El 'venture capital' con foco en el sector 'agrifootech' en España sigue fragmentado.

El 'venture capital' con foco en el sector 'agrifootech' en España sigue fragmentado.

Inversores

El 'agrifoodtech' en España, en la encrucijada para eclosionar con la segmentación como asignatura pendiente

Un informe de Swanlaab identifica la oportunidad que España tiene ante sí para liderar este sector, que ya cuenta con el apoyo de la industria y el mundo académico, pero que necesita incorporar al capital riesgo especializado.

Más información: Los cinco magníficos del 'agrifoodtech' en España y Latinoamérica que enraízan la alimentación del futuro

B. Aznar
Publicada

El sector agroalimentario ha demostrado ser una industria crítica para la estabilidad de los Estados, como corroboran las tensiones en la cadena de suministro vividas en los últimos años cada vez que un conflicto internacional pone contra las cuerdas algún alimento básico, como sucedió con el cereal y la guerra de Ucrania.

La alimentación se está configurando como un arma geopolítica y urge avanzar hacia la independencia y la soberanía, un reto mayúsculo en el que España parte desde una posición aventajada en la línea de salida.

El peso de la industria agroalimentaria en la economía española habla por sí solo. En 2023, su contribución al PIB ascendió a 119.140 millones de euros, representando el 8,9% de la economía nacional, y posicionando a España como la cuarta economía agroalimentaria de la UE-27. Además, el sector generó 2,39 millones de empleos, equivalentes al 11,3% del empleo total, con una mayor concentración en la comercialización (51,1 %), seguida del sector primario (30,1%) y la industria de transformación (18,8%).

Pero su importancia va mucho más allá de la cuestión económica, crucial a todas luces. El sector agroalimentario es un pilar para atar población al territorio, sobre todo a aquellas zonas rurales donde en las últimas décadas la población ha ido descendiendo y amplificando la conocida como España vaciada.

En esta línea, cabe recordar que el sistema alimentario es reconocido como estratégico, tal como recoge la Estrategia Nacional de Alimentación (ENA), aprobada en 2025, que defiende que el sector agroalimentario en España es un elemento esencial de su identidad cultural, una fuente de riqueza económica y un pilar de bienestar social.

En este contexto, la tecnología, la innovación y proyectos emprendedores de impacto están aflorando en el ecosistema startup español. Empresas muy disruptivas comienzan a señalar el camino a seguir y, para ello, cuentan con el apoyo de la industria -consciente de que sus propuestas deben ser exploradas- y el respaldo de un corpus científico-técnico de primer nivel cultivado durante décadas por punteros centros de investigación y universidades en toda la geografía española.

No en vano, el esfuerzo acumulado en I+D sitúa a España en el quinto puesto del ranking europeo y el duodécimo a nivel mundial en producción científica. Esta base investigadora sitúa al país en una posición favorable para liderar la innovación tecnológica en el sector agroalimentario

Pese a estos datos, la inversión en innovación agroalimentaria española sigue siendo inferior a la de otras economías comparables, y la falta de fondos especializados, "así como la insuficiente colaboración público-privada y cooperación entre empresas del propio sector, siguen limitando el ritmo y la escala de la transferencia tecnológica".

Inversión del 'venture capital' “per cápita” en startups de diferentes países. Fuente: Swanlaan Venture Factory

Inversión del 'venture capital' “per cápita” en startups de diferentes países. Fuente: Swanlaan Venture Factory

Algún dato más para la reflexión. Existe un gran reto en términos de financiación y liderazgo productivo que contrasta con la insuficiente inversión privada en innovación tecnológica que permita escalar estas innovaciones a nivel industrial.

En un análisis realizado por Crunchbase en 2021, vemos que mientras que países como Estados Unidos o Israel destinan más de 680 euros por cápita a la inversión en startups, España invierte solo 50 euros en startups de todos los sectores.

Específicamente en el sector agrifoodtech a nivel mundial la inversión en tecnología agroalimentaria ha registrado un retroceso en los últimos años, disminuyendo casi un 56% entre 2022 y 2023. Sin embargo, Europa ha demostrado una notable resiliencia incrementando de forma notable su participación en la inversión global en agrifoodtech, alcanzando un 32% en 2023, frente al 14% en 2020, según el informe FoodTech in Europe 2024.

