Hugo Sarrazin, presidente & CEO de Udemy.
Los líderes de hoy en día se enfrentan a una brecha en el dominio de habilidades impulsada en gran medida por la IA, poniendo en riesgo la transformación empresarial y la innovación. Los trabajadores de todo el mundo necesitarán mejorar o renovar sus competencias.
Las organizaciones a nivel global se encuentran en una transición hacia una economía basada en habilidades, un modelo centrado en la contratación y el desarrollo del talento basado en las competencias de los individuos por encima de otras credenciales. Este enfoque está impulsado por la necesidad de un equipo de trabajo más ágil y adaptable que pueda responder rápidamente a las nuevas oportunidades y avances tecnológicos, dando rienda suelta a la innovación, fomentando la productividad y, en última instancia, impulsando el éxito empresarial.
Como ocurre con cualquier nuevo modelo, algunos directivos muestran escepticismo ante la adopción de prácticas centradas en las habilidades. Y es comprensible: en el pasado, los intentos por implementar enfoques basados en competencias dentro de las empresas no lograron obtener los resultados esperados. Por eso, ¿por qué esta vez debería ser diferente?
Uno de los motivos por los que los modelos de desarrollo del talento basados en competencias fracasaron en el pasado es que no estaban lo suficientemente alineados con las necesidades reales del negocio. Los directivos dedicaban demasiado tiempo a definir jerarquías.
El enfoque basado en las habilidades tiene el potencial de obtener mejores resultados, y ya hay algunos primeros indicios que lo confirman. Estudios recientes señalan que más de la mitad de los empleados afirman que sus empresas están aplicando al menos una iniciativa basada en las competencias (como la eliminación de los requisitos de titulación de las descripciones de los puestos). Y lo que es aún más positivo, afirman haber observado resultados empresariales tangibles al adoptar este enfoque, como un aumento de la productividad y el compromiso.
A continuación, se presentan cuatro razones clave que pueden ayudar a cualquier empresa a transformarse en una organización basada en habilidades, basándonos en nuestra experiencia apoyando a compañías de todo el mundo en este proceso.
1. Centrarse en un enfoque en la contratación que dé prioridad a las habilidades
El modelo tradicional de contratación, centrado en las cualificaciones académicas, no es suficiente en la economía actual, donde las competencias tienen una vida útil de menos de cinco años. Las empresas deben evaluar el potencial de los candidatos en función de las habilidades específicas que puedan demostrar y contratar pensando en cubrir las carencias existentes en su organización.
Cuando se da prioridad a las competencias frente a los títulos, los estudios ya demuestran que la mayoría de las empresas realizan mejores contrataciones Además, las contrataciones basadas en competencias superan en rendimiento a las basadas en títulos o certificaciones.
Para los empleados, esta transformación representa una gran oportunidad. En lugar de basarse exclusivamente en cualificaciones académicas, ahora pueden crecer en su carrera demostrando sus capacidades reales. Este enfoque puede garantizar el acceso a mejores puestos de trabajo, permite una movilidad más justa dentro de las organizaciones y reconoce el valor de la mejora continua de las competencias. En un entorno en el que las habilidades evolucionan rápidamente, aquellos que se adapten y desarrollen estarán mejor posicionados para crecer y prosperar.
2. Crear oportunidades para el desarrollo continuo de competencias
Los empleados que siguen desarrollando sus habilidades están mejor preparados para adaptarse a los cambios en el mercado laboral y a las nuevas necesidades de sus roles. De hecho, los profesionales de recursos humanos consideran que capacitar a empleados actuales para ocupar puestos difíciles de cubrir es una de sus estrategias de contratación más habituales. Al identificar el potencial dentro del propio equipo y orientar a personas específicas hacia roles clave, las empresas reducen los costes de contratación y refuerzan sus canales de liderazgo con personas ya alineadas con la cultura y los objetivos de la organización.
En un entorno laboral en constante evolución, desarrollar el talento desde dentro es una de las decisiones más inteligentes que puede tomar una empresa. El desarrollo de habilidades no consiste solo en aprender, sino en construir la agilidad interna necesaria para responder a lo que está por venir.
3. Priorizar las habilidades para retener el talento
Una vez que el enfoque basado en las competencias abre nuevas oportunidades de crecimiento para las personas es igual de importante adoptar prácticas que fomenten su permanencia en la organización. Una empresa que da prioridad a las habilidades tiene más probabilidades de retener a los empleados, ya que el desarrollo personal y el reconocimiento de los logros son factores clave para mantener el compromiso. Este tipo de empresas disfrutan de una mejor retención ya que sienten que la organización invierte en su crecimiento y valora el desarrollo individual.
Así lo corroboran investigaciones recientes que ponen de manifiesto que las personas que se plantean cambiar de empresa afirman que el desarrollo o la mejora de las competencias es un factor esencial en su decisión de permanecer en su empresa actual o cambiar. Asimismo, la gran mayoría de las empresas con modelos que dan prioridad a las habilidades confirman que tienen más probabilidades de retener a los mejores profesionales y de colocar a los talentos en los puestos adecuados.
4. Potenciar la planificación del talento con un enfoque basado en competencias
Las organizaciones centradas en las habilidades dominan la capacidad de vincular sus prioridades de negocio con la planificación del talento, partiendo de una comprensión más profunda de las competencias que realmente necesitan desarrollar. Este conocimiento permite diseñar procesos de ‘reskilling’ (o recapacitación) orientados a resultados de aprendizaje concretos, que pueden generarse a través de evaluaciones, prácticas dinámicas y formación personalizada.
La inteligencia artificial también está transformando estos procesos, facilitando una planificación del talento más ágil y eficaz. Lo hace al permitir una personalización mucho mayor del aprendizaje, fomentar nuevos formatos (como contenidos breves y adaptados) y facilitar la práctica de habilidades en el flujo del trabajo.
El camino para convertirse en una organización basada en habilidades ya no es solo una decisión estratégica: es un imperativo empresarial. Al aplicar estas cuatro claves y asumir que las habilidades son la nueva moneda del mundo laboral, los líderes pueden impulsar una mayor innovación, agilidad y éxito sostenible a largo plazo, tanto para su equipo como para toda la organización.
***Hugo Sarrazin es presidente y CEO de Udemy.