El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una entrevista en La Sexta.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una entrevista en La Sexta.

Macroeconomía RECONSTRUCCIÓN

Sánchez confirma que subirá los impuestos "a los que más tienen: grandes empresas y patrimonios"

El presidente pone en duda la llegada del fondo europeo y utiliza la argumentación de Podemos sobre "justicia fiscal".

2 julio, 2020 17:25

Después de más de tres meses de epidemia, con decenas de miles de muertos por el coronavirus, cientos de miles de empleados menos cotizando a la Seguridad Social y unas expectativas económicas terribles para el segundo semestre del año, Pedro Sánchez sigue empeñado en mostrar una imagen de fortaleza para sacar adelante la legislatura de su Gobierno de coalición.

Lo cierto es que el presidente está en plena campaña. Y no sólo propia y para asegurarse su presencia en Monloa los cuatro años que en teoría le tocan: "Eso durará la legislatura, que es lo que necesitamos para recuperar la economía". También está de campaña electoral: hay comicios regionales el 12-J en País Vasco y Galicia: "Sería bueno un gobierno de izquierdas no nacionalista en el País Vasco", ha dicho desde los salones de Moncloa, arriesgando una nueva sanción de la Junta Electoral.

La primera entrevista televisiva que concedía Sánchez tras el estado de alarma se centró en presumir de éxitos y anunciar cómo piensa pagar todo lo que se le viene: con los fondos europeos y con más impuestos. "Es inevitable, tenemos que hacer una reforma fiscal... Hay que reactivar la economía, hay que crear empleo". En ese marco se encuadra el superviernes que ha convocado Moncloa con un Consejo extraordinario y la firma de un acuerdo por el empleo con los agentes sociales. 

Impuestos

Los Presupuestos serán la base de todo. Y esas cuentas públicas guardarán una sustancial subida de impuestos. "Las costuras fiscales han saltado", ha admitido Sánchez, cuyo plan en enero era "llegar al 0% de déficit al final de la legislatura y a una deuda menor al 95% del PIB". Ahora, empieza todo "desde cero"

Un día antes de fotografiarse en Moncloa con sindicatos y patronal, Sánchez esquivó decir si derogará la reforma laboral, alegando que su Gobierno "primará el diálogo social". Pero sí admitió que habrá "una reforma fiscal", basándola en que "España tiene siete puntos menos de ingresos fiscales sobre PIB que la media europea", un argumento lanzado por Unidas Podemos en sus campañas electorales, al que añadió el de "mayor justicia fiscal". También obra de los de Pablo Iglesias.

Es decir, ¿subirá impuestos? Sí, pero "a los que más tienen, las grandes corporaciones y grandes patrimonios, no a las pymes". ¿Y el "impuesto a los ricos" de Iglesias? La cuestión es que "eso no está en el acuerdo de Gobierno", dijo para despejar el tema: "Hay que ver si ese impuesto a las grandes fortunas es un fetiche, y preguntarse si es mejor fijarse en dónde están, dónde tributan y cómo hacemos tributar en España" a esos patrimonios más altos.

Es decir, que el presidente volvía vuelve a agitar la recuperación de Patrimonio o la subida de "los tipos efectivos de Sociedades de las grandes corporaciones, que son menores a los de las Pymes y los autónomos".

Pero, ¿le subirá el IRPF a las clases medias? "Lo más importante es que nadie se quede atrás". O sea, que ni sí ni no... en definitiva, lo que le descuadren los cambios entre lo previsto y lo que llegue de Europa.

¿Y habrá recortes? No al menos en el sector público. Es decir, Sanchez prometió que no se bajarán las pensiones, y que no se reducirán los sueldos de los empleados públicos, al menos, que "no entra en los planes".

Duda del dinero de la UE

Y así, en el día en que se conoció que éste ha sido el primer junio de la serie histórica con subida del desempleo -un paro que bajaba en este mes incluso en las anteriores crisis-, el jefe del Ejecutivo presumió de su escudo social: "Más de 500.000 operaciones del ICO, más de 3,5 millones de empleados protegidos y la aprobación histórica del Ingreso Mínimo Vital..."

