Teresa Guardans, cofundadora de Oryx Impact.

Teresa Guardans, cofundadora de Oryx Impact.

Opinión HACIA UNA ECONOMÍA DE IMPACTO / SPAIN NAB

Fondos de fondos: la infraestructura que activa inversiones en África

Teresa Guardans
Publicada

Durante décadas, los inversores internacionales han repetido el mismo diagnóstico sobre África: un continente demasiado arriesgado, fragmentado e impredecible.

Sin embargo, esa percepción ha generado una paradoja. África, con la población más joven y de mayor crecimiento del mundo, con la tasa de emprendimiento más alta y un enorme potencial en sectores como la energía limpia, la agricultura, la educación, la salud, la inclusión financiera y la tecnología, recibe apenas el 1% del capital privado global.

El problema no es la falta de oportunidades, sino la ausencia de infraestructura financiera capaz de canalizar el capital hacia proyectos transformadores. No se trata de ambición ni de innovación, sino de arquitectura: de los mecanismos que convierten las ideas en inversiones y las inversiones en desarrollo sostenible.

Una brecha estructural de billones de dólares

El IFC calcula una brecha de financiación para pymes de 331.000 millones de dólares; el Banco Africano de Desarrollo estima un déficit anual de infraestructuras de 140.000 millones; y la ONU considera que África necesita 1,3 billones de dólares al año para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El continente cuenta con gestores locales y modelos de negocio sólidos, pero falta el engranaje que conecte el capital global con esas oportunidades: la infraestructura financiera que en otros mercados se da por sentada.

Ahí entran los Fondos de Fondos (FdF). Más que un producto financiero, representan una pieza esencial de la arquitectura económica africana. Actúan como catalizadores que movilizan capital, reducen riesgos y fomentan y coordinan el ecosistema inversor.

En primer lugar, movilizan un capital con un enfoque estratégico. Los FdF agrupan recursos: de instituciones de desarrollo, de inversores institucionales y privados, y de fundaciones, para crear vehículos de inversión de tamaño relevante, capaces de generar retornos financieros y un impacto sistémico.

No solo reúnen capital: lo dirigen hacia sectores con alto potencial transformador. Al diversificar entre gestores de fondos, reducen el riesgo de concentración y amplían el alcance de las inversiones.

Además, aplican procesos de digitalización y análisis de datos que mejoran la trazabilidad y la transparencia, permitiendo optimizar la asignación del capital, detectar tendencias emergentes y reforzar la confianza de los inversores.

En segundo lugar, reducen el riesgo y hacen viable la inversión transformadora. Los FdF hacen que los mercados africanos sean viables para inversores reacios al riesgo. Gracias a una diligencia debida rigurosa y a la demostración de historiales de éxito, reducen las barreras de entrada al capital institucional y privado.

Su amplia diversificación distribuye la exposición entre países, divisas, sectores, gestores y estilos de gestión, convirtiendo riesgos individuales en oportunidades manejables.

Además, los FdF incorporan medición rigurosa del impacto, evaluando los resultados sociales y medioambientales junto a los financieros, garantizando que el capital contribuya a generar empleo, inclusión y sostenibilidad.

Además, fomentan el ecosistema de inversión de impacto y la coordinación estratégica. Desde una posición central, los FdF mantienen una visión panorámica de los flujos de inversión y las oportunidades en todo el continente. Identifican brechas de financiación, evitan duplicaciones y dirigen capital hacia regiones y soluciones desatendidas, actuando como una torre de control del ecosistema financiero africano.

En lugar de financiar proyectos aislados, construyen carteras interconectadas en las que las inversiones generan sinergias y se refuerzan mutuamente, impulsando una transformación sistémica a largo plazo.

Actuando como orquestadores del ecosistema, reúnen a gestores, inversores y organismos multilaterales para intercambiar conocimientos, coordinar estrategias y amplificar el impacto colectivo. En mercados fragmentados como el africano, donde la información es escasa y la colaboración transfronteriza limitada, esta coordinación estructural y digitalizada resulta clave para escalar soluciones africanas y fortalecer la confianza del inversor global.

Hacia una infraestructura financiera sostenible

Al agregar capital, respaldar a los mejores gestores y construir una arquitectura de inversión sólida, los FdF están impulsando un ecosistema africano más resiliente, medible y autosuficiente, donde las soluciones locales atraen el capital que merecen.

Para los inversores que buscan participar en la transformación del continente, los FdF ofrecen un punto de entrada pragmático, riguroso y estratégico.

África no carece de oportunidades; carece de la infraestructura necesaria para convertirlas en inversiones rentables, sistémicas y escalables. Los FdF son precisamente esa infraestructura.

Para los inversores con visión de futuro, la pregunta ya no es "¿es África invertible?", sino "¿quién está construyendo la arquitectura financiera y quién ya forma parte de ella?". La respuesta separará a quienes observan el ascenso de África de quienes participan activamente en él.

***Teresa Guardans es cofundadora de Oryx Impact.