Una diminuta prótesis ocular permite volver a leer a personas con degeneración macular asociada a la edad.

Una diminuta prótesis ocular permite volver a leer a personas con degeneración macular asociada a la edad.

Grandes actores

Los top semanales del Índice de la Digitalización: una diminuta prótesis ocular que permite volver a leer

El Consenso de Tendencias analiza informes internacionales que muestran cómo distintas tecnologías configuran una nueva infraestructura económica.

Más información: Wake Up Box: la nueva herramienta para el ‘reskilling’ permanente de los líderes empresariales

Guillermo R. Gil
Publicada

Las claves

Un microchip implantado en la retina, junto con gafas de alta tecnología, ha permitido recuperar parte de la visión en pacientes con degeneración macular, logrando que el 84% de los participantes mejoraran su agudeza visual.

Investigadores españoles han desarrollado modelos de inteligencia artificial capaces de predecir rachas extremas de viento con precisión superior al 94%, optimizando la gestión de parques eólicos.

Científicos de Alemania avanzan en microimpresoras 3D ópticas capaces de imprimir estructuras celulares dentro del cuerpo humano, abriendo nuevas posibilidades en medicina regenerativa.

Un sistema argentino basado en IA evalúa automáticamente la fluidez lectora de estudiantes a partir de grabaciones de voz, facilitando la detección temprana de dificultades de alfabetización.

Apenas supera el tamaño de una diminuta mota de polvo, pero encierra el poder de devolver la capacidad de leer a quienes llevaban años sin poder hacerlo. Este microchip, que se implanta en la retina y es fruto de un ensayo clínico internacional, ha permitido recuperar parte de la visión a pacientes con degeneración macular asociada a la edad, una enfermedad que destruye lentamente las células que se encargan de captar la luz y deja a quienes la padecen sin visión central. Sus resultados, publicados recientemente en The New England Journal of Medicine, abren una nueva era en la restauración de la vista.

Esta es solo una de las innovaciones que reúne esta semana Wake Up BOX, la herramienta de reskilling que aloja el índice de digitalización Inndux 500 y publica los análisis más completos de decenas informes internacionales, agrupados en el Consenso de Tendencias.

En el top 10 de esta semana, y más allá de los avances tecnológicos que ayudan a recobrar parte de la vista, es posible hallar impresoras 3D diminutas que pueden trabajar dentro del propio cuerpo humano, herramientas con IA para mejorar la comprensión lectora o modelos inteligentes que ayudan a predecir la velocidad del viento.

A la vez, tal y como explica el último informe sobre tendencias digitales publicado en Wake Up BOX, la conversación tecnológica mundial se centra en la madurez de una nueva fase donde la inteligencia artificial agéntica, la robótica físico-cognitiva y la computación cuántica se integran como infraestructuras fundamentales desde el punto de vista económico.

El foco ha pasado de la experimentación con estas tecnologías a su implementación y la búsqueda de estabilidad y confianza. La inteligencia artificial, así pues, ya no se limita a los algoritmos: se distribuye entre humanos, agentes digitales y sistemas autónomos que colaboran en la toma de decisiones y en la creación de valor.

Un chip y unas gafas para recuperar la vista

El dispositivo se denomina Prima, y combina un diminuto implante fotovoltaico colocado bajo la retina con unas gafas de alta tecnología que actúan como puente entre el entorno y el ojo. La cámara integrada en las gafas captura las imágenes y las proyecta sobre el chip mediante luz infrarroja, y este a su vez las transforma en impulsos eléctricos enviados al cerebro a través del nervio óptico.

De este modo, de los 38 pacientes que participaron en los ensayos clínicos internacionales, 32 completaron un seguimiento de doce meses. De ellos, el 84% mejoró con creces su agudeza visual para reconocer números y palabras, algo impensable hasta ahora en casos de ceguera por degeneración macular avanzada asociada a la edad.

