Una de las pruebas realizadas para el reaprovechamiento de residuos de lana.

Una de las pruebas realizadas para el reaprovechamiento de residuos de lana.

Extremadura

El corcho y la lana extremeños, dos innovaciones para dar valor a residuos contaminantes o sin valor comercial

La región es referente nacional en estos dos sectores, en los que emergen proyectos disruptivos para hacerlos más sostenibles económica y medioambientalmente.

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J. Arnau
Publicada

La industria ovina y del corcho son dos auténticos pilares de la economía primaria de Extremadura, pero también lo son a nivel nacional. La región es la segunda en producción corchera, tras Andalucía, y la primera en número de ovejas.

Estos hitos no solo demuestran su potencial, sino que también obligan a dirigir las miradas hacia esta comunidad autónoma cuando se trata de encontrar proyectos innovadores relacionados con estos dos sectores.

De vez en cuando emergen iniciativas disruptivas que demuestran que estos sectores evolucionan en favor de la sostenibilidad medioambiental y económica de la gran cantidad de empresas y explotaciones que basan en ellos su día a día.

La universidad es un buen lugar adonde dirigir las miradas, tal y como demuestran dos proyectos que persiguen un mismo objetivo: reutilizar, dar valor, a residuos o excedentes contaminantes o sin valor comercial.

Empezamos por el sector del corcho. El investigador del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX) Francisco Javier Yuste Córdoba ha dedicado su tesis doctoral al biorrefinado de las aguas de cocido de corcho.

Este trabajo de investigación, dirigido por el profesor de la Universidad de Extremadura Carlos Javier Durán Valle y codirigido por la investigadora de CICYTEX, Belén Godoy Cancho, se centra en el diseño de una valorización avanzada de las aguas de proceso que genera la industria corchera mediante la aplicación del concepto de biorrefinería.

Estos vertidos, indica el estudio, presentan una fuerte contaminación orgánica debido, principalmente, a la presencia de grandes cantidades de compuestos fenólicos, por lo que deben ser tratadas adecuadamente con el objetivo de evitar afecciones medioambientales.

En este sentido, la importancia de este estudio, que ha realizado el investigador de CICYTEX durante siete años, en el marco de los proyectos Interreg V-A POCTEP y FEDER, radica en el análisis de estos compuestos útiles de la biomasa, mediante técnicas sostenibles, con la finalidad de generar valor añadido a través de la recuperación de una serie de componentes con un fin comercial.

Por su parte, a través de esta investigación se ha determinado que los costes de operación de los distintos tratamientos propuestos son, en líneas generales, inferiores a otros procesos de depuración estudiados anteriormente para las aguas de caldera, lo que facilita su implementación en entornos reales.

Por tanto, se ha podido demostrar que es posible introducir en la industria corchera el diseño de un sistema de biorrefinería que permita una gestión sostenible de las aguas de proceso, reforzando el sector a través de la generación de valor añadido.

Este objetivo se materializa en el análisis completo de la composición del agua como base para la exposición de dos líneas de actuación.

Por un lado, el desarrollo de técnicas ecoeficientes para lograr la depuración significativa del agua y, por otro, la recuperación de subproductos de interés que generen valor añadido como compuestos fenólicos, así como azúcares, biogás y fertilizantes orgánicos.

En este sentido, su tecnología de colectores en forma de cilindro parabólicos ha permitido obtener la eliminación, de manera significativa, de contaminantes orgánicos a través de la utilización de menor cantidad de energía y, por tanto, reduciendo costes de operación.

El aprovechamiento en el sector ovino

Y del corcho, a las ovejas. Un equipo de investigadores, también del CICYTEX, ha desarrollado un proceso en cascada, que permite aprovechar la lana de menor calidad transformándola en productos de alto valor añadido y evitando que se convierta en un residuo.

El proyecto realizado por los técnicos de CICYTEX, "único en España", transforma un desafío en oportunidad, puesto que extraen lanolina de la lana, un aceite natural muy valioso que se utiliza en cremas, pomadas y otros muchos productos de cuidado personal. Además, esta cera contiene propiedades antioxidantes y antimicrobianas.

En Extremadura, gran parte de la lana de oveja ha perdido valor frente a fibras sintéticas y vegetales, lo que ha provocado que se convierta en un problema económico para los ganaderos, ya que, en muchos casos, su eliminación supone un coste y su venta no siempre es rentable. La esquila anual implica un coste para las explotaciones y los bajos precios de venta reducen la rentabilidad de los ganaderos.

Frente a esta realidad, CICYTEX ha diseñado este sistema que maximiza la recuperación de productos de alto valor a partir de la lana, canalizando las fibras aptas hacia la industria textil y derivando el resto a usos diversos y de mayor valor añadido.

El proceso comienza con la extracción, que consiste en sacudir la lana con el fin de eliminar los restos de plantas o suciedad que trae de origen y, posteriormente, se mezcla con alcohol, compuesto que ayuda a separar la grasa para, seguidamente, y con la ayuda de aplicación de calor y un aparato que concentra los líquidos, se va aislando poco a poco la lanolina. Se obtiene así este producto tan útil y sostenible.

Por otro lado, la lanolina se puede purificar para obtener una versión más clara y limpia, eliminando impurezas y mejorando su calidad.

Además, se aprovecha la queratina, la principal proteína que posee la fibra, que se extrae de forma sostenible y resulta muy útil en distintos sectores, como la cosmética y el cuidado personal, entre otros.

Y, una vez que la lana está libre de su grasa natural y de la queratina, los técnicos están investigando cómo transformarla en materiales bioplásticos de origen biológico, ofreciendo así alternativas sostenibles al plástico convencional.

A esto hay que añadir que las aguas de lavado de la lana muestran un efecto positivo sobre la germinación de semillas, abriendo la vía a fertilizantes naturales. La lana que no sirve para ropa se emplea en compost, que mejora los suelos, retiene agua y fomenta la biodiversidad.

Por su parte, las fibras también funcionan como aislantes naturales para edificios, ya que mantienen la temperatura de forma eficiente y ecológica.