El último informe de la Década Digital arroja notas agridulces para España.

El último informe de la Década Digital arroja notas agridulces para España. Freepik

Europa

La doble cara de España en digitalización: potente en infraestructuras, inmadura en talento y pymes

El reformulado informe DESI mantiene la dualidad en el desarrollo digital español, liderando en conectividad, pero atrasado en la modernización de las pymes.

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España presenta una fotografía dual, cual doctor Jekyll y el Mr. Hyde, en el último informe comunitario sobre la Década Digital: por un lado, sobresale en conectividad y digitalización administrativa. Por otro, arrastra carencias estructurales en talento TIC, madurez tecnológica de las pymes y dependencia exterior en tecnologías punteras.

Empecemos por las virtudes. Nuestro país es, según el informe, el segundo país con mejor cobertura de fibra óptica de la UE: llega al 95% de los hogares y al 86,3% en zonas rurales, frente a un 58,8% de media europea. La cobertura 5G alcanza también al 95% de la población, incluyendo al 80% en zonas rurales. A ello se suma un despliegue destacado de nodos edge (301 en total, tercer país de la UE), cruciales para reducir la latencia y procesar datos en tiempo real como requieren el IoT o los vehículos conectados.

A pesar de las quejas generalizadas de la ciudadanía, el informe mantiene la buena puntuación que el DESI otorgaba a España en servicios públicos digitales, de 88,75 sobre 100, muy por encima de la media europea (82,2). Iniciativas como Mi Carpeta Ciudadana, el DNI digital (MiDNI) o el uso de asistentes virtuales con IA en Hacienda y Sanidad son algunos de los ejemplos que tanto Bruselas como el propio Ministerio de Transformación Digital reivindican en esta materia.

Esta ventaja, sin embargo, no ha sido replicada con igual éxito en el sector privado. Solo el 72% de las pymes españolas tiene un nivel básico de digitalización. La Comisión advierte que en el conjunto de Europa, “la transición tecnológica empresarial no avanza al ritmo deseado y amenaza con convertirse en el principal cuello de botella para la competitividad”.

Algo similar ocurre con el talento digital: los especialistas TIC han crecido en España un 6,8% anual frente al 4,2% europeo, y los graduados TIC ya suponen el 5,7% del total. Empero, seguimos a la cola de los países más avanzados en el Viejo Continente en talento digital, y eso que el problema ya no es solo cuantitativo. “Persiste una escasez de perfiles altamente cualificados, y la brecha de género en las disciplinas TIC sigue sin cerrarse, especialmente en áreas clave como la inteligencia artificial y la ciberseguridad”, subraya el informe.

El gran reto de las tecnologías emergentes

En tecnologías emergentes es donde encontramos el mayor cuello de botella, por mucho que los organismos públicos nacionales se empeñen en hacernos creer lo contrario. Si desde la cartera de Óscar López se presume de que España ha impulsado proyectos estratégicos como el modelo fundacional de IA en español (ALIA), un sandbox regulatorio de IA de alto riesgo y una inversión relevante en cuántica (800 millones de euros) y semiconductores (12.250 millones) con el PERTE Chip, lo cierto es que Bruselas no está tan convencida.

España no ha presentado un ajuste formal a su hoja de ruta digital este año, aunque ha implementado muchas de las recomendaciones anteriores”, explicó un analista de políticas digitales de la Comisión Europea durante una sesión con medios, entre ellos DISRUPTORES - EL ESPAÑOL. “Aún debe concretar su ambición estratégica con más indicadores y KPIs claros, especialmente en sostenibilidad, donde aún no hay objetivos cuantificados”.

En tecnologías cuánticas sucede más de lo mismo, aunque en este caso con retos compartidos con nuestros vecinos comunitarios: “Aunque el progreso de la Unión en su conjunto es bastante positivo, hay otros indicadores que lastran este rendimiento europeo, como los ordenadores cuánticos, que requieren mucha inversión y concreción posterior”, reconocen desde la Comisión Europea.

Y siguiendo a nivel europeo, el informe deja un mensaje contundente: quedan cinco años para alcanzar las metas establecidas en 2030, y el ritmo actual es insuficiente. Por ello, la Comisión prepara una revisión estructural del programa de la Década Digital para 2026, que podría incluso posponer algunas metas a 2032 o 2034.

Derechos digitales y percepción ciudadana

Una de las novedades más reveladoras del informe es el Eurobarómetro especial sobre percepción ciudadana. Según esta encuesta, el 72% de los españoles considera que la digitalización “hace su vida más fácil”, apenas un punto menos que el año anterior.

“El 95% de los españoles considera urgente que las administraciones públicas actúen para proteger a los menores frente a los efectos negativos de las redes sociales: salud mental, ciberacoso y acceso a contenidos inadecuados”, según explicó el funcionario comunitario. “Este dato es tres puntos superior a la media europea y refleja la relevancia del debate actual en España sobre regulación digital infantil”.

En cuanto a la desinformación, el 92% de los españoles apoya que se tomen medidas públicas para combatir las noticias falsas (88% en la UE). También hay un crecimiento sostenido del apoyo ciudadano al desarrollo tecnológico europeo: “Los ciudadanos quieren que haya campeones digitales europeos capaces de competir globalmente, y que la IA se desarrolle respetando los derechos y valores de la sociedad”, apuntó el mismo funcionario.