Keerti Melkote, fundador, presidente y CEO de HPE Aruba.

Keerti Melkote, fundador, presidente y CEO de HPE Aruba.

Tecnológicas

“La capacidad de cómputo tiene que estar lo más cerca posible de la acción”

Keerti Melkote, fundador y CEO de HPE Aruba, explica cómo gestó la compañía de referencia en conectividad y anticipa la revolución del 'edge computing'

2 abril, 2019 07:00

La trayectoria de Keerti Melkote es digna de ser estudiada en las escuelas de negocios de todo el mundo. Perteneciente a la extraordinaria generación de grandes ingenieros informáticos de la India, que nos han dado también a Satya Nadella o Sundar Pichai, Melkote se graduó en tecnologías de almacenamiento elástico en la nube... cuando prácticamente nadie hablaba todavía de ese concepto. Su carrera tampoco fue destacable en sus inicios, ocupando distintas posiciones de responsabilidad en startups (Shasta Networks) y grandes multinacionales como Intel o Cisco. Pero poco a poco, el paso de los años iba ligando a este hombre a un área que apenas estaba en pañales: la conectividad a internet.

"El edge computing obliga a reescribir todo el software"

"A mediados de los 90, cuando todo el mundo se conectó a internet, la forma en que se diseñaban los grandes conmutadores estaba pensada para conexiones por cable. Esa era la filosofía de Cisco, con la que consiguieron dominar el mercado. Pero poco a poco fueron surgiendo las conexiones inalámbricas, que acababan con esa idea del cableado, y pensé que si conseguíamos dotar de la misma seguridad a esas conexiones sin cable que a las que pasaban por las redes locales, podríamos reemplazar el viejo modelo para siempre", explica Keerti Melkote a INNOVADORES. Dicho y hecho, porque en 2002 este ingeniero decidió dar el salto al emprendimiento y fundar Aruba Networks, hoy por hoy uno de los reyes de la conectividad a escala mundial.

"Pasé por el llamado ‘dilema del innovador’, porque entré en un negocio tradicional y asentado con algo verdaderamente disruptivo. Y lo hicimos para resolver las dos grandes barreras que tenía la conectividad inalámbrica en aquel momento: rendimiento y seguridad", comenta con la satisfacción de mirar atrás y ver los frutos cosechados. "Había un gran estereotipo, todavía hoy, de que el cable es más seguro. Y aunque no lo era, necesitábamos poder demostrarlo en una situación real", añade el directivo.

"Por eso empezamos a trabajar con campus universitarios, donde los estudiantes acudían con portátiles y no se podía establecer una red cableada al uso porque el concepto tenía que ser mobile first desde un comienzo. Ahí demostramos no sólo que la red WiFi era igual de seguridad, sino que podía escalar para dar servicio a miles de personas, a decenas de miles de dispositivos. Demostramos que podíamos balancear el ancho de banda para priorizar las aplicaciones y que esa capacidad de administración podía ser, al mismo tiempo, un elemento de seguridad adicional".

Keerti Melkote lideró la consolidación de Aruba como el player a batir en esta arena, guió su salida a Bolsa en 2007 y su posterior compra por parte de Hewlett Packard Enterprise en 2013. Desde entonces, sigue al frente de la que es la unidad de negocio más rentable (quizás la única) de la multinacional norteamericana. Y si fue pionero a la hora de vislumbrar que las principales conexiones a internet serían móviles, mucho antes de que los smartphones se hicieran imprescindibles en nuestras vidas, ahora el emprendedor estima que la próxima gran revolución será la del internet de las cosas. Nada nuevo sobre la mesa, pero nunca está de más comprobar el convencimiento que personas con tanta autoridad como Melkote tienen en este concepto tecnológico de nuevo cuño.

"Cada vez se exige tener un menor tiempo de respuesta para determinados procesos, hacer las cosas en milisegundos. Para ello, necesitas el procesamiento en el extremo, el conocido como edge computing. Cuanto más cerca tengas la capacidad de cómputo de la acción, más rápido podrá reaccionar. Se trata de borrar barreras físicas, y que los dispositivos conectados hagan de filtro sobre los patrones aprendidos. Luego, el aprendizaje profundo seguirá sucediendo en la nube o en los centros de datos de las empresas», detalla el directivo.

"Se trata de ir hacia un modelo híbrido, no creo que el edge computing acabe con los sistemas tradicionales. Pero sí que acelerará el pretratamiento de esos datos o su preanálisis, por ejemplo, identificando posibles amenazas de ciberseguridad que posteriormente pueden ser tratadas en la nube".

Aruba, que se encuentra en una particular transición de un modelo de negocio basado en el hardware hacia otro más ligado a los servicios y el software , está sustentando gran parte de esta pivotación en la inteligencia artificial. "Todos nuestros productos son definidos por software, pero es cierto que la inteligencia artificial abre un nuevo campo de actividad. Por lo pronto, estamos usando la IA para la planificación y gestión de la capacidad de las redes, prediciendo dónde va a haber un aumento del tráfico en ciertas áreas de la red y haciendo que el sistema se adapte de manera proactiva", afirma el fundador indio. "También usamos el aprendizaje profundo para mejorar la seguridad y para mejorar la experiencia de usuario, comprendiendo mejor qué aplicaciones se utilizan y cómo se hace".

Con alguien con Keerti Melkote enfrente, uno no puede dejar pasar la oportunidad de conocer sus predicciones de cada a los próximos cinco, diez, quince años. "Creo que estamos a punto de ver toda una revolución del internet de las cosas, con dispositivos cada vez más sofisticados y que impulsarán modelos de software nuevos. Hasta ahora, el desarrollo de aplicaciones se basaba en la nube, esto es, en una capacidad teóricamente infinita de procesamiento. Pero con el IoT y el edge computing, veremos cómo hay que rediseñarlo todo para que pueda ser ejecutado en las arquitecturas limitadas de los dispositivos móviles o los propios sensores", anticipa el fundador de Aruba.

Muy redes... y mucho redes

Keerti Melkote considera que las conexiones a Internet tienen mucho que ofrecer todavía, más allá del servicio base que todos conocemos. En su opinión, las empresas podrán sustentar en estas redes nuevas propuestas comerciales y para empleados en tiempo real, ofrecer experiencias personalizadas en vivo a clientes de un comercio o abstraernos del espacio físico para vivir procesos sin fricción en distintos entornos.