En pleno siglo XXI, la invasión de Ucrania es irremediablemente una guerra híbrida, en la que la acción militar ‘tradicional’ se complementa con acciones de contrainteligencia, ciberataques y desinformación online.

Pero hay otra cara de la moneda, mucho más amable. Y es que también la oleada de solidaridad que ha despertado esta terrible guerra está tomando una forma ‘híbrida’. Ya son más de dos millones los refugiados ucranianos que han huido de su país, y que pueden encontrar en Internet un altavoz y un canal a través del que mantenerse en contacto con sus seres queridos, informarse de la evolución de la guerra y recibir ayuda.

Ayer mismo, un convoy organizado por voluntarios de la Fundación Madrina llegó a Polonia con un enorme ‘cargamento’ de ropa de abrigo, alimentación infantil y productos de higiene, además de donaciones por más de 65.000 euros.

En la comunidad de vecinos en la que resido, en Madrid, esta fundación logró recabar productos para llenar un camión entero en menos de 24 horas. Fue emocionante ver el cariño con el que la gente entregaba sus mejores mantas, abrigos y sacos de dormir, y a través del móvil animaban a amigos y familiares a donar también.

Es solo un ejemplo de las múltiples iniciativas que se han movilizado desde todos los países europeos en los últimos días y que, gracias a la fuerza de Internet, están logrando multiplicar su impacto.

Nunca antes en la Historia un solo individuo ha tenido tal capacidad de cambiar el mundo. Una persona con 150 contactos en una red social puede alcanzar los tres millones de impactos potenciales.

Para las organizaciones del Tercer Sector, estar en la Red es un modo de generar confianza entre los donantes potenciales, de capturar la enorme solidaridad latente que existe en España y de llegar a muchísimos más beneficiarios. ¡Larga vida a Internet!

Un sector TIC responsable y comprometido

Las propias empresas tecnológicas han promovido acciones que nos reconcilian con el ser humano y nos devuelven algo de esperanza. Las grandes operadoras de telecomunicaciones en España, Telefónica, Orange, Vodafone y Grupo MASMOVIL, así como Adamo, ofrecen llamadas y SMS gratis a Ucrania.

La distribución de tarjetas SIM gratuitas, el roaming gratis, el despliegue de redes WiFi en los campos de refugiados, la activación de sistemas de donaciones por SMS para ONGs o la incorporación de canales ucranianos en los paquetes de televisión por IP, son otras de las medidas solidarias puestas en marcha por las grandes telecos europeas.

Una vez más, las empresas del sector han demostrado estar a la altura -moral, además de técnica- de las circunstancias.

Más ejemplos. La Fundación Vodafone ha donado 500.000 euros de su fondo humanitario a ONGs de República Checa, Rumanía y Hungría, incluida ACNUR, para apoyar sus actividades sobre el terreno. Orange se ha sumado a la iniciativa Madrid Futuro del Ayuntamiento de Madrid en apoyo a los desplazados ucranianos y, a través de la Operación Abrigo, anima a sus empleados y familias a entregar prendas de abrigo y material infantil.

Por su parte, la Fundación Telefónica canaliza a través de Cruz Roja Española la ayuda económica que recibe y pide a los ciudadanos que actúen como ‘influencers solidarios’, ayudando a través de sus redes sociales a que los ucranianos que viven en España localicen a sus familiares afectados por la guerra.

Las grandes plataformas tecnológicas también han querido posicionarse y colaborar con el pueblo ucraniano de distintas maneras, incluyendo, en el caso de Twitter, “la identificación y la interrupción de los intentos de amplificar la información falsa y engañosa”.

A pesar de todos los grandes problemas de nuestro mundo, me siento afortunada de vivir en el siglo XXI. El ser humano es capaz de lo peor, pero también de lo mejor. Y hoy, lunes lluvioso, no quería dejar de recordarlo.

 

***Elena de Arrieta Palacio es directora de Comunicación de DigitalES