Ciñéndose al guion previsto, el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves mantener sin cambios los tipos de interés a la espera de que se resuelva la guerra arancelaria desatada por Donald Trump contra la Unión Europea.
La institución dirigida por Christine Lagarde decreta así una pausa tras ocho recortes del precio del dinero desde junio de 2024 y deja en el 2% la tasa aplicable a la facilidad de depósito, que es la que guía ahora la orientación de la política monetaria.
El Consejo de Gobierno ha optado por guardar la pólvora al constatar que la economía de la eurozona resiste mejor de lo previsto a las turbulencias arancelarias de Trump, mientras que la inflación parece controlada en la meta del 2% fijada por el BCE.
En el comunicado hecho público al término de la reunión, el BCE subraya precisamente que "la inflación se sitúa actualmente en el objetivo del 2% a medio plazo" y que la información más reciente confirma que se mantendrá en ese punto de forma sostenible.
"Las presiones inflacionistas internas han continuado relajándose y los salarios están creciendo más lentamente", destaca el Consejo de Gobierno.
Gracias en parte a las anteriores bajadas de tipo, "la economía, en conjunto, ha demostrado hasta ahora capacidad de resistencia en un entorno internacional difícil". "Al mismo tiempo, el entorno continúa siendo excepcionalmente incierto, debido especialmente a las disputas comerciales", señala el comunicado.
Según las últimas informaciones, la UE y EEUU se acercan a un acuerdo comercial que mantendría un arancel general del 15% a los productos europeos. Si el pacto no se cierra antes del 1 de agosto, Trump ha amenazado con aumentar este recargo hasta el 30%.
El BCE sostiene que los aranceles de Trump empujan a la baja el crecimiento y también la inflación, siempre que la UE no adopte represalias. De ahí que la mayoría de los analistas esperen un último recorte de tipos en la próxima reunión del Consejo de Gobierno del 11 de septiembre.
No obstante, la institución dirigida por Lagarde "no se compromete de antemano con ninguna senda concreta de tipos". El BCE tomará sus decisiones basándose en los últimos datos disponibles y "reunión a reunión".
En poco más de un año, el BCE ha rebajado a la mitad el precio del dinero, desde un máximo del 4% (al que llegó para controlar la crisis inflacionista provocada por la guerra de Ucrania y al estallido del precio de la energía) hasta el actual 2%.
Con este doble movimiento de subida de tipos primero y bajada después, la institución dirigida por Christine Lagarde ha conseguido que la inflación se reduzca desde el récord histórico del 10,6% que se alcanzó en octubre de 2022 al 2% que se registró en julio de 2025, el último dato disponible.
Al mismo tiempo, el crecimiento de la eurozona se aceleró al 0,6% durante el primer trimestre de 2025, mientras que la tasa de paro se mantiene en mínimos históricos del 6,3%.
Al BCE le preocupa particularmente ahora la fortaleza del euro, que desde principios de año ha subido aproximadamente un 15% frente al dólar estadounidense, lo que aumenta los riesgos desinflacionarios.
Con la pausa de este jueves, el tipo de interés de la facilidad de depósito (es decir, lo que cobran las entidades por aparcar su dinero en Fráncfort) se mantiene en el 2%, su nivel más bajo desde diciembre de 2022.
La tasa aplicable a las operaciones principales de financiación se queda en el 2,15%, mientras que la facilidad marginal de crédito (lo que pagan los bancos por la financiación a un día) se deja también sin cambios en el 2,4%.
