El balance optimista que Pedro Sánchez hizo este lunes sobre lo que llevamos de legislatura, se sustenta en dos variables clave: los datos de empleo y los fondos Next Generation.
Son los dos puntales de toda su gestión desde que llegara al poder allá por 2018, y sin los que sería imposible sustentar cualquier otra variable de su acción de Gobierno.
Pero desde que se inició esta legislatura allá por finales de 2023 hasta ahora, en el que el desgaste político es evidente, hay algo que ha cambiado.
¿El qué? Pues que en plena campaña electoral en julio de 2023, el presidente y su entonces ministra de Economía, Nadia Calviño, prometían el “pleno empleo efectivo” en nuestro país antes de 2027.
Sin embargo, en el balance de ayer esa promesa se transformó en conseguir al término de la legislatura una tasa de paro "de un dígito, no de dos".
No hubo ni rastro de la promesa del pleno empleo lanzada en la última campaña electoral ni en el último discurso de investidura ante las Cortes.
En aquel entonces decía que iba a trabajar para conseguir "Una ambición siempre soñada y nunca lograda en nuestro país: el pleno empleo." Un sueño que ahora parece desvanecerse.
Por otro lado, los fondos Next Generation eran hace dos años la cura de todos los males de la economía española, y parece que lo siguen siendo.
Sin embargo, ahora Pedro Sánchez incorpora un matiz distinto: "Son otros Presupuestos, otro carril que incorporamos en ese compromiso de creación de empleo y cohesión social". Toda una declaración de intenciones del uso que pueden tener si no se logra la aprobación de las cuentas del Estado de aquí a final de año.
De los Presupuestos General del Estado para 2026 sólo sabemos una cosa: el anuncio de Sánchez este lunes de que tiene intención de presentarlos y de pelear con los grupos parlamentarios su aprobación.
Sin embargo, a estas alturas del año, lo normal sería que ya se hubieran presentado el cuadro macroeconómico, el techo de gasto y las previsiones que fundamentan los Presupuestos del año siguiente.
Mientras llega ese momento, el equipo de Sánchez lo fía todo a lo único que le queda: los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) con un récord de 22,2 millones de ocupados, a la espera de que se conozcan los datos del mes de julio.
En ellos la clave estará en saber si se recupera el ritmo de afiliaciones a la Seguridad Social, que lleva dos meses a la baja en ratios de hace una década.
El pleno empleo que el presidente prometía allá por 2023 se da en las economías cuya población en edad de trabajar tiene un puesto disponible siempre que quiera ocuparlo.
Esto se puede alcanzar con tasas de paro bajas, siempre estimadas en torno al 4% de la población activa para las economías occidentales.
Sánchez y Calviño lo situaban para España en el 8%. Es decir, casi dos puntos más del 10,28% que marcó la última EPA.
Por tanto, ahora parece más difícil que nunca alcanzarlo. Máxime si tenemos en cuenta que el crecimiento del PIB va a dar un bajón el año que viene y otro más fuerte en 2027, justo cuando acaba el mandato.
Además de bajar el paro a ese dígito del 8%, la promesa pasaba por reducir a la mitad el desempleo juvenil y ponerlo en línea con el de otros países de Europa.
Sin embargo, el dato de la EPA sigue reflejando que una cuarta parte de los jóvenes está en paro, pese a que se ha rebajado mucho.
Los 'otros' Presupuestos
Desde varios de los ministerios más intensivos en gasto aseguran que Hacienda ya ha pedido datos para hacer la previsión presupuestaria del año que viene, si bien organismos como la Airef han advertido que el proceso legal y formal para su elaboración no se había iniciado la semana pasada.
Ante la incertidumbre que genera la debilidad política de un Gobierno en minoría parlamentaria, Sánchez no quiso irse de vacaciones sin dejar caer (sin ser preguntado) que cuenta con una "herramienta fantástica" que son casi "otros Presupuestos", en los Fondos Next Generation.
Esta es la segunda base económica, junto al empleo, para cuyo desarrollo no se necesita una mayoría en el Congreso, en la que el presidente se fundamenta para mantener la creación de empleo y la cohesión social, como se ha hecho hasta ahora.
Sánchez repitió las cifras que el titular de Economía adelantó la semana pasada sobre el alto porcentaje de fondos sin obligación de reembolso adjudicados (55.000 millones, el 74% del total), por encima de otros países de la UE.
La cuestión es que Sánchez entiende que el entramado inversor a base de PERTEs puede ser el soporte de lo que en el cuadro macroeconómico es la formación bruta de capital, junto a una mayor dotación para la construcción de viviendas.
Con buenos datos de empleo, fondos UE y más viviendas iniciadas, a la espera de la VPO, la economía española podría aguantar otro año sin Presupuestos, aunque eso suponga que el Gobierno de coalición progresista vaya a estar una legislatura entera sin presentar cuentas públicas.
