Antonio Garamendi, presidente de CEOE y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.

Antonio Garamendi, presidente de CEOE y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.

Economía

Los empresarios se alejan de Moncloa tras el anuncio de un impuesto tanto a bancos como a energéticas

Consideran que pretende convertirlos en chivos expiatorios de sus problemas electorales, sin merecerlo.

17 julio, 2022 02:29

Con los impuestos se rompió el amor. La relación de los empresarios con el Gobierno de Pedro Sánchez no pasa por su mejor momento tras el anuncio de los tributos a bancos y energéticas. Existe la sensación de que si alguien sobresale sobre los demás será castigado y puesto como ejemplo de que el Ejecutivo lucha contra los "poderes ocultos" que quieren derrocar a un Gobierno que "se deja la piel por defender a la clase media".

Es la profecía autocumplida lanzada hace unas semanas por Antonio Garamendi, presidente de CEOE, cuando citando al escritor alemán Bertolt Brecht ilustraba con el Holocausto su preocupación por la deriva que podía tomar la legislatura: "Primero los judíos, luego los comunistas y luego me toco a mí", decía. 

Palabras que fueron muy comentadas pero que esta semana cobraron todo el sentido. Tanto como que ya no solo eran directivos de entidades financieras o energéticas quienes se sumaban a la teoría de Garamendi.

[Primero fueron a por las eléctricas, luego a por los bancos, ahora a por los súper... El suma y sigue de Podemos]

"Mi principal preocupación ya no es la situación económica, es que el Gobierno no me cambie las reglas del juego en el próximo año y medio", explicaba a este diario el máximo dirigente de una empresa de servicios.

Sin duda, todo un síntoma de que los ánimos están muy calientes con Pedro Sánchez entre los empresarios. Consideran que pretende convertirlos en chivos expiatorios de sus problemas electorales, algo que -aseguran- no se merecen. 

No se extrañen, por tanto, si a partir de ahora se encuentran con menos asistencia de empresarios en los actos del Gobierno. Es la forma que tienen de demostrar en público su descontento con el Ejecutivo; algo que ya había comenzado hace unos meses.

Recuerdan, por ejemplo, cómo en la visita del emir de Qatar el pasado mes de mayo, prácticamente ningún gran representante de empresas españolas quiso fotografiarse con el presidente. Lo mismo ocurrió en marzo cuando Sánchez presentó el plan de lucha contra las consecuencias de la guerra de Ucrania. 

El Pacto de Rentas

En aquel entonces empezaban los llamamientos a un Pacto de Rentas que aún no se ha conseguido. Desde sindicatos y Gobierno se presiona a los empresarios para que renuncien a subir márgenes y a dividendos; pero estos consideran que el ajuste debe llegar también a trabajadores y, sobre todo, a funcionarios y pensionistas. 

Esas dos últimas cuestiones han sido el principal escollo para que las negociaciones no hayan fructificado. De hecho, era una línea roja para la CEOE y, a tenor de los últimos acontecimientos, no parece que vayan a aflojar en sus posiciones. Al presidente de CEOE, Antonio Garamendi, los suyos le piden mano dura y parece que está dispuesto aplicarla.