Un juzgado de primera instancia de Estocolmo absolvió hoy a tres exdirectivos del grupo de telecomunicaciones sueco Telia Company de un delito grave de soborno para lograr licencias de telefonía en Uzbekistán.

La Fiscalía pedía entre 6 y 7 años de cárcel para el exdirector ejecutivo, Lars Nyberg; el antiguo responsable del área de negocios en Eurasia, Tero Kivisaari, y un jurista de la firma por sobornos a las autoridades uzbekas por unos 290 millones de euros, en uno de los mayores casos de corrupción en la historia reciente de Suecia.

La acusación apuntaba a que los pagos se hicieron entre 2007 y 2010 a través de una empresa pantalla controlada por un ayudante de Gulnara Karimova, hija del entonces presidente uzbeko.

La sentencia considera que no se ha probado que los supuestos sobornos hayan ido a individuos que pertenecen al círculo de personas que podrían ser consideradas responsables de la decisión de adjudicar los contratos, aunque admite que los pagos a la compañía Takilant, relacionada con Karimova, han ocurrido.

El tribunal resaltó que no se ha demostrado que Karimova "tuviera una posición de ese tipo en relación con el sector de telecomunicaciones", la línea principal del fiscal, mientras que las acusaciones en otras partes del caso carecen de "claridad" y la investigación presenta "deficiencias".

El presidente del tribunal, Tomas Zander, admitió en una rueda de prensa posterior que se trataba de un caso "complejo" y aludió a los estrictos criterios que establecen las leyes suecas sobre corrupción aplicables a casos anteriores a 2012, cuando entró en vigor una nueva legislación en ese campo.

El caso estalló en 2012 a partir de un reportaje emitido por la televisión pública sueca SVT, que provocó la apertura de una investigación de las autoridades y la renuncia de la cúpula de la compañía.

La firma sueca, antes llamada TeliaSonera, cerró en 2017 un acuerdo con las autoridades estadounidenses y holandesas para pagar 965 millones de dólares (831 millones de euros) en concepto de multa y de devolución de los beneficios obtenidos gracias a los sobornos.

Telia Company, en la que el Estado sueco tiene una participación del 37 %, se ha deshecho en los últimos años de sus negocios en Asia y otros países europeos para concentrarse en el norte de Europa.