Hace unos días hice algo que hace mucho tiempo que no hacía: vi un rato del telediario. Casualmente, era el día en que entrevistaron brevemente a Pedro Almodóvar y después a Pedro Sánchez, el presidente número 7 de España. La verdad es que le vi muy cansado, muy desgastado (¿en el extranjero todavía le llaman Mr. Handsome?). Tanto es así que empecé a preguntarme qué puede haber que compense la gran erosión que sufren la mayoría de los presidentes de los distintos países del planeta durante sus mandatos. No tengo la respuesta, aunque una de las posibilidades que se me ocurre es que la culpable sea la famosa erótica del poder.

Le he pedido ayuda al comodín de la IA y me ha dicho esto: "La erótica del poder no es simplemente la atracción que genera quien ostenta autoridad. Es una pulsión que mezcla admiración, deseo y fascinación por lo que representa el dominio: seguridad, decisión, influencia. Desde Cleopatra hasta figuras contemporáneas, el poder ha sido un afrodisíaco social. Pero también es una trampa. Muchos líderes se ven consumidos por la necesidad de mantener esa imagen seductora, lo que puede llevar al desgaste emocional, la despersonalización y el aislamiento".

La verdad es que me parece un buen párrafo, aunque me parece que cuando lo llevamos a la arena política todo se magnifica, vemos que los políticos y las políticas sufren una presión tan elevada que pueden acabar agotados emocionalmente, se crean una fantasía de invulnerabilidad; sin obviar que el poder seduce, pero también aísla.

Ya sabéis que mi modelo mental es peculiar, así que desde estos pensamientos derivé en otras preguntas: ¿por qué se habla tanto de la menopausia y tan poco de la disfunción eréctil?, ¿qué innovaciones, qué aplicaciones de la tecnología existen para ambas?.

La respuesta es compleja porque ambos son temas importantes de salud. No cabe duda de que se habla más de la menopausia porque afecta a todas las mujeres en una etapa de su vida, mientras que la disfunción eréctil no es una etapa de la vida de los hombres y puede tener múltiples causas físicas, psicológicas o una combinación de ambas. Entre las físicas puede haber una relación con enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, obesidad o al tabaquismo. Respecto a las causas de origen psicológico, podemos mencionar el estrés, la ansiedad o la depresión, por citar algunos.

En resumen, actualmente la menopausia se percibe como una etapa natural y universal en la vida de la mujer (lo que ha permitido una discusión más abierta sobre sus síntomas y tratamientos), mientras que la disfunción eréctil se percibe como un problema médico, ha estado tradicionalmente rodeada de estigma y vergüenza porque se asocia con la virilidad y el envejecimiento.

Por suerte, siempre hay gente que se hace preguntas y que busca fórmulas para mejorar la vida de las personas a través de la innovación y la tecnología (hace un tiempo nació el sector FemTech, existen desde Apps de seguimiento hormonal hasta terapias con células madre, etc). Mi intención no es profundizar en ninguno de los ejemplos existentes, pero creo que es importante desestigmatizar las conversaciones sobre estos temas y buscar soluciones con fundamento, no hay que esconderse, ni hay que conformarse con fuentes y ayudas poco cualificadas.