Según la UNESCO el patrimonio cultural es “esencial para promover la paz y el desarrollo social, ambiental y económico sostenible”.  Ahí es nada.

Además, añade que “es fuente de inspiración para la creatividad y la innovación y que encierra el potencial de promover el acceso a la diversidad cultural y su disfrute, enriqueciendo el capital social, conformando un sentido de pertenencia, individual y colectivo, que ayuda a mantener la cohesión social y territorial”.

A todo esto, hay que sumarle la importancia que el patrimonio cultural tiene para el desarrollo del turismo y el impacto que éste tiene en países como España.

Según la UNESCO, España ocupa la cuarta posición a nivel mundial en patrimonio Cultural, solo por detrás de Italia, China y Alemania.

En cuanto a la percepción que se tiene de España como destino cultural a nivel mundial, un estudio realizado en 73 países por la consultora especialista en valoración de marca BAV, junto con la Warton School de la Universidad de Pensilvania, nos sitúa como el país más rico del mundo, detrás de Italia. En este este estudio se consideró patrimonio cultural como el acceso a la cultura, la riqueza histórica, la gastronomía y las atracciones culturales.

Sin duda, podemos y debemos estar muy orgullosos de nuestra riqueza cultural y su percepción, pero al mismo tiempo, preocupados y ocupados por la responsabilidad que tenemos como país (tanto los ciudadanos, como la Administración) en la conservación del patrimonio cultural heredado, la creación de nuevo patrimonio, su difusión y la accesibilidad en todo el mundo, dado que este patrimonio cultural no pertenece solo a los españoles, también es Patrimonio de la Humanidad.

Si nos centramos en las áreas de conservación, creación y difusión, el papel que juega la digitalización es simplemente imprescindible. Hoy en día, no podemos pensar en cultura y dejar de lado la digitalización.

En conservación es fundamental cuidar las condiciones medioambientales de las obras de arte, muchas de ellas, frágiles por el paso de los años. En este sentido, todos los avances en sensorización y control, ayudan a crear el ambiente óptimo de conservación. También se están aplicando tecnologías digitales que ayudan en la restauración de este patrimonio.

En la creación también es relevante el papel que juega la digitalización, por ejemplo, el gran reto al que se enfrentaban las obras de arte audiovisuales era la dificultad en garantizar su autenticidad, tema resuelto por medio de la tecnología blockchain. En la creación también es importante el desarrollo digital y una muestra de ello es la plataforma eNEM, impulsada por el Ministerio de Ciencia e Innovación y secretariada por AMETIC, cuyo objetivo es ayudar a los creadores a conocer y a utilizar tecnología digital, en la creación de sus obras.

En cuanto a la difusión y al disfrute de este patrimonio, hay muchísimos ejemplos donde hoy, gracias a la digitalización se puede disfrutar de experiencias inmersivas en museos. Por ejemplo, en el Museo Arqueológico Nacional se recrea cómo era la vida en España, en diferentes épocas de la historia, gracias a unas gafas de realidad virtual. O la posibilidad de poder pasar las hojas de los cuadernos de Goya, en la época en que estaba becado en Roma por la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Hasta hace muy poco, esto era imposible, pero ya es una realidad gracias a la tecnología de digitalización del cuaderno.

Del mismo modo, también caben destacar las visitas virtuales que se pueden realizar ya a numerosos museos, monumentos, lugares históricos y obras de arte desde cualquier lugar del mundo y en cualquier momento.

También se han podido recuperar obras de arte perdidas, aunque solo sea en formato digital.

España es líder en patrimonio cultural, seamos también líderes en desarrollo digital aplicado a la cultura, desarrollemos políticas que ayuden a los creadores, conservadores y difusores de este patrimonio a estar en la vanguardia del desarrollo digital aplicado a la cultura. Tenemos el deber de hacerlo para los casi 8.000 millones de personas que habitan el planeta.

*** Francisco Hortigüela es director general de AMETIC