El ecosistema emprendedor español ha cambiado sustancialmente en los últimos diez años y ha dado lugar a empresas mucho más maduras, que atesoran una experiencia muy valiosa ahora en momentos de incertidumbre.

Esta trayectoria está tejiendo una sólida red de sinergias de la mano de emprendedores de segunda generación, aceleradoras, corporates y demás agentes protagonistas del sector del emprendimiento en España que están ayudando a construir una economía más digital y tecnológica.

La internacionalización es un momento crítico del proceso de crecimiento para toda startup y, aunque "cada una es un mundo", esa salida al exterior es una opción que está penetrando de forma paulatina en la cultura del emprendimiento español.

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La actitud de las nuevas generaciones de fundadores, que miran al mundo con esa ambición que se le viene exigiendo al ecosistema made in Spain desde hace tiempo, tiene mucho que ver.

Así lo constata Bcombinator, la aceleradora con sede en Barcelona que nació hace 18 meses y que en su ADN lleva el acompañamiento a startups con proyectos de proyección dentro y fuera de nuestras fronteras y la inversión en fundadores internacionales.

No sin razón, buena parte de las empresas de su portfolio consiguen -"alrededor de dos tercios"-, desembarcar en otros mercados transcurrido un año de su salida al mercado.

Así lo explica a D+I Sergi Vila, CEO de Bcombinator, al hablar sobre los riesgos y requisitos que debe tener en cuenta toda compañía emergente para que la 'aventura' de explorar otros territorios no acabe malogrando un proyecto prometedor.

Es importante que las startups piensen cada vez más en salir al exterior desde el inicio: a veces es la única forma de tener el valor y la escalabilidad para crecer

Sergi Vila, CEO de Bcombinator

Pero ¿qué tipo de startup tiene más fácil iniciarse en esta aventura? ¿Qué debe tener en cuenta antes de plantearse dar el paso? Vila ratifica que estamos ante un sector muy heterogéneo.

"Cada startup es un mundo. Las B2C tienen, a veces, más facilidad para la expansión internacional que las B2B. Por ejemplo, la startup Flappin, de experiencias y viajes sorpresa que impulsé en 2017, en solo tres meses ya vendía en Italia, y también estaba sólo en unos meses en Portugal... porque no necesitas una estructura física en el país".

Sergi Vila, CEO de la aceleradora de startups Bcombinator.

El CEO insiste en que el mercado europeo conlleva una mayor complejidad para la salida al exterior de la startup, "dado que se diferencia del americano en que aquí cada mercado aún mantiene una cultura diferente; en ocasiones, un idioma diferente, en definitiva, una manera de operar distinta".

En cuanto a la crítica que suele recibir el ecosistema emprendedor español de falta de ambición para fundar proyectos con vocación global, Vila matiza: "La ambición en España existe, lo veo en las nuevas generaciones, de 20 a 30 años, ya nacen con una visión global".

"Es necesario que las startups intenten internacionalizarse desde el principio porque, en muchas ocasiones, sólo saliendo al exterior pueden tener el valor y la escalabilidad para crecer", añade.

Aunque reconoce que "muchos inversores continúan sosteniendo que las startups españolas tardan mucho en salir de España. Es una realidad que va mejorando cada año, pero que hay camino por hacer".

Producto, alianzas y... paciencia

A ello ha contribuido, además, las soluciones digitales que ayudan a la creación de nuevas empresas en cualquier parte del mundo. "Hace 15 o 10 años, abrir una compañía en Estados Unidos era casi una utopía, pero hoy en día hay plataformas que por 600 dólares en una semana tienes la empresa montada con el banco. Cada vez veremos más empresas que directamente ya nacen vendiendo a otros países".

Vila recomienda que a la hora de valorar salir al exterior la startup tipo en España -un B2B o Saas- debe alcanzar aquí primero su product market fit en España. "Cuando lo tengas, para expandirte busca sinergias con actores locales en el país al que quieras ir, ficha talento local que conozca muy bien ese país, que lleve muchos años vendiendo allí".

En la actualidad, hay plataformas que por 600 dólares, en una semana, tienes la empresa montada con el banco

Sergi Vila, CEO de Bcombinator

Además, el responsable de Bcombinator insta a las startups a analizar "muy bien si el pain, el dolor que ha identificado el cliente español, lo tiene también el francés o el americano". Les insta a analizar la competencia y ver qué valor añadido pueden aportar y, muy importante, apostar por un equipo autónomo.

"Que trabajen en esa línea de negocio con autonomía, con un equipo local diferente al de la sede en origen, donde ya tienen su product market fit al de España", insiste Vila.

Equipos de la aceleradora Bcombinator durante una sesión.

Aunque reconoce que no existen fórmulas mágicas y que, en cualquier ecuación que se quiera aplicar para embarcarse en la internacionalización de una startup, no debe faltar: "paciencia". "No siempre es rentable al principio. La entrada en un mercado nuevo no es fácil".

La internacionalización es una de las características en común, precisamente, de las startups en el portfolio de Bcombinator (más de 50 compañías).

"Tenemos muchas startups en el portfolio que, al cabo de un año, un tercio al menos, operan ya en otros mercados, que suelen ser, si son B2B, en Portugal, porque es muy parecido al español, y las B2C van a Italia, al norte".

El experto en startups también explica que las startups de SaaS o B2B que más dinero levantan buscan rápidamente ir a Reino Unido o EEUU, y que hay una fuerte tendencia natural a abrir también en México y Colombia, los mercados más digitalizados y tecnológicos de Latinoamérica.

España, "país de startups"

En cuanto a las consecuencias para nuestro país de la aprobación en 2022 de la Ley de Startups, Vila está convencido de que se ha dado un paso importante para retener talento, atraer inversiones de fuera y situar a España en la vanguardia del emprendimiento mundial.

"Hasta la última ley, había muchas barreras para captar inversión; con la Ley de Startups se ha dado un paso importante".

"Vemos ya muchas empresas de Europa que vienen y abren aquí. España en los próximos cinco o diez años tiene el potencial necesario para ser un país de startups, lo tiene todo para ser un lugar como Tel Aviv con sus propias señas de identidad y estar en el Top3 mundial como ecosistema".

Vila concluye con la constatación del efecto llamada que la Ley de Startups ha tenido para los nómadas digitales y que ya se está consolidando en nuestro país.