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Junio es siempre el mes del gran éxito en empleo y ocupación. Es la antesala de las rebajas, el verano y la llegada masiva de turistas. Pero en esta ocasión, el triunfalismo del Gobierno no puede ocultar que los últimos seis meses el crecimiento de la afiliación se ha frenado hasta niveles de hace una década.

Si hacemos un análisis detallado de los datos de la Seguridad Social, la variación anual de la afiliación media de junio de este año se queda en 468.206 nuevos ocupados, 54.700 menos que en junio del año pasado.

Todos los meses menos uno (abril) del primer semestre de 2024 la afiliación anual subió a un ritmo de más de medio millón de personas (517.175 de media). En este ejercicio no se ha llegado a esa cifra ningún mes (475.404 de media).

No se trata de desdeñar unas cifras que son las mejores de toda Europa, pero sí de aclarar lo que se apunta desde servicios de estudios como Funcas o consultoras como Asempleo o Randstad: la creación de empleo ha empezado a frenarse, con unas perspectivas económicas y políticas en este semestre nada halagüeñas.

Los datos demuestran que el ritmo anual de crecimiento de la afiliación se ha quedado en mayo y junio en poco más del 2,1%, casi medio punto por debajo de un año antes. Si se echa un vistazo a la serie histórica de los meses de junio, hay que remontarse a una década atrás (salvando la pandemia) para encontrar ritmos tan bajos.

Los expertos de Funcas advierten que la mayor parte de ese freno al empleo se ha producido en el sector servicios, sobre todo por la falta de trabajadores de alta cualificación para todo lo que no está relacionado con el turismo.

Pero si vamos a los técnicos en empleo de las otras consultoras, también denotan cierto freno en los servicios, pero en el personal menos cualificado que enlaza trabajos como fijo discontinuo al amparo de la estacionalidad del turismo.

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La propia Seguridad Social advierte que esta modalidad de empleo, que ha distorsionado todas las cifras en los últimos años, se ha estancado en algo más del 6% de todos los contratados fijos que hay en España, que eran unos 15,5 millones el mes pasado.

Eso quiere decir que llevamos cerca de un año con poco más de un millón de fijos discontinuos en España, sin apenas variar, cuando se firman cada año más de dos millones de contratos de este tipo.

El análisis de Randstad apunta a las complicaciones reales que existen en el mercado para convertir en contratos fijos a tiempo completo a los discontinuos, que pueden haber llegado a su tope en España, sufren una elevada mortalidad o se hacen cada vez con periodos más amplios de inactividad.

De hecho, si salimos de la Seguridad Social y nos vamos a los datos que este miércoles también ha hecho público el SEPE, en junio se hicieron más contratos fijos discontinuos (235.000) que fijos a tiempo completo (222.000).

Es más, en las contrataciones mensuales de junio, que es el mes más propicio para ello, también se ha dado un freno en los indefinidos: fueron un millón y medio en junio, de los que un 39% eran fijos. Una tasa que cae más de tres puntos con la media que se traía desde primeros de año.

Difícil segundo semestre

El gran problema de exhibir demasiado triunfalismo en el empleo del mes de junio, con el turismo de parapeto hasta los datos de septiembre, está en que los segundos semestres son siempre peores en la creación de empleo y la afiliación.

En el cómputo anual reflejado en las afiliaciones de diciembre del año pasado se superó por apenas mil personas el medio millón, con un semestre donde sólo octubre (la vuelta al cole y a la actividad) se comportó por encima de ese dato.

Pero la situación en ese momento no pasaba por las tensiones comerciales y geopolíticas que generó la llegada de Trump a la Casa Blanca en enero, ni se contaba con una crisis institucional por los casos de corrupción que han dejado en el aire la acción del Gobierno.

Todas las instituciones y servicios de estudios han rebajado las previsiones de crecimiento de España para 2025 y, sobre todo, 2026. En la mayor parte se salva el dato del empleo como el más positivo de todo lo que viene en este semestre, si bien nadie descarta una ralentización mayor a la esperada a partir de ahora.