El nuevo ejecutivo catalán no es "ni independentista ni tecnológico", afirmó Puigneró en su cuenta de Twitter poco después de darse a conocer que ningún nuevo conseller asumiría el departamento que él tanto había mimado.

A partir de ahora será la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, la que incorpora las políticas digitales a su ámbito de actuación.

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Ahora bien, el simple hecho de prescindir de una consejería con estrategia propia en asuntos relacionados con la transformación digital de la región ya da una idea del rumbo incierto que podrían tomar esos asuntos.

Puigneró, declarado independentista y defensor del exiliado Carles Puigdemont, era un peso pesado en Junts per Catalunya y, como tal, impulsó desde su conselleria algunos de los proyectos estrella del gobierno de coalición, relacionados la mayoría con la tecnología y que ahora quedan en un limbo.

AIna es uno de ellos. Creado con la intención de potenciar el catalán hablado en las nuevas tecnologías. Junto al Barcelona Supercomputing Center (BSC) y el gobierno de las Islas Baleares, el proyecto está recogiendo millones de horas de voz en catalán de personas de todos los géneros, edades, variedades dialectales y registros para que las máquinas entiendan catalán.

Puigneró aprovechó su visita a Nueva York en abril de este año, su primer acto público como vicepresidente del gobierno, para proyectar AIna en las pantallas gigantes de Times Square, y darle así un impulso de impacto a nivel internacional.

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También fue Puigneró quien desplegó con éxito la fibra óptica en todo el territorio autonómico y puso en marcha el primer nanosatélite catalán -el Enxaneta- en marzo del año pasado. El exconseller tenía claro que "la revolución digital será el nuevo ascensor social de este país", como afirmó poco después de tomar posesión de su cargo, en mayo de 2021.

Entre sus objetivos estratégicos estaba que Cataluña liderara campos como el de la ciberseguridad, el blockchain -con la Girona de Puigdemont como 'capital'-, el 5G o la inteligencia artificial.

"La digitalización es el quinto poder", afirmó en numerosas ocasiones. Su formación de ingeniero informático le aportaba la seguridad que esgrimió en el ámbito tecnológico durante sus meses de conseller.

Político de perfil discreto dentro del gobierno y del propio partido, Puigneró empezó a mostrar unas discrepancias con el socio de coalición, ERC, el pasado verano, justo después de que Junts per Cataluña celebrara su congreso y decidiera endurecer la oposición a los republicanos.

Más críticas a la decisión

Lo curioso es que las políticas digitales no parecen ser el motivo de este enfrentamiento, a pesar de que han sido perjudicadas al haberse fulminado la consejería.

Este cambio le conllevó la destitución y con él parece haber acabado el entusiasmo por hacer de Cataluña un territorio digital y tecnológicamente avanzado.

Pero no solo Puigneró denuncia el abandono de las políticas digitales, también Laura Borrás, presidenta de Junts per Cataluña y cesada en julio de este año como presidenta del Parlamento catalán, ha manifestado este lunes que con el nuevo gobierno catalán pasa de "república digital a autonomía analógica".

Cabe mencionar que, al menos, la estrategia digital de Cataluña no sólo depende de las políticas de la Generalitat, ya que el ecosistema tecnológico e innovador catalán -centros tecnológicos como Eurecat, universidades, empresas como MWC...- pasa por ser uno de los más potentes del país.

Habrá que seguir de cerca si las políticas impulsadas por Puigneró tienen continuidad sin su figura y sin una consejería dedicada expresamente a ello.