Juan Vicente Capella Hernández, director-gerente de la Ciudad Politécnica de la Innovación, parque científico de la Universitat Politècnica de València.
La innovación ha sido un motor constante del desarrollo a lo largo de la historia. Desde las sociedades primitivas hasta las economías modernas, el impulso por encontrar nuevas formas de aumentar la eficiencia y mejorar los medios de subsistencia ha sido una constante. En el ámbito económico, la innovación ha sido reconocida como un catalizador esencial para el progreso y desarrollo, facilitando la competitividad de los productos y ampliando los mercados disponibles para las empresas.
El surgimiento de los primeros parques científicos y tecnológicos fue resultado del importante avance en las tecnologías de la información durante la segunda mitad del siglo XX, siendo Silicon Valley en California su paradigma. Este éxito motivó la adopción del modelo en todo el mundo.
Los parques científicos y tecnológicos tienen como objetivo principal estimular la investigación y el desarrollo, además de fomentar la innovación. Su función radica en facilitar la transferencia de tecnología y conocimiento entre los diversos agentes del sistema, principalmente el tejido económico y las entidades de investigación como centros tecnológicos, universidades y centros de investigación, promoviendo un desarrollo económico sostenible en su entorno.
Además, los parques facilitan la creación y el crecimiento de empresas basadas en la innovación a través de procesos de incubación y spin-off; y proporcionando otros servicios de valor añadido junto con espacios e instalaciones de alta calidad al crear un entorno propicio para la innovación y el conocimiento, ubicando instituciones de investigación en el parque, para generar un conocimiento aplicado, personal altamente cualificado y accesible principalmente para las empresas establecidas en el propio parque.
De esta forma, en el parque conviven empresas y entidades que necesitan conectarse a la universidad para innovar, científicos que desean desarrollar conocimiento y transferir tecnologías, patentes o licencias y emprendedores de spin-offs o startups que buscan ubicarse donde la innovación nace y pueden obtener servicios como consultoría de innovación, acceso a talento, soporte a proyectos europeos, formación continua, licencias de tecnología, ensayos y certificaciones, organización de eventos, etc.
Así, este ecosistema se basa en un modelo de innovación abierta, basado en la colaboración entre diferentes agentes: universidades, empresas, sector público y ciudadanía.
Actualmente, estamos inmersos en un cambio en el que la tecnología profunda disruptiva deep tech está cobrando gran protagonismo, dejando de ser un concepto de futuro para ser el escenario donde se juega la competitividad en la actualidad, requiriéndose una visión distinta para cada tecnología. En esta tesitura, los parques científicos y tecnológicos son, por tanto, elementos clave del sistema de investigación y desarrollo español, con un crecimiento prometedor y capaces de generar dinámicas de innovación con impacto real en nuestra sociedad para mejorarla, liderando en esta nueva era un cambio de modelo económico y social, propiciando el avance hacia una economía basada en el conocimiento.
***Juan Vicente Capella Hernández, director-gerente de la Ciudad Politécnica de la Innovación, parque científico de la Universitat Politècnica de València.