
Rob Lee, Chief Technology Officer (CTO) de Pure Storage.
Rob Lee (Pure Storage): "Las empresas ya no compran almacenamiento, quieren consumirlo como Netflix"
El CTO de esta multinacional confía en que los hiperescalares de la nube pública inicien un 'efecto dominó' que destierre el disco magnético y acelere la adopción de la inteligencia artificial en las empresas.
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A sus espaldas atesora 75 patentes en sistemas distribuidos y almacenamiento de datos. Trabajó durante más de una década en Oracle, encargado de la ejecución de lenguajes de programación y sistemas de procesamiento de transacciones distribuidas. Desde hace once años, forma parte de Pure Storage, donde lidera todo el desarrollo tecnológico de este fabricante de soluciones de almacenamiento.
Hablamos de Rob Lee, CTO de esta multinacional, y encargado de materializar las innovaciones que surgen a la hora de gestionar los ingentes volúmenes de información digital (Pure Storage presume de dedicar un 19,7% de su facturación a I+D) y de adaptarse a las nuevas tendencias del mercado, como la inteligencia artificial en la actualidad. También, por si fuera poco, de redefinir a través de sus clientes la infraestructura de datos en grandes corporaciones y entre los hiperescalares de la nube pública.
"Paso la mayor parte de mi tiempo analizando tendencias tecnológicas, viendo qué ocurre en el mercado, qué nos piden los clientes y, lo más importante, hacia dónde estamos llevando nuestros productos en los próximos seis meses", explica Lee, durante un encuentro con DISRUPTORES - EL ESPAÑOL en su laboratorio de Praga. "El mercado está cambiando. La demanda de almacenamiento crece exponencialmente, y las grandes tecnológicas están invirtiendo cantidades enormes en asegurar capacidad y eficiencia".
La causa subyacente no es otra que la archiconocida y archimentada inteligencia artificial. Para Lee, 2024 ha sido un año de prueba y error para muchas empresas en lo que respecta a esta tecnología: "La mayoría de los clientes con los que hablo coinciden en que este ha sido un año de experimentación. Muchas compañías han invertido en proyectos piloto, pero ahora se preguntan: ¿cómo pasamos de un prototipo a una implementación real en el negocio?".
El reto, según Lee, es doble. Por un lado, las empresas aún están tratando de identificar en qué áreas concretas la IA puede aportar valor tangible. "La inteligencia artificial es una tecnología, no un caso de uso en sí misma. Igual que internet no es un caso de uso, sino una infraestructura que habilita otros negocios, la IA debe aplicarse a problemas específicos para que tenga impacto".
Por otro lado, existe una barrera de talento que dificulta su adopción: "Las empresas quieren avanzar con IA, pero muchas no encuentran los profesionales adecuados, o la tecnología cambia tan rápido que se hace difícil mantenerse al día".
A esto se suma otro problema estructural, el que ocupa a Rob Lee: la infraestructura de almacenamiento, en su caso exclusivamente basada en sistemas flash. "Cuando pasas de un entorno de prueba a producción, todo cambia. No puedes permitirte que un sistema de detección de fraude con IA falle, porque una caída puede costar millones de dólares. Por eso necesitamos desarrollar sistemas fiables, escalables y preparados para soportar cargas de trabajo intensivas", indica.
El 'efecto dominó' de los hiperescalares
Lo anterior aplica a toda clase de empresas, pero si hay una tipología que interesa (y mucho) a Rob Lee es la de los hiperescalares. Categoría ésta donde englobamos a Amazon Web Services, Microsoft Azure o Google Cloud, cuyos servicios en la nube usan la vasta mayoría de organizaciones en todo el globo.
"Si observas a los principales hiperescalares del mundo, ves un enorme crecimiento en inversión de capital, en gran parte impulsado por la IA. Pero esto también trae desafíos, especialmente en consumo energético", indica el directivo. "Las compañías de nube están firmando contratos para construir nuevas plantas nucleares solo para abastecer sus centros de datos. Y lo que hemos demostrado con nuestra tecnología es que, optimizando el almacenamiento, pueden ahorrar más energía que la que ganarían construyendo una nueva planta".
En noviembre de 2023, Pure Storage anunció que uno de los cuatro principales hiperescalares ha adoptado su tecnología de almacenamiento. Cuando le preguntamos si puede revelar el nombre de la marca con la que están trabajando, Lee responde con cautela: "Me encantaría decirlo, pero no depende de mí. Se anunciará en su momento".
En cualquier caso, asegura que se trata de un movimiento transformador, capaz de producir un 'efecto dominó' en el resto de la cadena de valor. Un 'efecto mariposa', si lo prefieren.
"Es la primera vez que un hiperescalar de este calibre abandona sus propios desarrollos internos y decide integrar una solución externa de almacenamiento de alto rendimiento. Históricamente, han diseñado todo en casa, pero han visto que con nuestra tecnología pueden ahorrar hasta un 20% en consumo energético y mejorar su eficiencia de almacenamiento", presume el CTO de esta casa.
El paso para olvidarnos de los discos magnéticos...
El jefe de Lee, Charles Giancarlo, CEO mundial de Pure Storage, predecía en 2020 en otra entrevista con DISRUPTORES - EL ESPAÑOL que "los discos magnéticos de almacenamiento de datos son los nuevos dinosaurios". Obviamente, es parte interesada, ya que como adelantábamos su compañía tan sólo fabrica unidades flash de nueva generación. Incluso aventuraba que, para este 2025, veremos que el flash se haría con el 80% o el 90% del mercado.
A punto de cumplirse el plazo dado por su capo, preguntamos a Rob Lee si se están cumpliendo esas previsiones. "Estamos en el comienzo del fin del disco duro tal como lo conocemos. El mercado de discos duros está extremadamente concentrado. Hay solo dos fabricantes principales, y el 60-70% de la producción mundial de discos es adquirida por los cinco mayores hiperescalares. Si uno de ellos deja de comprar discos y se pasa a almacenamiento flash, el resto lo seguirá", sostiene Lee.
En otras palabras, volvemos a la llamada al 'efecto dominó' para acelerar un proceso que no ha ido tan veloz como se esperaba esta compañía. Aunque Lee, repreguntado por el tema, no quiera admitirlo abiertamente: "Lo que estamos viendo es que las grandes empresas están abandonando los discos mecánicos más rápido de lo que nadie había previsto", se limita a contestar.
... y el cambio a un modelo bajo servicio
Este salto de las unidades magnéticas al flash no es el único gran cambio que está ocurriendo en el sector del almacenamiento de datos. Y es que es obligado hablar del trasvase del modelo basado en la venta de dispositivos a otro basado en servicios.
"Las empresas ya no quieren comprar almacenamiento como si estuvieran comprando DVDs", dice Lee. "Quieren un modelo que funcione como Netflix: siempre disponible, sin preocuparse por la infraestructura, con flexibilidad para escalar según sus necesidades. El objetivo es ofrecer a los clientes lo mejor de la nube y de los entornos on-premise: la flexibilidad de la nube, pero con los beneficios de tener el control sobre sus datos en sus propias instalaciones".
Este cambio también está motivado, en parte, por las implicaciones regulatorias, especialmente en Europa: "Muchas empresas europeas, por cumplimiento normativo, deben mantener parte de sus datos en infraestructuras locales, sin depender de proveedores externos. Lo que estamos haciendo es llevar la experiencia de la nube a entornos on-premise, automatizando la gestión de almacenamiento y eliminando las complejidades tradicionales", concluye el ejecutivo.