La clave para sostener la carrera de gastos en las que se ha metido el Gobierno para sostener socioeconómicamente las consecuencias de la pandemia serán las ayudas europeas, que se sustancian (o no) en apenas dos semanas y, con ese dinero, armar unos Presupuestos para los que el presidente llama "a todos, incluido el PP"

Y antes de explicar cuánto y cómo será el dinero europeo, comenzó a gastárselo de palabra presumiendo del plan Calviño de recuperación económica, con "transformación ecológica, digital y fortalecedora" del Estado del bienestar. "Si se aprueba ese fondo europeo", dijo poniéndolo en duda por primera vez, "será tan histórico como la creación del euro".

El presidente ha confirmado que ha invitado a Giuseppe Conte, primer ministro italiano, el próximo día 8 de julio a comer en Madrid. Y que entre el 13 y el 15 de julio "podré almorzar con mi querido amigo Mark Rutte", el primer ministro holandés, "con quien no comparto la visión sobre el fondo europeo, es cierto, pero somos amigos".

El Consejo Europeo de los próximos 17 y 18 de julio decidirá si a España le llegan los 140.000 millones de euros que plantea la Comisión, de esos 750.000 millones que forman el paquete propuesto. Si durará dos, tres o cuatro años. Si de ellos habrá una mayoría de transferencias a fondo perdido o será menos. Y si, en todo caso, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 imponen condiciones más o menos duras al empleo de esas enormes cantidades de dinero.

Presupuestos

En tres meses, dijo Sánchez, "hemos movilizado 16.000 millones de euros para las CCAA a fondo perdido, y de ellos 9.000 irán para la sanidad pública y 5.000 para la educación". Pero tantos fondos, evidentemente, dependerán de que Europa dé luz verde a sus pretensiones... o de una serie de recortes en los próximos años, como ya ha anticipado la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y como él mismo ya ha advertido en otras ocasiones: "Esto no es sostenible ni a medio ni a largo palzo".

De todo eso dependerá, finalmente, si Sánchez tiene que mirar hacia su derecha o le valen sus socios de investidura. Tanto el Partido Popular como Esquerra están tensando la cuerda, con Ciudadanos en medio, dispuesto casi a lo que sea por alargar la vida del Gobierno y evitar una cita electoral anticipada que apuntille a los de Inés Arrimadas.

Pero Pablo Casado exige no sólo no subir impuestos, sino "bajarlos". Y Gabriel Rufián (o quizás habría que decir Oriol Junqueras), reclama su mesa de negociación y subir el gasto social financiándolo con un "impuesto a los ricos" y más presión fiscal a las empresas.

En ese aspecto, Sánchez no negó que ERC haya pedido que las cuentas públicas se negocien después de las elecciones catalanas, pero insistió en que hace falta "normalizar" el conflicto catalán. "La agenda del reencuentro que le propuse a Torra sigue en pie", dijo, sin entrar tampoco en detalles de cuándo convocará la mesa con la Generalitat, suspendida también por la pandemia.

Aunque las elecciones que tocan, las del 12-J suponen un desafío para el jefe del Gobierno: Sánchez no dijo "no" a una posible oferta de Bildu para hacer un tripartito con Podemos. "Pero eso lo debe decir Idoia Mendia", la candidata socialista. 

Pero si eso pasa, si el PSE se hace con la lehendakaritza vasca con el apoyo de Bildu, el presidente podría despedirse de cualquier apoyo del PNV en el Congreso. Ni Presupuestos ni nada. Y de paso, diría adiós también a cualquier opción con los populares e incluso con Ciudadanos. De ahí que asegurara que él no está "en la ecuación" del tripartito PSOE-Bildu-Podemos, sino en la de que Mendia gane "por sí misma".

