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El rechazo al decreto antiapagones en el Congreso y la 'congelación' de las inversiones que conlleva en el sector energético viene a complicar aún más el freno a la economía que se prevé para el segundo semestre del año.

Airef, Banco de España, el Consejo General de Economistas y hasta la CNMV han advertido del elevado riesgo de incertidumbre que pesa sobre la economía española, pendiente de los aranceles de Trump el 1 de agosto, con los mercados financieros atentos ante posibles turbulencias.

En ese escenario volátil, el repunte de la inversión que espera consolidar la economía española corre paralelo al desarrollo energético, tanto por el efecto dinamizador de sus inversiones como por la necesidad de mantener los precios bajos para reducir costes a la nueva industria y a los hogares.

Proyectos eólicos y fotovoltaicos, nuevas redes eléctricas, plataformas de almacenamiento o electrolineras... Son inversiones millonarias que se pretendían acelerar como acicate para reanimar la economía, que ahora se frenan sin el real decreto 'ómnibus' que el Parlamento ha tumbado.

Detrás de esa infraestructura eléctrica hay una demanda para renovar planes industriales, montar centros de datos o poner en marcha otros proyectos de movilidad y edificación sostenible, que se antepone como la base de la economía en los próximos años.

España consume una media de 25 gigavatios de generación eléctrica diaria, pero sufre cuellos de botella en las redes de transporte y distribución para inversiones pendientes que suponen el triple de esa demanda, que se pretendían desbloquear con el decreto de los apagones.

Un informe de PwC calculaba esta semana que las inversiones en juego rondan los 200.000 millones, en las que incluía los 8.000 millones al año que se pueden invertir en la red eléctrica o los 25.000 millones paralizados en proyectos fotovoltaicos a punto de pasarse de la fecha de inicio.

La economía española aguanta con la tasa de crecimiento del PIB más alta de Europa, pero los primeros síntomas de desaceleración ya se han visto en la creación de empleo y pueden ser más claros hasta final de año, ante la debilidad política del Gobierno para sacar adelante reformas urgentes.

El consumo privado, avalado por la llegada de turistas en verano y la fuerza de trabajo de la inmigración, sostiene un crecimiento trimestral del PIB de apenas medio punto, con tendencia a la baja, a la espera de que se consolide un repunte de la inversión en industria y construcción.

CNMV y Economistas

Desde las grandes eléctricas y algunas asociaciones de renovables advierten que el bloqueo parlamentario a esta normativa energética, que iba más allá de las meras medidas antiapagón, no va a pasar desapercibida entre los inversores internacionales, pendientes de arriesgar su dinero en España.

Los últimos informes de la AIReF ya advertían de que la economía puede haber tocado techo en el primer trimestre del año, con los primeros síntomas de freno en el ritmo de afiliaciones a la Seguridad Social y el tope de los fijos discontinuos.

Carlos Cuerpo todavía espera una subida del PIB de 2,6% en 2025, tres o cuatro décimas por encima de lo que recomiendan los principales servicios de estudios -Funcas, BBVA, Banco de España, Fedea, OCDE, etc-, tras revisar sus estimaciones a la baja.

El golpe a las inversiones en el sector eléctrico, en plena guerra con las compañías, y los efectos de un posible no acuerdo con EEUU sobre aranceles en apenas diez días pueden complicar más aún la situación.

Tampoco hay garantías de que, tras el varapalo a este decreto, se puedan sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene. Fuentes gubernamentales aseguran que se ha iniciado la petición de previsiones de gasto a los ministerios, aunque el proceso formal no esté aún en marcha.

El 'barómetro económico' del Consejo General de Economistas recogía esta incertidumbre en su última encuesta realizada entre sus socios de toda España: el 56% de su colectivo prevé un empeoramiento en este semestre, mientras que más de un 80% augura un estancamiento o una caída de la demanda interna, que es lo que sujeta a la economía.

La presentación de resultados semestrales de las grandes cotizadas que se ha iniciado esta semana será un dato más para ver la tendencia en sectores como la banca o las energéticas, claves para sostener la inversión, en plena tormenta geopolítica global.

La propia CNMV advertía este martes que, aunque el mercado resiste bien, pueden llegar nuevas turbulencias y "perjudicar a las compañías y los sectores para los que se percibe una cierta sobrevaloración".