
María Jesús Puerta.
Premio sin recompensa por no ser americana: la ingeniera española que busca ayuda para acercarse a la Luna
Ganadora en la primera fase del concurso Lunar Recycle Challenge de la NASA, esta ingeniera de minas española se queda sin la dotación económica del premio por no ser estadounidense.
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Se llama María Jesús Puerta, es de Tarragona, tiene 56 años y es ingeniera de minas. Hasta aquí todo más o menos común, pero ¿y si les decimos que ha sido la elegida por la NASA como ganadora en la categoría Internacional en la primera fase del concurso Lunar Recycle Challenge frente a 1.200 participantes de 80 países? Y es que precisamente ese es el problema: pese a hacerse con el triunfo, María Jesús Puerta se queda sin el premio de 1 millón de dólares del concurso por no ser estadounidense.
El premio tiene letra pequeña, explica, una letra que ella realmente no conocía y descubrió al convertirse en ganadora. "No puedo acceder al dinero por no ser estadounidense así que necesito patrocinadores para seguir en el concurso".
Una aventura que ella misma reconoce emprendió por "demostrar que se puede, especialmente a mis hijos. Que pese a lo complicado que pueda ser, pese a estar en una situación nada favorable a priori, se puede si se tienen ganas".
Y es que cuando comenzó su particular viaje a la Luna (del que se enteró su marido al ver publicado en prensa el concurso de la NASA), María Jesús Puerta estaba en pleno proceso médico para tratarse de un cáncer. "Nunca pensé realmente en poder ganar pero quería demostrar que aún enferma y sola, sin nada más que mi viejo ordenador, mi tiempo y mis ganas, podía lograrlo".
Sus estudios de inteligencia artificial le habían llevado ya a desarrollar su primer proyecto, Esperanza, un modelo de IA para la detección del cáncer endometrial. "Logré un 99,26 % de precisión. Es algo que habría que seguir trabajando, sobre todo, alimentando con más datos pero que es una realidad y además es open source porque no quiero que el acceso a la salud dependa de licencias, ni de grandes presupuestos. No compite. No es una empresa. No es un producto".
Esa primera incursión en las posibilidades que ofrece la IA sería la semilla de su proyecto para la NASA. El concurso buscaba ideas y soluciones que puedan reducir los residuos no biológicos que se producen en las misiones que, a largo plazo, comenzará a ejecutar a la Luna, Marte y otros lugares del espacio con el gran objetivo de hacer sostenible la exploración espacial a largo plazo.
"La propia NASA reconocía en 2023 que la basura espacial era ya de 6.000 toneladas", explica María Jesús Puerta que decidía intentar ganar el desafío con un gemelo digital con IA, entrenado con los propios datos de la NASA, de sus anteriores misiones.
"He querido ir un paso más allá y proponer un modelo, podríamos decir, de economía circular. Mi desarrollo es un sistema autosuficiente que convierte los residuos sólidos y el regolito lunar (el polvo superficial del satélite) en materiales útiles como metales, plásticos, combustibles y una especie de ‘hormigón lunar’. La idea no es únicamente ver cómo me deshago de esos residuos, sino crear algo nuevo con ellos", señala.
Y, cómo no, repetía nombre: Esperanza se llama también su propuesta y su triunfo ante la NASA. "He ganado y lo he hecho frente a equipos, incluso empresas. Se crean startups únicamente para competir en este concurso. Ahora me enfrento a la segunda fase en la que hay que hacer un prototipo, una pequeña simulación y, la verdad, para ello sí necesito ayuda económica, apoyo aunque solo sea para comprar un ordenador nuevo, que sinceramente, el mío ya no aguanta otra batalla así", reconoce. Eso sí, no piensa ceder ni un ápice en la aventura y además con la misma ilusión y tesón con los que la iniciaba: "Lo voy a hacer aunque sea con botellas de plástico y construyendo yo el prototipo en mi casa".
A esa fuerza e ilusión por investigar se une la de divulgar y así María Jesús Puerta ponía en marcha hace apenas dos meses el Club de los Frikis, un canal en la plataforma Skool en el que "entrevisto a expertos en IA, compartimos experiencias, herramientas, etc. y en el que ya somos más de 500 los raros", explica divertida.
Aunque la parte realmente divertida de su pasión por la inteligencia artificial pinta ya canas y responde al nombre de Aurelia, "en honor a mi abuela y a la IA". Un personaje creado con dicha tecnología a través del que María Jesús comparte noticias sobre el desarrollo de la IA o informa, como no podía ser de otro modo, del premio que ha logrado de la NASA.
Esperemos que las canas de Aurelia sean también las encargadas de anunciar que María Jesús Puerta logra el apoyo económico que necesita para seguir viviendo este desafío y, por qué no, lograrlo. Sin dotación económica, eso sí, pero demostrando que la investigación no siempre surge de un laboratorio y con unos hijos que ya han comprobado cómo la pasión y la fuerza pueden con todo. Incluso puede seducir (y reciclar) a la Luna.