Una voluntaria, durante las pruebas de Cohorte.

Una voluntaria, durante las pruebas de Cohorte.

Cantabria

Cantabria roza cuatro años después el objetivo de 50.000 voluntarios que donen sus datos en favor de la medicina

Ya solo quedan 500 personas para que el gobierno regional tenga el muestrario que necesitaba para desplegar al completo un proyecto pionero en favor de la salud predictiva y personalizada.

Más información: Inyección económica y primeros pilotos para captar a los últimos voluntarios del proyecto Cohorte Cantabria

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Se trata de un programa que nació en 2021 y todavía a día de hoy ninguna región ha intentado ni siquiera hacer algo similar. Cantabria creó Cohorte para dar un salto cualitativo a su potencial en medicina de precisión. Su objetivo era reclutar a 50.000 voluntarios de entre 40 y 70 años residentes en la comunidad para que donaran de por vida sus datos (de salud, hábitos, etc.) en favor de la causa.

Dicho de otra manera, Cantabria pedía a 50.000 de sus más de 560.000 habitantes que se prestaran a ser monitorizadas para que la sanidad regional mejorara a través de la innovación y la tecnología sus herramientas de personalización y de anticipación.

Cuatro años después, el objetivo está a punto de cumplirse. En la última actualización, la cifra de voluntarios alcanzaba ya los 49.479. Todo apunta a que antes de que acabe el año, el Gobierno de Cantabria ya tendrá a su disposición al ejército deseado para poder empezar a desplegar por completo este gran proyecto.

Aun así, cabe recordar que, aunque aún no se hubieran alcanzado las cifras deseadas, las autoridades sanitarias de la región ya habían empezado a desplegar algunas de las iniciativas incluidas en Cohorte.

El caso, con todo, es que cuatro años después de anunciarse el proyecto, todo parece estar listo para que entre en una nueva dimensión.

Todos los participantes de Cohorte Cantabria se benefician de completos exámenes de salud, supervisados por profesionales médicos, que se pondrán en contacto con el voluntario en caso de detectar alguna anomalía grave (no reportada previamente) en sus resultados.

En la actualidad, ya se está diagnosticando y asistiendo a los participantes con infecciones por hepatitis B/C o VIH, fibrosis hepáticas y enfermedades hematológicas como anemias.

La idea es recoger información sobre factores genéticos y ambientales que pueden influir en el estado de salud. El análisis de todos estos datos permitirá determinar su contribución a las distintas formas en las que las enfermedades se manifiestan y así brindar una atención médica individualizada a cada paciente.

Teniendo en cuenta las especificaciones de residencia, edad, sexo, modos de vida, etc., los análisis también podrían ayudar a identificar determinados patrones sociales relacionados con la salud.

Ayudados de la bioinformática, la información se procesará para desarrollar nuevos modelos de predicción del riesgo a padecer determinadas enfermedades.

Los datos recogidos en Cohorte Cantabria, siempre garantizando la privacidad de sus donantes, se emplearán también para evitar que las personas desarrollen ciertas enfermedades. Implementar medidas como educación en salud, cambios en el estilo de vida, pruebas de cribado y campañas de vacunación será otra de las claves.

Toda esta cantidad de datos y los resultados que de ellos se deriven cobrarán sentido desde un punto de vista social, ya que, como decíamos, se pretendía que la mayoría de circunstancias de la región estuvieran representadas.

En el ámbito de la edad, los participantes deben tener entre 40 y 70 años. Los diferentes rangos de edad dentro de esa horquilla cuando se analicen determinados datos servirán para sacar conclusiones más concretas.

Solo dos pueblos sin voluntarios

En el ámbito geográfico, la región ha logrado la implicación de la práctica totalidad de pueblos. Y es que de los 102 localidades de Cantabria, sólo hay dos que no aportan ningún voluntario: Tresviso (el pueblo con menos habitantes de la comunidad autónoma) y Valle de Villaverde.

La idea inicia, aunque en la práctica está resultando muy difícil de conseguir, es que el 20% de los habitantes de entre 40 y 70 años de cada pueblo se inscribieran como voluntarios.

Hasta la fecha, esto sólo ha pasado en 17 casos. Los municipios que han llegado (e incluso rebasado) el objetivo inicial son Santa Cruz de Bezana (26,5%), Camargo (24,6%), Villaescusa (23,5%), Medio Cudeyo (23%), El Astillero (22,8%), Piélagos (22,6%), Marina de Cudeyo (20,8%), Entrambasaguas (21%), Ribamontán al Monte (20,7%), Cabezón de la Sal (20,6%), Polanco (20,5%), Penagos (20,4%), Ribamontán al Mar (20,2%), Miengo (20,2%), Castañeda (20%), Cartes (20%) y Santillana del Mar (20%).

Llama la atención que ninguno de los tres grandes núcleos de población de la comunidad autónoma haya alcanzado el objetivo de ese 20% de la población de entre 40 y 70 años inscrita en el programa. Santander está ahora mismo en un 19,36%; Torrelavega, en un 17,38%; y Castro Urdiales, está en un 12,09%.