El veto del Congreso al proyecto de ley de reducción de la jornada laboral supone un varapalo político para Yolanda Díaz. Con todo, el rechazo de los grupos a la norma no evita que gran parte de su contenido ya se esté planteando de facto en muchas negociaciones de convenios colectivos.
La presión sindical que se ha generado con esta norma y su impacto en los procesos que se están negociando se encuentran entre las grandes preocupaciones de los empresarios, tanto a título particular como en el caso de los convenios sectoriales.
Fuentes de varios despachos laborales aseguran que la reducción de jornada a 37,5 horas, el control horario o la desconexión digital ya forman parte de las reclamaciones de las plataformas sindicales para empezar a negociar cualquier convenio.
En ese proceso de negociación colectiva no influye tanto el rechazo del proyecto de ley en el Congreso como la posible segregación de la parte del registro horario. Se trata de algo que puede complicar la situación de algunas empresas.
Blanca Liñán, socia del área laboral de Ceca Magán, asegura que aunque no se haya aprobado la norma, "los sindicatos van a hacer presión y ruido en las mesas de negociación colectiva" para hacer valer de facto el recorte de jornada y el registro horario.
Liñán advierte de que, desde el punto de vista técnico, es complicado desgajar del anteproyecto de ley toda la parte de control horario para aprobar un decreto por "urgente necesidad".
Por otro lado, considera que no es del todo factible hacer un desarrollo reglamentario, porque la norma principal que se ha rechazado en Congreso "no llama a la elaboración de ningún reglamento de rango menor".
Resquicio legal
Con todo, en ese contexto, se podría aprovechar un resquicio legal e incluir por decreto la obligación de establecer un sistema digital de control de entrada y salida de los empleados, conectado con la Inspección de Trabajo en tiempo real.
Sin embargo, este real decreto no puede abordar un incremento de sanciones, que era una de las intenciones del departamento de Yolanda Díaz y que está descartada. Se trata de algo que sólo se puede hacer mediante una ley.
Si el control digital se aprueba, los sindicatos no van a perder la ocasión de que se incluya en los nuevos convenios colectivos, de forma que se pueda tener controlada la gestión de la jornada laboral de las empresas en todo momento desde la Administración.
En cualquier caso, la opción de aplicar los recortes de jornada y el resto de los planteamientos de la norma en la negociación colectiva es la que ha defendido la patronal en todo momento.
Sin embargo, si finalmente se trocea el contenido del proyecto de ley y se sacan decretos como el del registro de jornada digital, se darán más datos y poder en la negociación a los sindicatos.
Ese temor es el que se ha extendido entre algunas patronales muy afectadas por el recorte de jornada, como las de los sectores de la distribución y la construcción.
En cualquier caso, desde que se aprobó el anteproyecto en Consejo de Ministros, el pasado mes de mayo, las asociaciones empresariales han advertido del aumento de costes que supone (un 7% de media) la reducción de jornada. Un gasto que muchas pymes no tienen previsto.
Además, los empresarios han alertado de la limitación que supone el control horario digital para la capacidad productiva y organizativa de muchas compañías, tanto por la obligación de hacer más contratos para sacar el mismo trabajo, como por el aumento del coste de las horas extra al tener una jornada media más reducida.
Plazos
Según indican fuentes del Ministerio de Trabajo y Economía Social, el real decreto que obligará a aplicar un registro de jornada digital y telemático ya se está redactando.
A diferencia de otras medidas, el texto no pasará por el Diálogo Social. En Trabajo consideran que esta cuestión ya se trató lo suficiente con los sindicatos y con la patronal durante las negociaciones para la reducción de jornada.
El objetivo es que el susodicho real decreto esté aprobado antes de 2026. Y que, por tanto, el registro digital y telemático esté en vigor antes de que termine el año.
Dichas fuentes, por otro lado, indican que tratarán de llevar, de nuevo, un proyecto de ley para reducir la jornada a 37,5 horas semanales "de inmediato", aunque no concretan plazos.
Está claro que el texto será diferente, dado que ya no incluirá el registro de jornada digital. Sin embargo, desde Trabajo no concretan si habrá más cambios. Quién sabe si habrá modificaciones destinadas a tratar de cambiar los rechazos que la reducción de jornada concita en el Congreso, sobre todo por parte de Junts.
