
Sede del centro tecnológico Tecnalia.
Los centros tecnológicos elevan su papel como motor de la I+D+I española con un retorno de 8,5 € por cada euro invertido
De los 35 millones invertidos en 2021 han generado, en apenas tres años, casi 300 millones en ingresos gracias al programa Cervera.
Más información: Los centros tecnológicos exhiben músculo como uno de los "principales motores" de la I+D+I de nuestro país
La capacidad de innovación de España ha estado marcada en los últimos años por la colaboración entre centros tecnológicos. Una colaboración en la que el programa Cervera, puesto en marcha en 2021, ha tenido un papel esencial y que ha arrojado resultados significativos: los 35 millones de euros invertidos en 2021 han generado, en apenas tres años, casi 300 millones de euros en ingresos.
Unos datos que equivalen a un retorno de 8,5 euros por cada euro público invertido. Así lo recoge el último informe presentado por la Federación Española de Centros Tecnológicos (Fedit) en colaboración con el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), donde se recogen los resultados de la segunda convocatoria de este programa.
De los casi 300 millones de euros en ingresos, más de 130 millones proceden de contratos de prestación de servicios a empresas, y el resto de ayudas competitivas. Como cifra adicional, y a excepción de 2020 por la pandemia, los ingresos han crecido a un ritmo superior al 10% anual desde 2017.
“Es suicida no trabajar con los centros tecnológicos. El que quiera que las pymes mejoren su competitividad ha de hacerlo con ellos”, manifestaba durante la presentación del documento el director general de CDTI, José Moisés Martín.
Este éxito no es casual. Fedit lo atribuye a la estructura bottom-up de la convocatoria, un formato que permite que los centros propongan líneas de trabajo en función de sus capacidades y las demandas del mercado, en lugar de ceñirse a las bases predefinidas por la administración.
Esto, alineado con los requisitos europeos de cooperación y la lucha contra la fragmentación del conocimiento, son factores que han permitido a los consorcios creados diseñar proyectos que respondan a las necesidades reales del tejido productivo.
“Cervera ha demostrado ser una palanca eficaz para construir ecosistemas colaborativos, reforzar capacidades tecnológicas y movilizar inversión público-privada”, resumía la presidenta de Fedit, Laura Olcina.
Transferencia plausible
Esos consorcios están formados por centros tecnológicos de toda España, concebidos para impulsar la investigación aplicada y acelerar la transferencia de tecnología a la empresa y la sociedad.
Cada una de estas redes aborda un reto estratégico (inteligencia artificial, movilidad autónoma, salud digital e hidrógeno verde) y trabaja en desarrollar demostradores con un elevado nivel de madurez que puedan incorporarse rápidamente al mercado.
Entre ellas, la red AI4ES, coordinada por el Instituto Tecnológico de Informática (ITI), se ha consolidado como referente en análisis de datos y adopción de inteligencia artificial generativa. En tres años, sus nueve centros han captado 32,5 millones de euros en contratos y obtenido 42,2 millones en subvenciones. Entre sus logros más relevantes destaca la puesta en marcha de un CoLab con la multinacional Schunk, la movilización de más de 327 investigadores y la publicación de más de 123 artículos.
En el ámbito de la movilidad urbana, Integra, dirigido por el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) ha desarrollado el proyecto Movinn, que ha desarrollado asientos, cinturones y airbags inteligentes para entornos de conducción semiautónoma. Esta red ha generado 23 millones de euros en ingresos y validado sus demostradores en condiciones reales.
Por su parte, Iberus, liderada por el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), ha apostado por los smart health data para transformar la rehabilitación de pacientes con patologías musculoesqueléticas, especialmente tras un ictus. Con el apoyo de más de 400 empresas, esta red ha facturado 16 millones de euros, ha elevado la participación femenina del 27% al 35% y ha creado herramientas basadas en visión artificial, serious games y procesamiento de lenguaje natural que ya están siendo evaluadas en entornos clínicos y extrahospitalarios.
Finalmente, H24NewAge (Tecnalia) ha abordado toda la cadena de valor del hidrógeno verde: desde el diseño de electrolizadores AEM de 1 kW hasta su transporte y almacenamiento, con dos solicitudes de patente y 9,13 millones de euros en contratos y, para cerrar el círculo, ha lanzado un programa piloto de micro-cursos de Formación Profesional.
Fortalezas y debilidades
En el informe presentado hace unos días, el modelo Cervera pone negro sobre blanco su eficacia en la transferencia tecnológica: más de 750 publicaciones científicas, ocho patentes solicitadas y demostradores próximos al mercado.
“Cualquier política pública se tiene que basar en la evidencia, que es lo que hace que tengamos un marco de alianza público-privada sustentado en este programa”, manifestaba el director general de CDTI.
El documento también recoge que casi 2.000 profesionales, entre doctores y perfiles técnicos, han participado en las 798 actividades de I+D+I financiadas por este programa, y la tasa de retorno en Horizonte Europa ha crecido del 17,9% de H2020 al 24,3% actual.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. También se llama la atención sobre la persistencia de retos estructurales, especialmente en lo que se refiere a las ayudas económicas: la financiación de los centros tecnológicos de Fedit apenas supera el 13%, muy por debajo del rango del 23% al 45% que la OCDE establece para este tipo de entidades. Por ejemplo, en Francia o Finlandia el porcentaje supera el 30%.
Por otra parte, destaca la escasez de profesionales especializados en inteligencia artificial, movilidad autónoma e hidrógeno. Un déficit que, señalan los autores, podría superar el millón de puestos cualificados para 2030 y que, si no se cubren, podría amenazar la velocidad de adopción industrial de estas tecnologías en nuestro país.
Además, el Informe Draghi, publicado en septiembre del año pasado por la Comisión Europea, advierte de la dispersión de líneas de financiación del gasto público en I+D+I entre Estados miembro, lo que dificulta la ejecución de proyectos transnacionales.
Meses de vértigo hasta 2025
El próximo Plan Estratégico del CDTI 2024-2027 propone convertir Cervera en un programa de financiación estructural, coordinado con las comunidades autónomas y vinculado a indicadores de éxito, y que no se queda en meras convocatorias puntuales.
“Si queremos consolidar los centros tecnológicos como palanca de desarrollo económico, debemos garantizar la continuidad de Cervera más allá del ciclo actual”, defendía el director general de Fedit, Áureo Díaz-Carrasco.
Esa continuidad será decisiva para sostener el crecimiento de los ingresos y el empleo cualificado, consolidar nuevas líneas estratégicas y acelerar la adopción de los demostradores en el mercado, es decir, transferir ese conocimiento a las empresas que se encargan de transferir ese conocimiento generado en los centros a necesidades reales.
Ahora, España afronta el reto de transformar este éxito coyuntural en un ecosistema estable, capaz de competir con las grandes potencias en inteligencia artificial, movilidad autónoma, hidrógeno verde y salud digital.