
El equipo de TaxDown.
TaxDown: la startup con la que Bustamante hace la renta y que busca desestacionalizar su negocio con copilotos de IA
La empresa ha logrado hacerse con el 6% de todas las simulaciones de declaraciones de la renta en España, con las miras puestas en el modelo de suscripción anual y su expansión hacia México o Brasil.
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Contar con David Bustamante como imagen de marca trae aparejadas situaciones como encontrarse de frente con una figura suya de cartón a tamaño real según entras a sus oficinas. TaxDown ha confiado en la imagen del popular cantante para hacerse notar en los últimos meses, los más intensos de su actividad, cuando millones de españoles estamos llamados a cumplimentar la pertinente declaración de la renta.
Su propuesta de valor requiere escasa presentación: esta startup se ocupa de cubrir este tedioso trámite por nosotros y promete hacerlo aprovechando al máximo las desgravaciones y beneficios fiscales a los que cada usuario tenga derecho. Hasta aquí, nada diferente a lo que hacen miles de gestorías a lo largo y ancho de nuestra geografía. Lo diferencial viene por su capacidad de escala a hombros de la tecnología y por la mera evolución de su modelo de negocio, en un intento de desestacionalizar sus ventas.
Vayamos con los datos, ofrecidos por la propia enseña: en apenas seis años, TaxDown ha logrado hacerse con el 6% de todas las simulaciones de declaraciones de la renta en España, devolver más de 500 millones de euros a sus usuarios y, ahora, conquistar México con una propuesta que, en palabras de su coCEO Álvaro Falcones, no tiene rival en el mercado: “Hemos democratizado el acceso a la asesoría fiscal de élite”.
“Al principio pensábamos que Hacienda no incluía todas las deducciones en el borrador por alguna razón oculta. Luego entendimos que es simplemente porque no pueden. Están desbordados”, explica Falcones a DISRUPTORES - EL ESPAÑOL.
Eso explica que el famoso borrador que ofrece la Agencia Tributaria sea tan parecido a la realidad como una cacatúa a un periquito. “La gente asumía que el programa Padre -¡qué nombre!- era suficiente. Pero cuando empezamos a revisar casos, vimos que uno de cada dos usuarios podía ahorrar 400 o 500 euros de media. Y eso, en un país donde el 70% gana menos de 30.000 euros al año, es muchísimo dinero”.

Álvaro Falcones, CoCEO y CPO de TaxDown.
Pero a favor del borrador juega la confianza ciega que los ciudadanos depositamos en la Administración, frente a dejar nuestro futuro en manos de una desconocida startup de nuevo cuño: "Nadie se fiaba de nosotros para hacer su declaración. Tuvimos que hacer mucha inversión en conocimiento de marca y, también, en aliarnos con grandes marcas como Wallapop o Bit2Me, para resolver los nuevos problemas fiscales que genera la economía digital”.
Decíamos que TaxDown escapa del concepto clásico de gestoría, y eso es debido a la tecnología. Aunque Álvaro Falcones admite que al principio soñaban con una plataforma 100% automática, pronto entendieron que la confianza en procesos fiscales exigía acompañamiento humano: “Montamos un equipo fiscal brutal, con 200 expertos cada año. Pero además, hace tres años y medio creamos un copiloto de IA para nuestros asesores, que ahora genera directamente la mayoría de respuestas a los usuarios”.
Esta simbiosis entre humano y máquina es hoy su principal ventaja competitiva: “Tenemos un equipo de ‘tax engineers’, asesores fiscales que programan la ley sin necesidad de desarrolladores. Eso nos permite adaptarnos muy rápido y escalar sin perder calidad”.
Pero el mayor salto de madurez de TaxDown ha sido conceptual: dejar de ser una herramienta puntual para la renta y convertirse en una suscripción anual. “Queremos ser como el Amazon Prime de la burocracia. Pagas una cuota al año y te olvidas: ayudas públicas, nacimiento de un hijo, trámites de maternidad, revisiones de años anteriores… nosotros lo hacemos todo”, defiende el coCEO.
La expansión internacional
La expansión internacional ha empezado por México, y no por casualidad. “En España, todo el mundo hace la renta, bien o mal. En México, hay 3,5 millones de personas que la hacen por primera vez cada año. Es un país inmenso, y estamos justo en el momento en que el gobierno está empujando a la gente a declarar. Es como si pilláramos la ola”, explica Falcones.
Brasil será el próximo objetivo. Y pese a que el mercado español sigue siendo el principal, Falcones estima que “la internacionalización podría representar el 25% del negocio pronto, y a medio plazo ser incluso más grande que España”.
Sin miedo a Hacienda: "Ojalá cuenten con nosotros"
¿Y si la propia Agencia Tributaria mejora su experiencia digital? ¿Y si se convierte en competidor? Falcones no se inmuta ante las preguntas de este periodista: “Puede pasar, claro. Pero entonces ojalá cuenten con nosotros. Imagina lo que podríamos hacer si aplicamos nuestro copiloto fiscal a los 15.000 trabajadores de Hacienda. Ahorraríamos millones al ciudadano y al Estado”.
La visión de futuro es ambiciosa: eliminar el 3% de la vida que hoy se pierde en burocracia: “Queremos que nuestros hijos no tengan que volver a una ventanilla ni perder tiempo en colas absurdas. Si conseguimos devolver ese tiempo a la gente para que lo inviertan en lo que de verdad importa, habremos cumplido nuestra misión”.
Y, si además consiguen que alguien diga “hazme un TaxDown” como quien pide un Glovo, entonces sabrán que han ganado culturalmente la batalla. “Aunque no ganáramos un duro —dice Falcones sonriendo— si conseguimos ser el Bizum de los impuestos, habrá merecido la pena”.