Un microchip, que se implanta en la retina y es fruto de un ensayo clínico internacional, ha permitido recuperar parte de la visión a pacientes con degeneración macular asociada a la edad.

Un microchip, que se implanta en la retina y es fruto de un ensayo clínico internacional, ha permitido recuperar parte de la visión a pacientes con degeneración macular asociada a la edad.

Por otro lado, investigadores de la Universidad de Córdoba, en España, han desarrollado dos modelos de inteligencia artificial capaces de predecir con gran precisión las rachas extremas de viento, un avance clave para optimizar la gestión de los parques eólicos.

Entrenadas con más de 13 años de datos, estas metodologías combinan redes neuronales artificiales y sistemas de clasificación ordinal para anticipar, con hasta ocho horas de antelación, la intensidad del viento en distintas categorías. En los escenarios más severos, logran una precisión superior al 94%, lo que permite prevenir daños en aerogeneradores y mejorar la planificación energética.

Una impresora 3D que opera dentro del cuerpo

Una nueva generación de impresoras 3D podría algún día construir tejidos directamente dentro del cuerpo humano. Es el objetivo que se persigue en la Universidad de Stuttgart, donde una investigadora acaba de recibir 1,8 millones de euros de la fundación Carl-Zeiss-Stiftung para liderar un grupo de trabajo que desarrolla microimpresoras ópticas del tamaño de un grano de sal. Estas herramientas, insertadas mediante una fibra endoscópica, podrían imprimir estructuras celulares con precisión micrométrica, facilitando la regeneración de tejidos sin cirugía invasiva y abriendo una nueva vía en la medicina regenerativa.

Y un equipo del Laboratorio de Inteligencia Artificial Aplicada de la Universidad de Buenos Aires (UBA-CONICET) trabaja en un sistema que permita evaluar de forma automática la fluidez lectora de estudiantes a partir de grabaciones de voz. La herramienta, creada junto a la Dirección General de Educación de la provincia de Mendoza (Argentina) con apoyo del Banco Mundial, analiza cuántas palabras son leídas correctamente por minuto mediante reconocimiento del habla adaptado al español infantil. Con un margen de error promedio de solo cuatro palabras, podría transformarse en una app capaz de monitorear la lectura en tiempo real y detectar dificultades tempranas de alfabetización.

Una nueva infraestructura económica

En 2025, tal y como se desprende del último informe sobre talento digital disponible en Wake Up BOX, la tecnología vive una etapa de madurez marcada por la integración de tres grandes pilares: la inteligencia artificial agéntica, capaz de actuar y tomar decisiones por sí misma; la robótica físico-cognitiva, con máquinas que combinan movimiento y razonamiento; y la computación cuántica, que multiplica la capacidad de cálculo. Pero los esfuerzos ya no se centran en la experimentación, sino en la aplicación de estas innovaciones de forma estable, segura y con un propósito, para que los seres humanos, sistemas autónomos y agentes digitales colaboren en la creación de valor.

En este sentido, las consultoras y organismos internacionales coinciden en que el desafío actual no es técnico, sino de gobernanza, centrado en cómo asegurar que la tecnología se use de manera ética, segura y transparente. Así pues, el éxito de las empresas dependerá de su habilidad para combinar innovación y responsabilidad, hasta alcanzar un equilibrio entre productividad, sostenibilidad y legitimidad social. Las nuevas reglas del juego, de este modo, exigen que la tecnología inspire confianza, no solo eficiencia.

En este contexto es donde se consolida la denominada era agéntica, una fase en la que distintas formas de inteligencia —humana, artificial y robótica— cooperan e interactúan. Las prioridades de los líderes empresariales han cambiado: ya no se trata de incorporar más tecnología, sino de alinearla con un propósito claro. El objetivo es construir ecosistemas donde la IA potencie el talento humano, la robótica mejore los procesos industriales y la computación cuántica refuerce la seguridad digital. La inteligencia artificial deja de ser una herramienta y se convierte en el nuevo principio organizativo de la economía.