Llegados a este punto de madurez del ecosistema emprendedor español, ha llegado el momento de salir a por el liderazgo sectorial y, en esta mayúscula empresa, el sector necesita el apoyo de un venture capital especializado en agricultura y alimentación que ayude a superar la segmentación que persiste en el ecosistema.

Así queda patente en un estudio elaborado por Swanlaab Venture Factory, titulado Innovar para liderar: la gran oportunidad del Agrifood Tech en España, al que ha tenido acceso DISRUTORES - EL ESPAÑOL.

La alimentación se ha configurado en la era actual como un arma geopolítica, como lo demostró la crisis del cereal por la guerra de Ucrania.

La alimentación se ha configurado en la era actual como un arma geopolítica, como lo demostró la crisis del cereal por la guerra de Ucrania.

El informe pone de manifiesto "la alta competitividad global donde la innovación ya no es una opción, sino una necesidad urgente. Sin embargo, innovar en solitario es complejo, arriesgado y costoso en tiempo, recursos y capacidades".

"Necesitamos construir un tejido empresarial innovador que actúe como red de soporte a la industria agroalimentaria, vertebrando su desarrollo desde la base tecnológica, el conocimiento y el emprendimiento. La buena noticia es que existen los ingredientes necesarios para hacerlo", indica el documento de Swanlaab.

Capital riesgo especializado: el catalizador

El estudio, basado en entrevistas en profundidad con 40 altos directivos de empresas representativas del sector, concluye que España cuenta "con tecnología puntera, centros de transferencia tecnológica, talento joven y propiedad intelectual sólida". Pero falta una pieza clave para que el engranaje funcione: el capital riesgo especializado en agrifoodtech.

"Esta pieza, todavía escasa en España, es el catalizador que puede conectar los avances en I+D con la industria y el mercado, generando verdadero impacto económico y social", sostienen las fuentes que han elaborado el informe.

Tras repasar los principales retos del sector entre los que figuran el cambio climático, la sostenibilidad ambiental y la económica, el marco regulatorio o el acceso al capital humano, el informe ahonda en la oportunidad para relanzar esta industria de la mano del venture capital especializado, en iniciativas como la abanderada por Swanlaab Venture Factory, con la creación de Swanlaab Innvierte AgriFood Tech FCR, el primer fondo de capital riesgo en España centrado exclusivamente en escalar tecnologías agroalimentarias.

España dispone en este momento en salud, biotecnología y tecnologías TIC de un ecosistema de venture capital maduro con inversiones significativas y capacidad de atracción tanto de inversión privada y pública nacional, como de inversión privada extranjera.

La colaboración público-privada

Sin embargo, en sectores como el agrifoodtech, tanto en España como en Europa, prosigue el informe, "los perfiles de fondos de capital riesgo de este tipo y especializados en el mismo, son muy escasos y el valle de la muerte actúa como una barrera estructural que frena la transformación tecnológica del sector".

En Europa algunos de los fondos especializados en el sector o que invierten activamente en él cuentan con distinto tipo de apoyo según el país, en ocasiones con el apoyo de la administración como por ejemplo a través del European Investment Fund (EIF).

La inversión especializada en el ámbito privado sigue siendo una asignatura pendiente del sector agroalimentario.

La inversión especializada en el ámbito privado sigue siendo una asignatura pendiente del sector agroalimentario.

En el ángulo privado estos venture capital cuentan habitualmente con perfiles de inversores privados (Limited Partners, LPs) que pueden incluir empresas y corporaciones industriales del sector agroalimentario y así como vehículos patrimoniales (family offices) vinculadas de alguna forma con el mismo.

Además, para la relación entre la industria y el venture trasciende la inversión: "el capital riesgo es un catalizador del cambio estructural que el sector necesita para competir globalmente". Además de la inversión privada, el ecosistema de venture capital en España se apoya en una serie de instrumentos públicos que buscan complementar y reforzar el desarrollo de startups y empresas.

Entre ellos destacan iniciativas como INNVIERTE (CDTI), que canaliza inversión público-privada en proyectos de alto contenido tecnológico; Fond-ICO Global, gestionado por Axis (ICO), que actúa como fondo de fondos impulsando a gestoras privadas nacionales; y diversas entidades públicas regionales que operan con fondos propios o europeos para dinamizar la inversión en innovación a nivel autonómico.

"Esta combinación de capital público y privado es clave para reducir el riesgo, atraer coinversores y escalar tecnologías emergentes en un entorno donde la financiación privada por sí sola sigue siendo limitada frente a otros países líderes", concluye el documento.