Madrid, 20 mar (EFECOM).- El Banco de España calcula que la economía española crecerá un 0,6 % entre enero y marzo de este año, una décima menos que en el último trimestre de 2018 aunque con un "ritmo de avance muy similar" al del pasado ejercicio.

En su Informe trimestral de la economía española publicado este miércoles, el Banco de España explica que la demanda externa no contribuye al crecimiento ante la "notable pérdida de vigor" de las exportaciones derivada de la "perturbación" sufrida por la economía internacional.

Este deterioro del contexto exterior se compensa por el "dinamismo" de la demanda interna -con una aportación al crecimiento del PIB de 0,6 puntos-, lo que evita "una desaceleración de la actividad" como la registrada en el conjunto de la zona euro. 

El Banco de España detalla que el consumo privado ha mostrado "una notable fortaleza" gracias al elevado ritmo de creación de empleo, el aumento del poder de compra derivado de la moderación de la inflación, el impulso presupuestario a la renta de los hogares y el descenso de la tasa de ahorro.

En cambio, la inversión privada se ha visto afectada por el comportamiento desfavorable del sector exterior, que también ha deteriorado la actividad manufacturera pero no los servicios.

En general, la inversión residencial y empresarial es "menos desfavorable" que a finales del pasado año, aunque se observa una desaceleración en la venta de vivienda, según el informe.

El Banco de España apunta que la puesta en marcha de medidas de gasto marca un tono de la política fiscal expansivo y subraya que algunas de estas iniciativas podrían introducir "cierto estímulo" en la economía, pese a que existe "mucha incertidumbre" en torno a su cuantificación e implementación.

De acuerdo con el informe, en el primer trimestre del año, el empleo se habría ralentizado "con mayor intensidad" que la actividad, con un aumento de la ocupación del 0,4 %, 0,2 puntos porcentuales menos que en el último trimestre de 2018.

Por lo que respecta al sector exterior, las importaciones y exportaciones registran un avance similar, aunque con una desaceleración mayor de las exportaciones que refleja el deterioro de las perspectivas de los mercados mundiales.

El informe señala que la depreciación del euro podría contribuir a sostener las ventas en el exterior, que son muy sensibles al precio, mientras que la evolución de las importaciones estará vinculada a la demanda final.