Berlín, 9 abr (EFECOM).- La producción de la industria automovilística alemana cayó en el segundo semestre de 2018 un 7,1 % con respecto a la primera mitad del año, informó este martes en un comunicado la Oficina Federal de Estadística (Destatis).

La causa principal de este frenazo, según los expertos, fueron los problemas de gigantes como Volkswagen, BMW y Daimler (fabricante de Mercedes-Benz) con los nuevos estándares de emisiones europeos, que entraron en vigor en septiembre y retrasaron la concesión de los permisos para varios modelos.

La caída tuvo efectos más allá de la industria del motor y afectó al conjunto de la economía, que se ralentizó de manera notable al sumarse a otros factores externos como el "brexit" y los conflictos comerciales entre EEUU, China y la UE.

La mayor economía europea cerró en negativo el tercer trimestre de 2018 (con una contracción del producto interior bruto -PIB- del 0,2 %) y esquivó por la mínima la recesión técnica en el cuarto (0,0 %).

"La industria automovilística en Alemania tiene un notable significado en el conjunto de la economía por su tamaño y sus conexiones", explicó Destatis, que resaltó que este sector es el mayor de Alemania, pues supone el 4,7 % del PIB, unos 134.900 millones de euros.

Además, en 2016 la industria empleaba directamente a unas 880.000 personas y proporciona, en total, unos 1,75 millones de trabajos, en torno al 4 % de la población empleada en Alemania.

El frenazo se ha sentido en sectores dependientes del motor como el metalúrgico o el químico. En el segundo semestre de 2018 la producción industrial alemana cayó un 2,0 % (un 0,9 % si no se tiene en cuenta a la industria del motor).

Los primeros datos de 2019 apuntan a que los problemas del sector no se han superado completamente. La producción automovilística en enero fue un 4,3 % menor que la de diciembre, según Destatis. En febrero se logró, por su parte, un avance del 1,9 % sobre el mes anterior.

El grupo Volkswagen, el mayor fabricante de vehículos de Europa, anunció este martes caídas en las ventas de sus principales marcas y lo achacó, entre otros factores, a la situación en Alemania.

La facturación de su marca homónima cedió un 4,5 % en el primer trimestre, por el 12 % y el 3,6 % que se contrajeron las de Porsche y Audi, respectivamente.