Imagen de una persona haciendo labores de agricultura.
Los top semanales del Índice de la Digitalización: sensores y datos para mejorar el rendimiento de los cultivos
El Consenso de Tendencias analiza informes internacionales sobre los retos de empresas y gobiernos ante los avances de la IA y otras tecnologías emergentes.
Más información: Wake Up Box: la nueva herramienta para el 'reskilling' permanente de los líderes empresariales
El cóctel es sencillo: sensores, análisis de datos y microorganismos. Estos son los ingredientes principales de un nuevo fertilizante inteligente que mezcla tecnología con biología para optimizar el rendimiento del campo y sus recursos. Una receta aún en elaboración y cocinada, entre otros, por el centro tecnológico CIDAF de Granada y la compañía Herogra Group para mejorar así la salud del suelo y adaptarse a cada entorno agrícola. Por el camino, se reducirían además la dependencia de productos químicos y el impacto ambiental.
Esta es solo una de las innovaciones que reúne esta semana Wake Up BOX, la herramienta de reskilling que aloja el índice de digitalización Inndux 500 y publica los análisis más completos de decenas informes internacionales, agrupados en el Consenso de Tendencias. En el top 10 de esta semana, y más allá de los avances en el sector agrario, donde también es posible encontrar un sensor tan sensible que mide la fotosíntesis en tiempo real, se hallan nuevas innovaciones en campos como la energía o la defensa.
Mientras, a nivel internacional, el mes de julio está siendo testigo de un punto de inflexión en materia de innovación. Las tecnologías emergentes se consolidan, la inteligencia artificial acelera, y tanto empresas como gobiernos se enfrentan a una nueva pregunta: ¿está el mundo preparado para operar y competir en un entorno en el que el software decide, las infraestructuras se vuelven inteligentes y los ciclos de innovación se acortan? Es el asunto central del último informe sobre tendencias tecnológicas publicado en Wake Up BOX.
Microorganismos, sensores y muchos datos
Se llama Smart Biofert, y es un proyecto de investigación industrial a seis bandas que trata de desarrollar biofertilizantes inteligentes para mejorar las condiciones de las plantas y, en última instancia, el rendimiento del sector agrario desde un enfoque sostenible. La iniciativa, que también cuenta entre sus socios con la Universidad de Granada, utiliza tecnologías innovadoras como análisis de datos y sensores para crear un producto basado en microorganismos que impulse los cultivos. Este biofertilizante, todavía en desarrollo, podría transformar la agricultura con la promoción de prácticas más eficientes, productivas y respetuosas con el medioambiente.
No es la única innovación que llega esta semana desde el campo. La firma británica Gardin Agritech ha desarrollado un sensor tan sensible que es capaz de medir en tiempo real el efecto de la fotosíntesis sobre las plantas. Una pequeña revolución agraria que permite controlar el estado de salud de los cultivos para anticiparse así a muchos posibles problemas. La herramienta, dotada con inteligencia artificial, facilita además un uso eficiente de recursos como el agua, la luz y la energía, y podría generar aumentos en la rentabilidad de hasta el 30%. Quizás sea por este motivo que su tecnología ya se emplea en más de veinte especies de cultivos, desde algas a tomates, en países como España, Bélgica o Países Bajos.
Una nueva ventana a la electricidad
Aunque no directamente vinculada a la agricultura, pero sí relacionada con uno de sus elementos más básicos, como es el sol, una reciente innovación española ha logrado transformar la luz en electricidad mediante una ventana inteligente. Es obra de investigadores del Instituto de Energía Solar de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), quienes han creado un módulo fotovoltaico semitransparente que bloquea, cuando es preciso, la luz solar directa para convertirla en energía. Para ello se sirven de un sistema de células solares espaciadas que consigue un doble objetivo: evita los deslumbramientos que provocan los rayos del sol y genera energía sostenible. Todo ello, además, con una eficiencia que superaría el 70%.
Y desde el sector de la defensa, un fabricante británico, Evolve Dynamics, ha presentado recientemente dos nuevos drones en miniatura para usos militares. Sus nombres son Foxe y Wolfe, y han sido entrenados, entre otros métodos, con información y datos reales obtenidos de los despliegues en Ucrania. De este modo se han llegado a crear unos sistemas de defensa con características de despliegue rápido y capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Unas cualidades que se condensan en menos de 250 gramos, en el caso de Foxe, y de poco menos de 4 kilos en el de Wolfe.
Un nuevo horizonte tecnológico
Giro decisivo en materia tecnológica. El desarrollo de infraestructuras inteligentes y de herramientas que toman decisiones por sí mismas lanza tanto a empresas como a gobiernos a un nuevo escenario que deben aprender a gestionar. ¿Cómo hacerlo? En el informe de tendencias tecnológicas de esta semana, el profesor Paco Bree ofrece un método con aplicaciones reales en tres focos estratégicos. El primero de ellos, al que denomina resiliencia visionaria, consiste en adoptar las tecnologías y adaptar las arquitecturas de trabajo para obtener una ventaja competitiva. Como ejemplo, y si solo el 20% de las empresas logra escalar el impacto real con IA según un informe del Boston Consulting Group, aquellas que lo hacen no están únicamente resistiendo la disrupción, sino que la convierten en ventaja.
En línea con lo anterior, otro de los focos en los que pone el acento el informe es la consolidación de agentes inteligentes que han pasado de ser meros asistentes a producir un impacto operativo real. La inteligencia artificial, de hecho, ya es capaz de planificar, actuar y coordinar tareas complejas sin intervención humana directa. Así lo indica Accenture, que señala que solo un 11% de las organizaciones ha llegado a esta fase transformadora. Las compañías que lo han llevado a cabo, asegura la consultora, han obtenido mejoras del 37% en eficiencia operativa y un 22% en velocidad de innovación.
Por último, el informe de esta semana se detiene sobre la configuración de un nuevo tablero global, aupado por tecnologías como la IA generativa multimodal, la biofabricación inteligente y la computación cuántica. Todo ello reformula sectores e incluso equilibrios de poder geopolítico. Como indica McKinsey, la soberanía tecnológica se desplaza ahora del control de patentes al control de arquitecturas abiertas y auditables, que son clave para la seguridad, eficiencia y autonomía de los sistemas nacionales y corporativos.