Trabajo ha sacado a consulta pública un real decreto para integrar la perspectiva de género en la protección de la seguridad y la salud en el trabajo. Con él, el Gobierno quiere poner coto a las condiciones laborales a las que las empresas someten a las kellys.

El objetivo es hacer la modificaciones legislativas necesarias para evitar la "sobrecarga de trabajo en las actividades y puesta a punto de habitaciones" de establecimientos hoteleros. ¿En qué se traduce esto? Concretamente, en vetar y limitar lo que cobran por objetivos las kellys. Por ejemplo, por limpiar un número determinado de habitaciones en un plazo concreto.

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La norma pretende combatir "tiempos de trabajo muy exigentes, que se traducen en un esfuerzo físico y mental para las trabajadoras, merced a una evaluación de riesgos que no tiene en cuenta la carga de trabajo específica que conllevan las tareas que desarrollan", explican desde el departamento. 

Dentro de los aspectos que el Ejecutivo quiere vetar está la fijación de módulos salariales vinculados al trabajo a destajo, es decir, por habitación. Por ello, "la parte de la retribución en concepto de resultados no podrá superar el 20% de las percepciones salariales". 

Además, los "complementos salariales fijados en función de resultados, calidad o cantidad del trabajo no podrán tener como consecuencia, directa o indirecta, una penalización por razón de la edad o del deterioro físico que pudiera haberse derivado del desarrollo de la actividad desempeñada". 

El documento puesto en consulta pública por el Ministerio indica que el trabajo desempeñado para la limpieza y puesta a punto de habitaciones en establecimientos hoteleros "implica la exposición a un elevado número de riesgos laborales, especialmente de carácter físico, por la incidencia de patologías de carácter dorsolumbar y musculoesquelético". También "como consecuencia del estrés laboral motivado por los ritmos de trabajo, que a su vez inciden en un mayor impacto de los riesgos físicos". 

Atención domiciliaria

La perspectiva de género también se incluye en el campo de la atención domiciliaria, en el que también las mujeres son mayoría. 

Para empezar, si las personas dependientes para las que se trabaja "no consienten realizar modificaciones estructurales del domicilio necesarias para dotar de seguridad el trabajo, deberán tomarse medidas organizativas (jornada, por ejemplo o una dotación de mayor personal) y revisar periódicamente la efectividad de dichas medidas" precisan desde Trabajo. 

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Además, se creará "un procedimiento de detección de acoso y acoso sexual que incluirá un cuestionario que la persona trabajadora deberá cumplimentar cada trimestre, y en base al cual la empresa deberá activar las medidas necesarias para su protección, de detectarse indicios de acoso". 

Habrá vigilancia sobre el cumplimiento de estas condiciones. Desde Trabajo aseguran que la Inspección de Trabajo y de Seguridad Social planificará actuaciones en estas profesiones u otras con alta ocupación femenina