A pesar de que el turismo dio una sorpresa muy positiva en los meses de verano con una recuperación más fuerte de lo esperado, España se situó en una zona de estancamiento con un ligerísimo avance trimestral del PIB del 0,2% entre julio y septiembre.

Las vacaciones permitieron sostener el consumo de las familias en términos trimestrales, pero de manera modesta, con un incremento del 1,1 (una décima menos que en el trimestre anterior). Mientras, las empresas redujeron el gasto hasta terreno negativo (al pasar del 0,5 al -0,2). Este mal desempeño fue compensado por el sector público que aumentó un 0,6 el gasto, tras la caída del 1,3% del trimestre anterior.

Así, esos datos de consumo, unidos al empuje de la demanda externa (gracias, entre otros, a la temporada de verano y al aguante de las exportaciones) salvaron a la economía del terreno negativo en el que podría entrar ya este trimestre si se cumple el pronóstico de AIReF, BBVA Research o Funcas, entre otros.

Tras la debilidad de la evolución del consumo en 2022, se esconden "los efectos de la inflación y la subida de tipos de interés", según la Cámara de Comercio de España, que se fija en los datos interanuales del gasto de los hogares, donde también se recoge un menor avance que el trimestre precedente.

A la espera de que se comiencen a ejecutar cantidades importantes de fondos europeos, en términos interanuales el gasto de la Administración cae debido, probablemente, a los menores gastos que se derivan de la pandemia.

En este contexto, el consenso de economistas está reclamando al Gobierno que agilice y mejore el reparto de fondos europeos para que en esta débil coyuntura económica mitigue el daño en el PIB.

No obstante, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, destacó en un vídeo difundido este viernes que la inversión apoyada por el Plan de Recuperación está teniendo un papel fundamental en el crecimiento de la economía que en términos interanuales es del 3,8%, frente al 6,8% del trimestre anterior.

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Al observar estos datos, hay que tener en cuenta que la economía española parte de un punto de partida peor que sus socios de la zona euro en la posible recesión técnica que muchos organismos anticipan. El motivo es que todavía está lejos de recuperar el nivel previo a la pandemia en un momento en el que la media de la zona euro ya lo ha sobrepasado.

Tras conocer el avance de la Contabilidad Nacional, la CEOE advirtió que "el encarecimiento de las condiciones de financiación, la alta inflación, los cuellos de botella (aunque se van corrigiendo) y las consecuencias de la crisis energética en Europa no dejan margen para el optimismo en los próximos meses, por lo que se anticipa una continuidad en el proceso de desaceleración de la economía española".

Empleo público

La patronal también ha alertado del debilitamiento del empleo, y con los estudios del IEE, no descarta que el próximo año se produzca una destrucción de empleo en España.

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La última EPA ratifica ese escenario de alerta. La ocupación cayó en los meses de verano un 0,06% en términos desestacionalizados. Es un dato inquietante en un periodo que suele ser bueno para el empleo en España por el turismo. De hecho, la tasa de paro creció hasta el 12,6%.

Sin embargo, todos los analistas han puesto el foco en la ralentización en la creación de empleo, una señal de alerta en especial si se atienden a los datos del sector privado. Porque dos de cada tres empleos creados este verano fueron de la Administración Pública.

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Mientras el sector público generó 52.300 empleos, en el privado se crearon 25.400. Y en el caso de los autónomos, 33.800 cerraron la persiana.

Inflación

El dato esperanzador publicado esta semana ha sido el avance del IPC en octubre que, pese a seguir alto, muestra una moderación de la subida de los precios que tocó techo en los meses de verano al superar el doble dígito. De acuerdo con el último dato del INE, la inflación interanual en octubre ha moderado su escalada hasta el 7,3%. Es "un tercio respecto a su nivel máximo", según destacó Calviño en el mencionado vídeo.

El organismo estadístico afirma que la caída del precio de la electricidad ha sido un factor importante en la contención de la inflación, aunque todavía no se conoce en qué porcentaje. Tras este freno se encontraría también la mano de las subvenciones del Gobierno con el 'tope al gas' que pagan los consumidores.

No obstante, debido a que la inflación lleva muchos meses disparada, el efecto base de la comparativa ayuda a mitigar los avances. En octubre de 2021, el IPC ya registró una subida del 5,4% y los expertos esperaban que, a partir de verano, este efecto estadístico se notara como freno de la evolución del IPC.

Sin embargo, el dato más preocupante es ahora la inflación subyacente, que sigue enquistada en el 6,2%.