Fotomontaje creado con IA sobre la evolución de la innovación en Estonia: de Skype a la defensa.

Fotomontaje creado con IA sobre la evolución de la innovación en Estonia: de Skype a la defensa.

Startups

Estonia, de Skype a las startups de defensa: cómo un país de 1,4 millones lidera el emprendimiento europeo

La guerra de Ucrania impulsa a Tallin como lanzadera de startups de defensa, mientras el e-Residency sigue conectando a miles de fundadores globales, con España entre sus principales socios.

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Tallin (Estonia)
Publicada

Que Estonia sea uno de los motores del emprendimiento europeo, pese a sus escasos 1,4 millones de habitantes, no debería resultar una sorpresa a estas alturas de la película. El impulso social por los negocios que sucedió a la ocupación soviética se unió de forma natural a un Estado digitalizado y que promovía el liberalismo económico. Si a eso le sumamos el temprano éxito de una de sus startups - Skype- se genera el caldo de cultivo perfecto para generaciones y generaciones de emprendedores e inversores con una ambición inesperada para una nación desconocida por muchos.

Sten Tamkivi fue uno de los primeros empleados de Skype y, desde entonces, ha fundado varias startups y actúa como inversor. Él reafirma esa presunción de este escribano al hablar de cómo este pequeño país ha conseguido escalar sus empresas sin mudarse del Báltico.

"Nací bajo la ocupación soviética, cuando ser emprendedor era un delito. Desde entonces, no he hecho otra cosa en mi vida. Me uní a Skype muy al principio y levantamos aquí un centro de I+D con 450 personas, construyendo software que usaban 330 millones de personas cada mes. En 2005 eBay compró Skype por 3.600 millones y, de repente, los estonios pensaron: 'si estos chavales de al lado pueden, todos podemos'", explica ante el grupo de periodistas internacionales que le escuchamos con atención.

Los datos son contundentes: el ecosistema emprendedor estonio pasó de apenas seis millones de inversión en 2006 a 1.300 millones en 2021. Hoy cuentan unas 2.000 startups, que emplean a alrededor del 1,5% de la fuerza laboral y aportan entre el 4% y el 5% del PIB de esta nación.

Aunque no es oro todo lo que reluce. Tamkivi reconoce la "brecha de aprendizaje" europea en capital riesgo temprano: "En Estados Unidos, el 60% de los inversores top han construido empresas; en Europa, nueve de cada diez vienen de banca, despachos o consultoría".

Sten Tamkivi, uno de los primeros empleados de Skype y actual inversor.

Sten Tamkivi, uno de los primeros empleados de Skype y actual inversor. Meelti Küttim

Por eso, en su actual aventura - Plural - ha reunido un equipo de antiguos fundadores y CEO, quienes han levantado 800 millones de euros para invertir en deep tech como "energía de fusión, minería de asteroides, robótica de construcción, IA o nanorrobots". La tesis: llevar al resto de Europa el modelo de transmisión de experiencia que en Estonia prendió tras Skype.

Del 'SaaS-nation' al 'defence-nation'

Sospechoso habitual del ecosistema local de emprendedores es Allan Martinson, miembro de la junta de la Estonian Founders Society. Más allá de las bondades que ya recogía su colega, él nos introduce una variable más para entender el modelo de startups estonio: su adaptabilidad.

Si en un inicio fue esa digitalización de la Administración la que favoreció muchas compañías digitales, la mayoría orientadas al software de consumo, ahora el país ha encontrado su nuevo nicho de negocio en la defensa.

Es obvio que la guerra en Ucrania ha actuado como acelerador y Estonia quiere ser "lanzadera europea de defence tech", como reconoce Martinson.

Allan Martinson, miembro de la junta de la Estonian Founders Society.

Allan Martinson, miembro de la junta de la Estonian Founders Society. Meelti Küttim

En datos: el sector ha multiplicado exportaciones de 46 millones (2020) a 350 millones de euros (2024); el país prevé 10.000 millones en inversión de defensa entre 2026 y 2029 y cuenta con instrumentos como el fondo de 100 millones de SmartCap del gobierno, que además es de los pocos a escala internacional que apunta a tecnologías con capacidad letal, no sólo de doble uso civil-militar.

Allan Martinson detalla además que "desde el comienzo de la invasión de Ucrania, en Estonia han nacido unas 110 nuevas startups de defence tech, más otras 50 impulsadas por fundadores extranjeros que se han trasladado aquí".

¿Por qué en Tallin? Porque "puedes hacerlo todo digitalmente, es un país Schengen y de la OTAN, con banca estable y cercanía a Ucrania".

De nuevo, los claroscuros. Martinson destaca dos cuellos de botella a solventar de forma urgente: el primero de ellos, el modelo de contratación pública ("Si el primer requisito para un sistema anti-drones es 'enséñame tus diez años de declaraciones fiscales', matas a la startup"); el segundo, la financiación institucional, con inversores todavía recelosos de entrar en este campo.

Pensar en global

Un elemento intrínseco al emprendimiento estonio es que todas sus startups piensan en global desde el primer día. No es una elección, sino un imperativo derivado de su reducidísimo mercado local. Lo que sí ha sido una elección es que esa visión sea apoyada por un andamiaje público que funciona en todas las direcciones de la internacionalización innovadora que podamos imaginar.

Liina Vahtras, directora general de la iniciativa e-Residency, recuerda que el programa (que otorga una identidad digital estatal a no residentes para fundar empresas o hacer negocios como nómadas digitales) ya roza los 130.000 e-residentes de 185 países y más de 37.400 empresas creadas. Aunque lejos de las metas que se esperaban en un inicio (10 millones de e-residentes para este curso), los números acompañan a la continuidad del plan.

Liina Vahtras, directora general de la iniciativa e-Residency de Estonia.

Liina Vahtras, directora general de la iniciativa e-Residency de Estonia. Meelti Küttim

"Por cada euro que cuesta el programa, las empresas de e-residentes generan más de ocho en impuestos", defiende Vahtras. El siguiente paso vendrá por derribar las trabas burocráticas que sigue manteniendo esta iniciativa, con la verificación remota de identidad y la tarjeta virtual de e-residente para la primera mitad de 2026. La expectativa: reducir el tiempo de alta "de dos meses a dos semanas" y elevar "hasta un 25%" el número de empresas creadas por estos mismos e-residentes.

La conexión entre Estonia y nuestro país también queda reflejada en estas lides. 7.035 ciudadanos españoles y 8.904 residentes en España forman parte del programa, uno de los mayores contingentes por país de residencia. En ese sentido, los españoles han creado 3.919 empresas, con consultoría (21%), programación (18%) y publicidad (8%) como sectores más comunes.

José Ernesto Suárez, cofundador de la valenciana-estoniana Glassity.

José Ernesto Suárez, cofundador de la valenciana-estoniana Glassity. Meelti Küttim

Un ejemplo de esta relación internacional es José Ernesto Suárez, cofundador de la valenciana-estoniana Glassity, que optimiza servidores cloud: "La inseguridad es el peor enemigo del emprendimiento, pero en el sistema estonio todo está claro y es sencillo. Es tan fácil como parece. Desde el minuto uno en el que tienes una idea, puedes ponerla en marcha y comenzar a construirla".

Trabajar desde el minuto cero y, además, con cimientos que permitan ese pensamiento global en materia comercial, pero también de financiación: "La e-Residency nos facilitó recibir una ronda presemilla con inversores de distintos países, incluida España, seis veces superior a la habitual en nuestra fase", explica Suárez.