El presidente de EEUU, Donald Trump, y su homólogo chino Xi Jinping en una imagen de archivo durante su encuentro en el G-20 de Osaka en 2019.

El presidente de EEUU, Donald Trump, y su homólogo chino Xi Jinping en una imagen de archivo durante su encuentro en el G-20 de Osaka en 2019. Reuters

Europa

Trump y la regulación de la inteligencia artificial: “Entre China y Estados Unidos, Europa está atrapada en el medio”

Europa se ha convertido en el gran regulador de esta tecnología, pero mantiene su enorme dependencia de los desarrollos extranjeros.

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Gabriel Lavao
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La reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos ha generado un intenso debate sobre el futuro de la regulación de la inteligencia artificial (IA). La promesa de su administración de desregular sectores clave, incluida esta tecnología, plantea preguntas fundamentales sobre el equilibrio entre la innovación y la ética.

Eduard Rosicart, profesor de OBS Business School y reconocido conferenciante internacional en transformación digital, aborda esta cuestión desde una perspectiva pragmática: "Toda tecnología está ahí, la tecnología no es ni buena ni mala, es el cómo la usamos". "La regulación sirve para protegernos de nosotros mismos, no de la tecnología". 

La administración de Trump defiende la desregulación como una herramienta para fomentar la innovación y consolidar el liderazgo tecnológico de Estados Unidos frente a potencias como China. Sin embargo, Rosicart advierte que esta postura tiene dos caras: "La desregulación implica dar más libertad, pero la pregunta es: ¿qué conlleva más riesgo, dejar de ser competitivos o regular en exceso?" "Hay negocios en base a esta tecnología que a lo mejor no se pueden llevar a cabo porque la regulación es demasiado estricta", explica.

El experto analiza la filosofía de Trump, quien argumenta que inhibir los negocios de esta manera puede causar un efecto dominó increíblemente nocivo: "Cuando las startups ven que la administración y la política pretenden limitar su innovación, frenan las inversiones y el desarrollo. Esto, en consecuencia, paraliza la creación de puestos de trabajo y se genera una economía más débil".

Trump firmando y deshaciendo las ordenes ejecutivas de Biden relacionadas con la IA, enero 2025

Trump firmando y deshaciendo las ordenes ejecutivas de Biden relacionadas con la IA, enero 2025 Anna Moneymaker

Así, la postura de Trump podría generar un "auge económico" a corto plazo al reducir las limitaciones en el desarrollo y aplicación de esta herramienta, afirma Rosicart.

Primera vuelta de Trump

Desde su primer mandato, Trump ha priorizado el apoyo a las empresas tecnológicas estadounidenses, destacándose con la orden ejecutiva de 2019 con la que pretendía "mantener el liderazgo americano en inteligencia artificial". 

Esta iniciativa instó a las agencias federales a integrar la IA en sus operaciones. Con su regreso al poder, se espera que su administración retire documentos como el "Plan para una Declaración de Derechos de la IA" de la administración Biden, establecida en el 2023 y percibida como una barrera al crecimiento.

Joe Biden firmando la orden ejecutiva el 30 de octubre de 2023

Joe Biden firmando la orden ejecutiva el 30 de octubre de 2023 Evan Vucci

Mientras la administración de Trump apuesta por la libertad empresarial, Europa ha adoptado un enfoque diametralmente opuesto. "Con su ley de IA, la Unión Europea busca establecer un marco ético y garantizar que 'no todo vale', pero esto tiene consecuencias graves para la competitividad del continente", señala Rosicart.

"Europa se ha convertido en el regulador del mundo, esto está bien porque establece estándares, pero también implica que dependemos de otras potencias para la producción de tecnología", continúa el experto. Esta posición reguladora refuerza el rol del continente como un consumidor más y no como un creador de industria.

Cantidad invertida en IA por continentes, 2020

Cantidad invertida en IA por continentes, 2020 Gabriel Lavao

EEUU contra Europa

"Estamos en un momento en el que, además competitivamente somos flojos porque somos consumidores, no somos fabricantes ni tenemos industria de desarrollo propio", advierte Rosicart.

El experto nos muestra como el foco con la regulación que tiene Europa podría convertir al continente en un punto de interés mayor en los próximos años: "Hay países que ahora mismo no tienen regulación, pero el día que quieran regular esta tecnología, centrarán su foco de atención en Europa".