"El PP, siempre enfrentado"

Entretanto, el tira y afloja con los populares consiste en decir que se le tiende la mano y, de camino, soltar alguna patada en la espinilla: "El PP se lo tiene que hacer ver", dijo el presidente, que volvió a acusar a los populares de querer derrocarlo "usando a los muertos y el estado de alarma". Según Sánchez, Casado tiene una estrategia de dígame dónde está el Gobierno y yo me pongo enfrente... a veces nos llama timoratos y otras, temerarios". Ésa fue su respuesta ante las críticas del Gobierno regional de Madrid por el "coladero" de Barajas.

Y es que "no hay riesgo cero, ni lo habrá sin vacuna o tratamiento", admitía el presidente, "pero nosotros lo que seguimos son las recomendaciones de la Unión Europea en lo tocante a las medidas de prevención", despejó. Y luego, presumió: "La epidemia está controlada y las capacidades de la sanidad son infinitamente más fuertes" ahora en comparación con febrero y marzo.

El presidente intentaba decir que de su boca "no ha salido un solo reproche", pero lo cierto es que sí. De hecho, no ha dejado de señalar a las CCAA gobernadas por el PP "con el apoyo de la ultraderecha" por el "desastre de las residencias de mayores". En ese sentido, propuso fortalecer los cuidados a la tercera edad, "aunque es demasiado costosa", y su plan pasa por un nuevo sistema de "atención domiciliaria, centros de día y asistencias personalizadas".

Otra de las críticas al Gobierno por parte del PP es la del presunto maquillaje de las cifras de fallecidos. "No, nosotros somos transparentes", espetó. Y volviendo a esconderse tras los científicos, adujo que "estamos aprendiendo y la OMS nos dice que sólo podremos saber cuántos son los muertos cuando haya pasado la pandemia y podamos hacer un estudio riguroso y sosegado". 

El presidente diferenció entre "fallecidos oficiales" y "el impacto de la pandemia", que sostiene que es lo que han medido el Instituto Nacional de Estadística y el Instituto Carlos III, organismos públicos que casi duplican la cifra de muertos por el Covid-19. "No hemos escondido ningún dato, pero habrá que esperar a ver cuáles son las cifras reales, aún estamos aprendiendo sobre pandemias", se excusó.

Pedro Sánchez ceró este bloque lanzando un mensaje triunfalista, y pidió "disfrutar de la cotidianidad, de las terrazas, salir a la calle sin temor", como si nos quisiera decir que nos lo hemos ganado. "Eso sí, con prudencia". 

"Sí, llegamos tarde" 

"Con los datos de hoy", Sánchez admite que "es evidente que llegamos tarde, pero España, Europa y todo el mundo". Con los datos de entonces, "llegamos cuando teníamos que llegar". Y es que el presidente ejerció a su manera de "capitán a posteriori" al dejar caer una cuestión: "En febrero, con las cifras de contagios y sin fallecidos, ¿hubieran aprobado ese estado de alarma? Lo dejo en el aire". 

De nuevo, como en cada ocasión que tiene un micrófono en la solapa, el jefe del Ejecutivo sacó pecho por los tres meses largos de confinamiento: "Debemos reivindicar lo logrado, a nivel de Gobierno y también individual", dijo Sánchez en la entrevista concedida a La Sexta: "Asumo los errores de mi equipo, pero insisto en que todo lo hemos hecho fundados en la ciencia".

La desescalada también ha sido en tiempo récord, dijo el presidente sonriendo, "sobrepasando incluso los resultados previstos". Y se sacó unas cuantas cifras de la chistera: "Hoy, hay menos de 10 ingresados en UCI, hay menos de 200 ingresados en planta, los datos nos dan mucho ánimo".

Según Sánchez, ya estamos en la nueva normalidad. "Sin bajar la guardia, porque el virus sigue ahí", pero con unas CCAA que "ya tienen los instrumentos y capacidades estratégicas para detectar precozmente cualquier rebrote".