Aceite de oliva de calidad en los supermercados.
Se acabó la tregua del aceite de oliva: los precios repuntan a niveles no vistos en 6 meses en medio de una fiebre de compras
El virgen extra vuelve a superar los 4 euros/kilo en origen ante el temor a que, tras las fuertes ventas, la campaña acabe con existencias "ajustadas".
Más información: El aceite de oliva busca un 'precio justo' que acabe con sus sobresaltos y al mismo tiempo no ahuyente al consumidor
Se acabó la tregua. El aceite de oliva deja atrás la bajada de precios que ha marcado buena parte de este año y que ha dado un respiro a las familias. Vuelve a repuntar: el virgen extra ya cuesta más de cuatro euros el kilo en origen, una barrera psicológica que no se superaba desde hace seis meses.
También están subiendo la variedad virgen y la lampante, que rondan los 3,5 euros el kilo en origen. Es un cambio de tendencia que se observa desde mediados de julio, cuando la variedad virgen extra, la de mayor valor, costaba 3,2 euros el kilo.
Desde ese momento hasta esta semana el acelerón de precios ha sido del 25%. No es una situación puntual, avisa el sector: el comportamiento del mercado y el momento del año en el que nos encontramos –a un mes de que arranque una nueva campaña– hacen prever que entramos en una nueva fase.
"Es la respuesta a la propia evolución del mercado", apunta Teresa Pérez, gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español. Se podría también resumir que se ha 'muerto de éxito' en cierta medida este año, el primero tras dos ejercicios de grave sequía en el que España volvió a producir más de 1,4 millones de toneladas de oro líquido.
El aceite prácticamente inundó el mercado a finales de febrero, al concluir la campaña, y los precios se desplomaron justo por su mayor disponibilidad. En cadena, la consecuencia inmediata fue que se dispararon las compras, más atractivas que nunca por su abaratamiento.
Desde que comenzó la última campaña, en octubre de 2024, hasta el final de julio se ha vendido un 37% más de aceite en términos interanuales, según datos de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac).
El mayor volumen corresponde al 'virgen extra', la categoría de precio superior. Su crecimiento ha sido del 50%.
La euforia ha sido total. Se ha vendido más de todas las variedades y más en todas partes. Pérez enfatiza dos cifras: en el mercado interno, las salidas han aumentado esta campaña un 33,6%; en exportaciones, por su parte, han escalado un 30%.
El efecto Trump
En este último dato mucho ha tenido que ver el comportamiento de Estados Unidos, un destino estrella del aceite de oliva español. En los primeros seis meses de este año el país ha importado 241.763 toneladas de aceites de oliva, un 23,12% más que en idéntico periodo del año anterior, y España ha exprimido al máximo esa fiebre de compras.
Se ha exportado hacia EEUU 87.273 toneladas de aceites de oliva entre enero y junio, o sea, un 24,19% más, con la particularidad de que el 60% de lo vendido ya salió envasado desde España –aportando con ello más valor– y lo restante a granel.
Sobrevuela en este comportamiento la guerra arancelaria. ¿Se ha hecho acopio de aceite en Estados Unidos antes de que llegaran los recargos? Pérez no lo descarta. "Hay operaciones que han podido anticiparse a la entrada en vigor de aranceles", reflexiona.
Vender más, un irónico problema
Sea como fuere, tras un acelerado volumen de compras dentro y fuera de España se ha llegado al final del verano casi con resaca. Se ha vendido a un ritmo tan fuerte que de pronto hay dudas de que quede suficiente aceite para aguantar hasta que lleguen nuevas existencias: la campaña arranca en octubre, pero el nuevo oro líquido no se hará presente de forma rotunda en los mercados hasta noviembre.
"Eso hace que se vaya a terminar la campaña de forma ajustada", comenta. Y llega la presión a los precios en origen: se busca aceite para asegurar el suministro hasta ese momento y, si hay más demanda, sube el precio.
Un olivo.
"Estamos viendo que no llegamos", agrega Francisco Elvira Arroyo, secretario de organización de COAG en el epicentro mundial del aceite de oliva: Jaén.
Insiste en que se ha puesto ya tanto en el mercado que no es desabellado pensar que al final el aceite de enlace –el sobrante de una campaña que sirve para abastecer la espera hasta que entra el nuevo aceite– será al final tan escaso como en un año de sequía.
Todo esto sin abrir el melón de todos los años: ¿cuánto aceite tendremos en la nueva campaña? Los aforos nacionales no se conocerán, como suele suceder, hasta octubre, porque primero habrá que ver si se producen las decisivas lluvias de septiembre, que sirven para engordar la aceituna.
Solo entonces podrá decirse si el repunte que ya registra el oro líquido continúa o no su escalada.