Jugar a hacer de gurú es tarea harto sencilla: tan sólo hemos de coger aire, echarle unos bemoles y empezar a hablar de cualquier cosa con mayor o menor atino. De este vacuo ejercicio suelen salir conferencias, escritos (y, en demasiados casos, comentarios absurdamente agresivos en redes sociales) o vídeos en que establecen unas supuestas tendencias tecnológicas que lo van a cambiar todo en nuestras vidas.

¿Se acuerdan de lo revolucionario que iba a ser el 'Bring your own device'? ?Y qué me dicen de la llamada 'gamificación'? ¿O las cripto y los NFT? ¿O de la realidad virtual, la aumentada, la mixta y su enésima redefinición, el metaverso? Todas y cada una de estas tendencias coparon horas y horas de charlas de estos gurús, antes de caer en el cajón del olvido... por mucho que les pese a estos influencers de poca monta.

La mejor forma de confrontar sus vagas visiones con la realidad es escuchar a otras fuentes más fiables, en este caso, a aquellos que han de usar estas tecnologías en el seno de sus empresas. Cuando ellos y ellas son los que hablan, nos damos cuenta cómo las tendencias digitales son mucho más pragmáticas, pasando por una consolidación de soluciones que les aporten valor real a sus cuentas.

En las últimas semanas hemos podido constatar esta dualidad -el pragmatismo frente a los fuegos de artificio- en dos eventos que no podrían ser más dispares. Empecemos por FITUR, la principal feria de turismo de nuestro país, en la que la digitalización se ha hecho un hueco como argumento generalizado para ilustrar el futuro de este sector. Un evento plagado de propuestas relacionadas con el metaverso o los NFT... ligados principalmente a la publicidad y la propaganda fácil.

Sin embargo, ¿qué ocurría al hablar con los ejecutivos de las empresas hoteleras o de transporte? Que no hacían mención alguna a estos temas, sino al uso inteligente de los datos o la automatización en sus establecimientos. Primera prueba contante y sonante de que los fuegos de artificio no tienen lugar en la vida real.

Pero vayamos más allá. Estos últimos días también se celebró la reunión anual del Foro Económico Mundial, en Davos. Y allí la digitalización repitió como asunto estrella de las ponencias de los presidentes de gobierno, los mayores empresarios del globo y las mentes más brillantes. ¿Creen que el metaverso o los NFT figuraron en sus discursos? Nada más lejos de la realidad: el desarrollo de las infraestructuras digitales -como la 5G-, el impacto de la inteligencia artificial o los desafíos en ciberseguridad son los temas que de verdad figuran en la agenda pública.

Así que, queridos lectores, ya saben las dos vías de que disponen a la hora de entender los intereses digitales, de leer el presente y futuro que nos aguardan: o dejarse llevar por las promesas fáciles de grandes revoluciones sin parangón o aceptar la realidad de una madurez tecnológica progresiva. Y, de paso, recuerden una cosa: el concepto 'disrupción', prestado del inglés, tiene importantes y nada recomendables connotaciones negativas. La innovación, ya sea evolutiva o disruptiva, es la que verdaderamente ha de marcar el paso que nos guía en estos tiempos inciertos.