
SAS Innovate 2025
De 'low-code' a cuántica: así revoluciona SAS la analítica de datos en tiempo real para llevar la IA a cualquier empresa
Durante SAS Innovate 2025, celebrado esta semana en Orlando, la firma desvela las nuevas herramientas que incorpora su plataforma Viya para "democratizar una IA confiable".
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“Celebramos 50 años de innovación en SAS. En todo este tiempo hemos escrito miles de millones de líneas de código, desplegado millones de modelos e incluso creado nuestro propio lenguaje de programación”.
Así dio comienzo SAS Innovate 2025 sobre el escenario de la sala de convenciones del complejo Hilton Orlando. Son las palabras del CTO de SAS, Bryan Harris, quien este miércoles ejerció de maestro de ceremonias para dar la bienvenida a una sala abarrotada de asistentes, entre los que se encontraba esta periodista de DISRUPTORES - EL ESPAÑOL.
Los datos iniciales recogen que alrededor de 2.500 personas se han desplazado esta semana a Orlando, Florida (Estados Unidos), para asistir al evento anual de la tecnológica con sede en Carolina del Norte, estado donde SAS dio sus primeros pasos en los años 60.
“En este tiempo hemos sido testigos de las grandes revoluciones tecnológicas: primero del PC y la adopción masiva de internet; luego de la nube, el machine learning y el deep learning; y, finalmente, de la explosión de la inteligencia artificial (IA), desde la IA generativa y los agentes de IA hasta las prometedoras aplicaciones de la computación cuántica”, continuó Harris, adelantando de soslayo algunas de las novedades preparadas por la compañía, y que anunciaría a continuación.
En su intervención no pasó por alto el contexto tecnológico en el que nos movemos desde hace dos o tres años, que calificó de “abrumador, incluso para los que nos dedicamos a desarrollar estas tecnologías”. “Hoy en día todo gira en torno a la IA, la IA generativa, los agentes de IA e incluso la IA cuántica, y la lista podría continuar”.
A pesar de esta aceleración imparable, SAS tiene claro que todo converge en un único propósito: dotar a las empresas de la capacidad para tomar decisiones que generen resultados y marquen la diferencia. El mismo objetivo con el que nació SAS dentro de un laboratorio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
En cierto modo, podríamos decir que SAS nació como spin‑off. Fue en 1966, en plena Guerra Fría, en un contexto en el que la informática era cosa de unos pocos, el entorno digital apenas se concebía y todavía faltaban dos décadas para que Tim Berners‑Lee creara la World Wide Web (WWW).
Pionera en gestión de datos
La denominación de esta enseña, bien conocida entre desarrolladores y expertos del sector TIC, no fue muy original ni respondía a los criterios del marketing actual: SAS es el acrónimo de Statistical Analysis System.
Surgió como proyecto de un equipo de investigadores (Jim Goodnight, John Sall, Anthony Barr y Jane Helwig) que se plantearon cómo procesar los grandes volúmenes de datos que generaba el sector agrícola —lo que su propia denominación define—. Para darle solución, diseñaron un conjunto de rutinas estadísticas que corrían en un mainframe de IBM.

El CTO de SAS, Bryan Harris, durante su intervención en SAS Innovate 2025.
"Unos años después decidimos abandonar la universidad y dedicarnos a nuestro propio negocio, porque había tanto entusiasmo por nuestro trabajo que pudimos crecer sin límites", recuerda Jim Goodnight, CEO y cofundador de SAS, durante el encuentro que mantiene con este medio en el marco de SAS Innovate 2025.
Así fue como una década después, este experimento académico evolucionó a una empresa privada dedicada a analizar cantidades ingentes de información, liderada por Goodnight y con el mismo nombre de aquel proyecto: SAS.
Sectores como la sanidad, la banca o la industria detectaron pronto el potencial de una tecnología que les permitía explotar datos estructurados y facilitar una toma de decisiones más precisa. En los años 80, y con la gestión de datos todavía en ciernes, apenas tenía competencia.
De la nube a la IA
Desde entonces, esta compañía, como presume Harris, ha sido testigo y protagonista de la transformación digital global, siempre adaptándose a los requerimientos del mercado. El primer giro estratégico lo dio en 2016 con la llegada de la nube, cuando lanzó su plataforma Viya para ofrecer las mismas capacidades en un entorno cloud. En 2019 anunció una inversión de 1.000 millones de dólares en investigación de inteligencia artificial.
Hoy, esta veterana debe lidiar con compañías del calibre de AWS, Microsoft o Google en un negocio —el de los datos en la nube— del que todos quieren llevarse su parte del pastel.

Con más de 11.000 empleados en todo el mundo, SAS está presente en más de 50 países y acumula 80.000 clientes en sectores tan diversos como las telecomunicaciones, la energía y la administración pública, y en el último ejercicio facturó 3.000 millones de dólares..Un logro conseguido con un crecimiento 100% orgánico, sin fusiones ni adquisiciones, y haciendo gala de que sus empleados son sus principales activos.
Sin perder de vista el propósito que guió a cuatro jóvenes doctores a plantar las raíces de SAS (ayudar a empresas y organizaciones a tomar mejores decisiones mediante análisis predictivo y big data), ahora el objetivo de esta multinacional es integrar esa analítica con la inteligencia artificial y un flujo continuo de datos para que dicha toma de decisiones sea en tiempo real.

