Economía

El sector de ocio nocturno prevé una caída del 3,1 %

17 julio, 2019 12:46

Madrid, 17 jul (EFECOM).- El sector de ocio nocturno prevé un retroceso de su actividad del 3,1 % en 2019 con respecto a 2018, unos datos que muestran un estancamiento, así como la incertidumbre entre los empresarios como consecuencia de los cambios sociales que afectan al ocio y a los modelos de negocio existentes.

De acuerdo con un estudio de la Federación de Asociaciones de Ocio Nocturno de España (FASYDE), el 16,8 % de las empresas cree que creará empleo durante el próximo ejercicio, un 56,7 % considera que se mantendrá estable y el 26,35 % cree que se destruirá empleo en el sector.

Además, pese a que los empresarios del sector del ocio sostienen que la actividad de sus empresas se mantiene estable en estos momentos, el sector prevé un retroceso de un 3,1 % en la comparativa de los ejercicios 2019 y 2018.

El informe señala además que el 72,7 % de las empresas tienen un nivel de facturación en torno a los 270.000 euros aunque el 27,7 % de las compañías tienen facturaciones en torno a los 1,8 millones de euros.

Sobre la evolución de los precios, se encuentran estancados durante los últimos 3 años y a apenas han recuperado rentabilidad con respecto a los años anteriores de la crisis. Para el ejercicio 2019 se estima que se producirá un incremento del 0,47 %.

El estudio indica además que en los últimos diez años el público turista ha crecido casi un 29 % en el sector de ocio nocturno.

En este sentido, ha señalado que el 30,9 % del público de los locales de ocio son turistas: un 20,1 % extranjeros y un 10,79 % nacionales, procedentes de otras comunidades autónomas.

De hecho, el público de la provincia o la comunidad autónoma que acude a la capital de la provincia para disfrutar del ocio los fines de semana supone un 18,7 % y el 50,2 % de los clientes son residentes de la propia ciudad.

Entre las principales prioridades, el sector destaca la problemática de la desregulación y el intrusismo, así como la normativa reguladora por considerarla "excesiva, obsoleta y poco adaptada a las demandas sociales existentes".