La actividad de innovación ha crecido sustancialmente alrededor del mundo durante más de un siglo. Impulsada por una serie de avances tecnológicos, desde el motor de combustión interna a las tecnologías de información y comunicación, la innovación se ha convertido en una de las herramientas más poderosas a nuestra disposición para avanzar en la prosperidad y bienestar general”.

Esta es la frase introductoria del estudio World Intellectual Property Report 2022 The Direction of Innovation que se centra en desgranar cómo combinar todas las decisiones individuales, empresariales, educativas y gubernamentales para decidir cuáles deben ser las oportunidades tecnológicas que se deben elegir en cada momento dado. Los autores consideran que no se trata solamente de una cuestión sobre cómo las distintas economías invierten en nuevas ideas. La clave está en cómo asignar recursos humanos y financieros en diferentes actividades de innovación de forma que puedan marcar la dirección de comunidades, países e incluso el mundo entero durante las próximas décadas.

El informe trata de dos conceptos fundamentales: el potencial de las tecnologías exponenciales y los ecosistemas complejos. Las tecnologías exponenciales incluyen, además de la inteligencia artificial, tecnologías como computación en la nube, materiales avanzados, biotecnología, cadena de bloques (blockchain), ciberseguridad, diseño digital, almacenaje de energía, energías renovables, nuevas generaciones de computación, Internet de las cosas, realidad virtual, realidad aumentada y mixta, dispositivos ponibles, reconocimiento de gestos, gemelos digitales, metaverso, computación cuántica y muchas otras.

Estas tecnologías están impulsadas por la capacidad computacional, el ancho de banda y el almacenaje de datos que facilitan su crecimiento exponencial. Además, su impacto tiende a amplificarse cuando las tecnologías se conectan por medio de plataformas abiertas y ecosistemas.

Las innovaciones exponenciales se mueven rápidamente en los contextos de frontera, haciendo que las definiciones tradicionales se difuminen y se mezclen. Esto provoca combinaciones completamente nuevas de tecnologías, tales como la biología molecular o la ciencia de materiales, permitiendo avances y causando disrupciones en una gama cada vez mayor de industrias, funciones y disciplinas. Esta habilidad para combinar y recombinar tecnologías y personas y construir sobre las innovaciones existentes es el núcleo principal de la innovación exponencial.

Una serie de métricas fundamentales confirman el decrecimiento constante de los costes de capacidad computacional, los costes de almacenaje de datos y los costes de conexión a internet. Por otra parte, el paradigma de las curvas S no se sostiene para las tecnologías exponenciales. Este paradigma plantea que, a medida que la tecnología va alcanzando sus límites naturales, tiende a verse superada por una nueva tecnología. Debido al crecimiento exponencial de las tecnologías, la convergencia acelerada y el auge imparable de las plataformas tecnológicas que facilitan ecosistemas de negocio, no se vislumbran señales de ralentización de las tecnologías exponenciales en el futuro, sino todo lo contrario.

El potencial disruptivo de estas tecnologías no tiene comparación con nada que hayamos vivido a lo largo de la historia de la humanidad. La irrupción de las tecnologías exponenciales ha incrementado la complejidad de los desafíos hasta tal nivel que resulta ya muy difícil ser un innovador o emprendedor solitario. Los desafíos actuales requieren del mejor talento multidisciplinar trabajando de forma colaborativa en equipos cada vez con más personas. Por ejemplo, diversos estudios han encontrado que, en la actualidad, el 90 % de los managers considera que la innovación abierta es un elemento crítico para alcanzar los objetivos de innovación a largo plazo. Estos estudios también estiman que el gasto relativo a la colaboración en redes crecerá un 50 % hasta el año 2025.

Estas redes son cada vez más complejas, integrando empresas, nuevas empresas (startups), incubadoras, aceleradoras, ángeles de negocios, capital riesgo, proveedores, centros tecnológicos, universidades, analistas e influenciadores de investigación, clientes, usuarios, audiencias, organizaciones sin ánimo de lucro, cuerpos profesionales y mentores, entre otros.

La combinación de los conceptos de los ecosistemas complejos y las tecnologías exponenciales pueden ser la clave que nos ayude a crear e innovar soluciones a los grandes desafíos o, como dicen algunos autores, «retos globales» que se nos presentarán en los próximos años. Los retos globales son aquellas tendencias de gran incertidumbre e impacto en la humanidad que generarán importantes desafíos en prácticamente todas las áreas de la vida.

Algunos de estos retos globales incluyen el crecimiento poblacional, la despoblación, la salud, el envejecimiento, la movilidad, la seguridad, las migraciones, las megaciudades, la escasez de recursos, los cambios ambientales y muchas otras.

*** Paco Bree es profesor de Deusto Business School