Aceite de oliva de calidad en los supermercados.

Aceite de oliva de calidad en los supermercados. Istock

Economía

La crisis del aceite estalla ante la CNMC: sacudida a Planas, 600 millones perdidos y el 30% de explotaciones en riesgo

COAG se ampara en un estudio que estima que para garantizar que todos los productores cubran costes los consumidores tendrían que pagar un 36% más.

Más información: El aceite de oliva busca un 'precio justo' que acabe con sus sobresaltos y al mismo tiempo no ahuyente al consumidor

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La crisis de los precios del aceite, desplomados a la mitad en el campo en el último año, llega hasta una nueva barrera, Competencia. La CNMC está llamada desde este martes a ser el árbitro definitivo ante la gran pregunta: ¿tiene sentido esa caída o se están manipulando precios?

Es un runrún que lleva meses en el campo, donde se esperaba que el oro líquido se abaratase al superarse la sequía. Pero no tanto, matiza COAG. Esta organización agraria, una de las principales interlocutoras del Gobierno junto a Asaja y UPA, es quien presenta la denuncia porque, aseguran, que se pague en origen a cerca de 3,5 euros el kilo del virgen extra es inexplicable.

"No tenemos las pruebas, pero todas las herramientas que tenemos sobre la mesa nos vienen a decir que lo que tenemos no tiene nada que ver con lo que debería ser", sostiene a EL ESPAÑOL-Invertia Juan Luis Ávila, responsable de Olivar de COAG.

Lo que debería ser, dicen, es entre los 5,55 y los 6,14 euros/kg. Así lo apunta al menos el estudio en el que basan su denuncia ante la CNMC. Se trata de un informe respaldado por las universidades de Jaén, Córdoba y el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA), que pone el dedo en la llaga al apuntar que ese debe ser su valor porque la anterior campaña también fue corta.

En suma, no queda aceite almacenado del año precedente y, por tanto, la bajada no podía ser tan pronunciada como en otros años en los que sí lo ha habido. Para Ávila es la prueba del algodón, y las consecuencias, usando ese precio ideal, le resultan demoledoras: teniendo en cuenta lo que se ha pagado en realidad en el campo desde octubre, los olivareros han dejado de percibir "626 millones de euros".

Patata caliente para Competencia

La polémica de precios, contestada dentro del sector por otros actores que insisten en que la mayor oferta explica por sí sola el desplome, llega ahora hasta las manos de Competencia, cuyo poder para resolver la disputa es descrito como incierto por los propios agricultores.

Si desde COAG se limitan a señalar que su gesto es una petición a la CNMC para que use sus herramientas y averigüe si "se están produciendo prácticas que vulneren la Ley de la cadena alimentaria", una norma que tiene como misión evitar posiciones de abuso comerciales entre productores, comercializadores y distribuidores. Desde Asaja se cree que ésa es precisamente su condena.

"No se está aplicando la Ley de cadena hasta que no haya precios de referencia. Sin precios de referencia será difíicil que Competencia determine algo", apunta Luis Carlos Valero, de la sectorial de aceite de Asaja. Algo similar sucede con el informe aportado, que debe estar reconocido por Agricultura para tener el peso suficiente. Su postura, en todo caso, es que es necesario algún tipo de iniciativa "para que se mueva la administración". 

Evolución de los precios en origen del aceite en los últimos dos años.

Evolución de los precios en origen del aceite en los últimos dos años. Infaoliva.

Es una postura similar a la de Cristóbal Cano, al frente de UPA. "Como hemos visto en algunos casos, como los lácteos, es complicado demostrarlo ante Competencia, son procesos complejos", señala, aunque sí cree que hay suficientes herramientas para demostrar que se vende por debajo de costes. Y aprovecha para lanzar un llamamiento al mundo cooperativo para que "no contribuya a la espiral bajista de precios".

Ávila, entre tanto, admite que esta denuncia es también un "tirón de orejas" al ministerio que dirige Luis Planas para que se desarrolle por completo la ley. "Hace falta rematar cosas. De cada diez litros que producimos, siete van a la exportación, y nosotros no paramos de perder dinero. Hay que recordar que 150.000 personas tienen una explotación de olivar".

Traducido en explotaciones: se calcula que cerca del 30% del total están ya vendiendo sin cubrir costes, según los datos recogidos en el informe. Son territorios, por tanto, extremadamente dependientes de ayudas como la PAC para poder sobrevivir, aunque, insisten, no tendría por qué ser así.

Aumento para los consumidores

Hay varias alternativas, recuerdan desde el sector, para mitigar las fluctuaciones de precio, que se reducen esencialmente a guardar en época de bonanza suficiente aceite como para que no se desplomen los precios que reciben los agricultores y puedan tener rentabilidad. Ese excedente queda para futuras campañas; si vienen cortas, se evitaría así que una nueva escasez disparase precios.

Se lograría, por tanto, una suerte de estabilidad. ¿La parte negativa? Al retirar oferta, esos mayores ingresos de los productores saldrían del bolsillo de los consumidores en un primer momento, y es complicado, recuerdan en el sector, convencer a quien está acostumbrado a pagar menos de 4 euros que pague 6 euros sin que haya sequía que lo justifique.

La proyección que recoge el informe estima que los consumidores incrementarían su gasto en aceite un 36%, al menos al principio. La hipótesis es que el sistema estabilizaría los precios de forma constante y así se crearía una 'fidelización' del cliente, sin sobresaltos. Es otro posible camino entre los muchos debates abiertos en el mundo del aceite, en constante preocupación. Tanto si tiene aceituna, como si no.