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Economía SOSTENIBILIDAD

La economía circular, la apuesta de Coca-Cola para un futuro sostenible

En España, la compañía encabeza el cambio hacia un modelo de producción inspirado en la naturaleza, donde todos los materiales tienen una segunda vida. 

28 junio, 2019 04:05

En 2005, la exregatista Ellen MacArthur se convirtió en la persona más rápida en recorrer el mundo a vela en solitario. Durante 71 días, tuvo que aprender a gestionar todos sus recursos en un entorno hostil y situaciones límite. Tal hazaña causó en la deportista una fuerte conciencia medioambiental que la llevaría a convertirse en adalid de la economía circular, un modelo económico basado en la reutilización de los materiales.

Tras retirarse de su carrera deportiva, MacArthur emprendió en 2010 un nuevo reto: construir un futuro sostenible y acelerar la transición hacia la economía circular. Para ello creó la Ellen MacArthur Foundation, organización a través de la cual trata de posicionar este modelo circular en la agenda de gobiernos y grandes empresas.

En la economía circular todos los materiales tienen una utilidad y se reintegran en la cadena de valor. Esto supone dar una segunda vida a los residuos, que se convierten en recursos con los que crear nuevos bienes. Este modelo es una respuesta ante los hábitos de usar y tirar y la cantidad de deshechos generados por este tipo de consumo (cada europeo genera casi 5 toneladas de basura al año).

Las empresas, cada vez más conscientes de su responsabilidad con el medioambiente, también comienzan a sumarse a la economía circular. Coca-Cola España es una de ellas y lo hace centrando sus esfuerzos en cuatro áreas principales: proveedores, envases, agua y emisiones.

Fabricación sostenible

La economía circular aboga por minimizar el impacto medioambiental utilizando materias primas obtenidas de forma responsable, así como una mayor eficiencia en el consumo de agua y energía. Coca-Cola está tratando de garantizar un proceso sostenible desde el inicio de la cadena de producción, lo que incluye el origen de las materias primas, la fabricación, la distribución y el reciclaje de los residuos.

Para el año 2025, la compañía se ha propuesto asegurar el origen sostenible del 100% de sus ingredientes agrícolas y, para ello, ha puesto en marcha junto a todos sus proveedores un Código de Conducta para garantizar el comportamiento ético y responsable en el desarrollo de las funciones de la compañía y su entorno. En esta línea, también se está trabajando por reducir el uso de agua y fertilizantes entre los productores de naranjas y limones a través del programa Cítricos Sostenibles. Según esta guía, una fertilización eficiente permitiría ahorrar un 23% en las emisiones de CO2 en los cultivos, mientras que “disminuir el consumo de agua baja 8,8€ los costes de producción por tonelada de cítricos”.

En cuanto al consumo de agua y energía en la producción de sus bebidas, Coca-Cola España ha logrado reducir un 11,93% el ratio de consumo de agua por litro de producto y un 15,6% el ratio de energía. En las fábricas, el 100% de la energía utilizada es renovable y en todas ellas también existen planes de protección de las fuentes de agua para reducir la huella hídrica en aquellas zonas donde este bien escasea.

Envases ‘eco’ y distribución sostenible

Los envases también tienen un papel esencial en el modelo de economía circular que está implantando Coca-Cola, pues será esencial producirlos con materiales sostenibles y permitir su reciclaje. La compañía trata de situarse a la vanguardia mediante la incorporación del ‘ecodiseño’ tanto en la concepción como en la fabricación de todos sus envases.

Gracias a esta metodología, en los últimos años han logrado aligerar el peso de las latas y las botellas, empleando menos recursos durante su fabricación y más materiales reciclados. Además, las etiquetas presentes en las botellas de todas las marcas de Coca-Cola en España cuentan con el sello FSC, que indica que el papel procede de bosques bien gestionados.

Asimismo, la compañía ha introducido tecnologías innovadoras en la fabricación de sus envases. Una de los primeras fue la tecnología de bioplástico PlantBottle en 2009, con la que se produjeron las primeras botellas de plástico PET 100% reciclable fabricadas con un 30% de materiales de origen vegetal. Ahora, para impulsar la utilización de biomateriales, Coca-Cola Company ha compartido el acceso a la propiedad intelectual de esta tecnología con toda la industria de bebidas.

Botellas fabricadas con la tecnología PlantBottle.

Botellas fabricadas con la tecnología PlantBottle.

Por último, hay que tener en cuenta una de las partes de la cadena de producción con mayor impacto medioambiental: la distribución. El transporte supone un alto porcentaje del total de las emisiones de CO2 de la compañía, no obstante, Coca-Cola ha logrado disminuir un 44,8% las emisiones en estas operaciones desde 2010, al tiempo que se ha incrementado la compra de equipos de frío libres de gases de hidroflurocarbonos (HFCs) (considerados graves responsables del calentamiento global).

Reciclaje efectivo

Para cerrar el círculo, son imprescindibles el reciclaje y la adecuada gestión de los residuos con el objetivo de que estos se transformen en recursos reutilizables. Cumpliendo esta meta, el 99,6% de los envases de Coca-Cola en España son reciclables.

Sin embargo, el correcto reciclaje de los envases sigue siendo una asignatura pendiente y son miles las latas y botellas que acaban en el mar. Coca-Cola se ha propuesto recoger el 100% del equivalente a las bebidas que comercializa y como ejemplo de este compromiso, la compañía limpió en 2018 82 playas en nuestro país (se recogieron 26.171 kilos de deshechos) en el marco del proyecto Mares Circulares, a través del cual se pretende impulsar la economía circular y que incluye diversas acciones para sensibilizar a la población respecto a una grave problemática medioambiental como son los residuos en el mar.

Residuos recogidos durante una de las jornadas de limpieza de Mares Circulares en 2018.

Residuos recogidos durante una de las jornadas de limpieza de Mares Circulares en 2018. Jorge Barreno

Pensar y actuar en circular

La economía mundial depende de materiales finitos que se consumen y desaparecen, mientras que los recursos de nuestro planeta son limitados. Entonces, ¿cuál es la solución? Ellen MacArthur lo vio claro hace más de 14 años tras su gesta en barco. El sistema lineal de extraer, producir, usar y tirar ya no es sostenible, así que ha llegado la hora de pensar y actuar en circular.

Por suerte, la conciencia medioambiental es cada vez más fuerte en las empresas y también en los hogares, donde se están retomando las bases del modelo circular ya presente en la vida de nuestros abuelos, cuando deshacerse de algo era la última opción. Parece el concepto de ‘un sólo uso’ se ha quedado atrás y los hábitos de consumo sostenible empiezan a convertirse en un objetivo común de toda la sociedad.