajar la tensión

Durante las horas previas a la videocumbre, Michel se puso en contacto con todas las delegaciones con el fin de "garantizar que la discusión se mantendría bajo control", según explican fuentes diplomáticas. Se trataba de evitar que la tensión se volviera a disparar, como ocurrió en la reunión de ministros de Asuntos Europeos del martes, y empeorara la situación. Una videoconferencia "no es el formato apropiado para discutir un asunto tan complicado".

Al final, la discusión presupuestaria en la videocumbre ha durado poco más de 15 minutos. Tras una introducción de Michel, la primera en tomar la palabra ha sido precisamente Merkel. A continuación han intervenido los responsables del veto: el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y su homólogo polaco, Mateusz Morawiecki. El último en hablar ha sido el esloveno Janez Jansa, que aunque de momento no se ha sumado al bloqueo simpatiza con las tesis de Budapest y Varsovia. 

El esloveno Janez Jansa, que se ha unido a Polonia y Hungría, durante la videocumbre de este jueves UE

Polonia y Hungría exigen que las ayudas europeas contra la pandemia no se condicionen al respeto del Estado de derecho. Alegan que esto es un mecanismo de persecución ideológica. Los dos países están sujetos a un expediente sancionador de la UE por poner en riesgo la independencia judicial, la libertad de prensa y el trabajo de las ONG y alegan que esta condicionalidad se dirige específicamente contra ellos. 

Ni el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ni ningún otro líder europeo ha intervenido después ni para criticarles ni para pedirles que reconsideren su decisión. "No subestimamos la gravedad de la situación y creemos que necesitamos ratificar el acuerdo de julio (sobre el fondo anti-Covid y el presupuesto plurianual de la UE) lo antes posible. Pero se necesita un compromiso para ponerlo en marcha", alegan las fuentes consultadas.

No hay plan B

En una intervención posterior sobre la crisis de la Covid-19, que era el objeto central de la videocumbre, Sánchez ha hecho un "llamamiento para que (el fondo de reconstrucción y el presupuesto plurianual) se aprueben lo antes posible y los fondos estén disponibles a principios de 2021 y hacer frente a las consecuencias socioeconómicas de la pandemia", según han informado fuentes de Moncloa.

Por su parte, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha explicado antes del inicio de la cumbre que España ha mantenido contactos durante las últimas horas tanto con Budapest como con Varsovia para tratar de convencerles de que levanten su veto. Su argumento ha sido que "estos mecanismos no van dirigidos a un país en particular, van dirigidos a proteger el Estado de derecho, que es uno de los pilares fundamentales de la UE".

Pedro Sánchez, durante la videocumbre de la UE de este jueves Borja Puig de la Bellacasa

En una entrevista con Invertia, el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, se ha mostrado convencido de que la "diplomacia política" podrá resolver el veto de Polonia y Hungría, dado que los dos países se encuentran entre los principales beneficiarios del fondo de reconstrucción y necesitan también las ayudas de la UE para hacer frente a la segunda ola de la Covid-19. Otras alternativas, como un nuevo plan sin Varsovia y Budapest, no funcionarían bien. "No hay plan B", sostiente Gentiloni.

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