La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha enfriado la perspectiva de un nuevo recorte de tipos en la próxima reunión del 11 de septiembre y ha subrayado que el BCE está ahora en una "buena posición" para hacer frente a la incertidumbre arancelaria provocada por Donald Trump.
El Consejo de Gobierno ha decidido este jueves "por unanimidad" decretar una pausa tras ocho recortes del precio del dinero desde junio de 2024 y ha mantenido sin cambios en el 2% la tasa aplicable a la facilidad de depósito, que es la que guía ahora la orientación de la política monetaria.
Los mercados todavía esperan un último recorte del precio del dinero en septiembre, o como muy tarde antes de fin de año, pero Lagarde ha alejado esa posibilidad cada vez que se le ha preguntado.
"Estamos en una buena posición. Estamos bien preparados para afrontar aguas turbulentas y los riesgos que puedan surgir en los próximos meses. Y me refiero en particular, aunque no exclusivamente, a los riesgos relacionados con los aranceles", ha explicado la presidenta del BCE en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno.
En este sentido, Lagarde ha señalado que sus últimas proyecciones confirman que la inflación se estabilizará en el objetivo a medio plazo del 2%. "Los salarios avanzan en la dirección correcta y muestran la tendencia a la baja que esperábamos", ha destacado.
Al mismo tiempo, el crecimiento "se desarrolla de manera relativamente favorable", tras un primer trimestre en el que la eurozona sorprendió con un avance del 0,6%. Una expansión que no se explica únicamente por un adelanto de las operaciones por miedo a los aranceles de Trump, sino porque "también ha habido más consumo y más inversión".
"Hemos cerrado, básicamente, el ciclo desinflacionario contra el que hemos luchado durante los últimos meses y que nos ha llevado a pasar del 4% al 2%, con ocho recortes en apenas nueve meses. Ahora estamos en una buena posición para esperar y observar cómo evolucionan esos riesgos en los próximos meses", ha insistido Lagarde.
El principal factor de riesgo en este momento es "una posible intensificación de las tensiones comerciales globales y la incertidumbre asociada", si al final la Unión Europea no logra cerrar un trato arancelario con Donald Trump.
Al mismo tiempo, si se confirma el acuerdo comercial en el que trabajan Bruselas y Washington, que mantendría un arancel general del 15% contra los productos europeos, eso "podría mejorar la confianza y reactivar la actividad".
Otros factores que podrían apuntalar el crecimiento y harían innecesario un nuevo recorte de tipos son "un aumento del gasto en defensa e infraestructuras, junto con reformas que impulsen la productividad". "Una mejora de la confianza empresarial también estimularía la inversión privada", ha señalado.
La presidenta del BCE sostiene que "no es posible en las circunstancias actuales" anticipar los próximos movimientos en materia de tipos. El Consejo de Gobierno decidirá "reunión a reunión" en función de los últimos datos disponibles. "Pero, como he dicho, estamos en una buena posición para esperar y ver", ha concluido.