Un momento de la sala de convenciones donde se celebra SAS Innovation 2025.
Ya el año pasado, en el mismo evento celebrado en Las Vegas, SAS sorprendió con la integración de IA generativa en Viya, el estreno de “modelos ligeros” para casos de uso (como detección de fraudes u optimización de la cadena de suministro) y el lanzamiento de Data Maker, una fábrica de datos sintéticos.
También presentó Viya Workbench (un entorno en la nube, bajo demanda, flexible y diseñado para desarrolladores y científicos de datos); Viya Copilot (un asistente conversacional human‑in‑the‑loop); así como herramientas de transparencia y una asesora de gobernanza de IA.
Más datos, más rápidos y más decisivos
Su foco, como adelantó Harris, sigue siendo el mismo, pero con nuevos potenciadores: "Esa capa de inteligencia que une analítica avanzada, IA generativa y rigurosos mecanismos de gobernanza para ofrecer decisiones objetivas y en tiempo real», afirmó durante su keynote. “La verdadera ventaja competitiva ya no está en quién tiene más datos, sino en quién sabe convertirlos en decisiones que generen valor inmediato”.
En esa misma línea, Jim Goodnight puntualizó a preguntas de este medio la amplitud de la oferta de SAS: “Hay dos tipos de IA. Una es la IA clásica, que llevamos usando unos veinte años y sirve para crear modelos predictivos, como detectar usos fraudulentos de una tarjeta de crédito".
"La otra es la IA generativa, capaz de generar texto palabra a palabra, ideal para asistentes conversacionales o generación de informes. Ambos enfoques son complejos, y en SAS estamos preparados para ofrecerlos de manera integrada”, añadía el CEO con una lucidez envidiable a sus 84 años.
Para ello, SAS sigue incorporando innovaciones a Viya, su plataforma de analítica de datos en la nube armada con inteligencia artificial. La primera gran novedad de este año es SAS Intelligent Decisioning, una solución low‑code / no‑code que permite a cualquier equipo de negocio diseñar, probar y desplegar flujos de trabajo de IA en un entorno intuitivo. “Democratizamos la IA: cualquier analista puede implementar decisiones que antes requerían semanas de desarrollo”, explicó Harris.
Un ecosistema de confianza
Complementando esta propuesta, el CTO ha anunciado el AI Governance Map, un módulo de gobernanza que documenta métricas de rendimiento, evaluaciones de sesgo y pautas de uso recomendadas. “No basta con crear modelos potentes; hay que garantizar que sigan siendo justos y transparentes durante todo su ciclo de vida”, recalcó.
Harris también desveló la incorporación de las capacidades de Quantum AI a la plataforma Viya, una herramienta que combina computación cuántica y arquitecturas híbridas. Junto a Procter & Gamble, SAS logró pasar de 6 horas a 12 minutos la resolución de un complejo problema de asignación de líneas de producción con cientos de variantes, recortando el tiempo de cómputo en un 97 %. “La computación cuántica ya no es una promesa, es una realidad que reduce tiempos de cálculo de horas a minutos”, aseguró.
Bryan Harris insistía sobre el escenario en que su misión va más allá del desarrollo de algoritmos y consiste en "crear un ecosistema de confianza donde la analítica avanzada y la IA responsable trabajen de la mano con las personas para resolver retos reales del negocio”
Mientras, Jim Goodnight completaba esta visión con un enfoque técnico durante la entrevista que mantenía más tarde con DISRUPTORES - EL ESPAÑOL: "En todos estos años hemos perfeccionado nuestro código multihilo para convertirlo en uno de los motores más veloces del mercado"
"Somos diez o veinte veces más rápidos que gran parte del software de código abierto", agregaba Goodnight. Esto marca una diferencia esencial en la nube, donde los clientes pagan por segundo de uso.
Un entorno en el que reducir a la mitad el tiempo de cómputo no solo acelera sus procesos, sino que reduce significativamente sus costes. Y una visión con la que SAS reafirma su compromiso de que las empresas conviertan cada dato en una oportunidad de crecimiento sostenible.
La potencia de los videojuegos
Otra de las grandes apuestas de SAS es la integración de gemelos digitales con Unreal Engine, el motor de videojuegos y herramienta de creación 3D en tiempo real desarrollado por el estudio Epic Games. “Esta colaboración permite generar entornos virtuales fotorrealistas que simulan procesos industriales completos”, afirmó el CTO, Bryan Harris, durante la celebración de SAS Innovate 2025.
En un caso práctico con Georgia‑Pacific (empresa estadounidense dedicada a la fabricación de papel y productos derivados), estos digital twins demostraron cómo optimizar rutas de transporte, anticipar cuellos de botella y reducir hasta un 8% los costes operativos, todo ello alimentando los modelos de IA con datos sintéticos.