Uno de los mayores riesgos de una regulación insuficiente es la perpetuación de sesgos en los sistemas de IA, algo "inevitable", según Rosicart, cuando se entrenan modelos. "Un caso famoso es cuando una IA no reconocía caras negras en LinkedIn porque había sido entrenada solo con rostros blancos", ejemplifica. "Esto resalta la necesidad de regulaciones inclusivas". 

A pesar de que Rosicart está a favor de ciertas regulaciones, no está del todo conforme con el modelo estricto europeo: "Dime que eso no se puede hacer, pero dame los recursos para que pueda hacer algo; dame reglas, pero no me impidas jugar". 

La espada y la pared

El experto explica que este modelo tan restrictivo no es nada nuevo en nuestro continente: "Lo vimos con el tema de la contaminación del vehículo eléctrico: tantas restricciones le han facilitado la entrada y venta de vehículos a China y estamos perdiendo nuestro producto estrella". 

En Europa, sin embargo, se limita el uso de ciertos tipos de datos, ya que muchas de estas fuentes están prohibidas por la regulación. Esto hace que las respuestas generadas por los sistemas de IA sean menos precisas y limitadas.

El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) regula cómo se recopilan, procesan y almacenan los datos personales de los ciudadanos de la UE. Este prohíbe el tratamiento de datos sensibles como los relacionados con la raza, religión, orientación sexual o salud, a menos que exista un consentimiento explícito o una base legal clara.

Un ejemplo claro de cómo las regulaciones afectan a la competitividad está en las diferencias entre las versiones de ChatGPT disponibles en ambas regiones: "El ChatGPT que usamos en Europa no es igual al de Estados Unidos porque las regulaciones limitan la cantidad de datos disponibles, lo que reduce su capacidad", apunta Rosicart. Esto no solo afecta a la calidad de las respuestas, sino también al potencial de las empresas europeas para competir en igualdad de condiciones, añade.

Una de las conferencias más importantes que baracan el tema de la IA, GenAI, celebrada en febrero de 2023

Una de las conferencias más importantes que baracan el tema de la IA, GenAI, celebrada en febrero de 2023 GenAI

"Esto es un problema y es un ejemplo de lo que se está haciendo en otros sectores. Este desafío geopolítico nos convierte en el consumidor del mundo. Tenemos las regulaciones, pero no tenemos industria, así que, si queremos coches, los tenemos que comprar fuera. Si queremos inteligencia artificial, la tenemos que comprar fuera, en Estados Unidos", apunta. 

El catedrático de Derecho Internacional Público de la Universidad de Granada, Javier Roldán, no ve la regularización europea como un peligro: "Esto va más allá de los derechos humanos, esto trata la misma dignidad humana y de su identidad".

"Celebro que Europa sea más reguladora y proteccionista en este ámbito, ya lo fue en protección de datos con el Reglamento General de Protección de Datos de 2016 y lo está haciendo últimamente con el Reglamento de Servicios Digitales de ese año y con el Reglamento de Mercados Digitales", señala. 

"Pensar que la normativa y la regulación jurídica es mala es una equivocación. Pensar que es poner corsé, poner límites, obstáculos, poner puertas al campo… Yo creo que es un pensamiento erróneo", declara Roldan a EL ESPAÑOL.

Trump y Elon Musk viendo el despegue del sexto vuelo de prueba del cohete de SpaceX en noviembre de 2024

Trump y Elon Musk viendo el despegue del sexto vuelo de prueba del cohete de SpaceX en noviembre de 2024 Brandon Bell

El catedrático cree en la personalidad fuerte que desprende Europa y la dirección en la que está yendo actualmente: "Europa puede y debe ser competitiva y debe industrializarse en esta nueva revolución industrial manteniendo su sistema de valores y su protección de derechos fundamentales". "En Estados Unidos hay una connivencia política, económica, público-privada, en donde no se sabe a ciencia cierta dónde está la línea divisoria entre los intereses empresariales y los intereses generales", compara. 

"El interés público, el interés general, la regulación pública, el orden público, deben seguir prevaleciendo sobre intereses privados particulares que son espurios y que son muchas veces ilegítimos, corruptos", concluye Roldan.

*** Gabriel Lavao es alumno de la promoción 2024/2025 del Máster de Periodismo de EL ESPAÑOL y la Universidad Camilo José Cela.