No hubo críticas, pero sí cierta decepción. Muchos eran los que veían a Canarias como favorita, como sucedió con Granada y sus aspiraciones de albergar una sede de la Agencia Estatal de Supervisión de la Inteligencia Artificial que finalmente marchó a La Coruña.

En territorio canario veían el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) como uno de los principales puntales, junto con otras iniciativas que habían ido surgiendo al calor del crecimiento de un sector, el aeroespacial, con un gran potencial tecnológico.

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Hay muchos frentes abiertos, eso sí, pero van todos en la misma dirección. Diferentes armas para un ataque pacífico en busca de una posición dominante o, al menos, clave a nivel nacional en el sector aeroespacial.

La estrategia

El pasado año se presentó la estrategia Canarias Geo Innovation 2030. Esta hoja de ruta busca "convertir a la isla en referencia internacional dentro de la experimentación y el desarrollo de tecnologías aeroespaciales", según se explicó el día de su presentación.

El eje de esta estrategia lo colocó en su día el gobierno regional en la isla de Fuerteventura. Allí, la construcción de un estratopuerto (un aeropuerto para pseudosatélites), un parque tecnológico relacionado con el sector y un centro de control de aviones no tripulados constituyen el grueso de la apuesta canaria por la tecnología aplicada a la navegación aérea.

Canarias Geo Innovation 2030 "debe consolidarse a medio y largo plazo, por lo que su éxito sólo es posible con la colaboración y cooperación generosa de todos y todas, más allá de los intereses personales o políticos", llegó a resaltar el ex presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres.

Lo cierto es que el nuevo ejecutivo canario no ha dado muestras de que vaya a poner palos en las ruedas en una estrategia ya iniciada o en proyectos como los mencionados.

No en vano, el estratopuerto permitirá lanzar pseudosatélites a gran altitud, por encima de los veinte kilómetros para aprovechar una tecnología dotada de una gran resolución, lo que permitirá una visión global, desde la evolución de la biodiversidad hasta el movimiento de personas, la prevención de emergencias y cualquier otro aspecto.

Por su parte, el centro de control de aviones no tripulados facilitará el seguimiento de drones y otros aparatos tecnológicamente avanzados. Y, por último, el parque tecnológico se ha concebido como un polo de atracción y retención de inversiones internacionales y, sobre todo, del talento formado en las islas.

Potenciar el clúster

Como decíamos, la voluntad del nuevo gobierno canario de seguir con la apuesta regional por el sector aeroespacial es total.

Así lo demuestra el hecho de la colaboración entre el ejecutivo de Fernando Clavijo con el Clúster Aeroespacial. En la recta final de 2023, se formalizó un convenio entre las dos instituciones "para convertir al archipiélago en un referente a escala internacional".

El gobierno de Canarias y el sector aeronáutico y aeroespacial pretenden aprovechar las condiciones meteorológicas, orográficas y la situación oceánica del archipiélago, así como el potencial de sus prestigiosos centros de investigación, "para generar valor y convertir a las islas en motores de cambio, atrayendo a nuevas empresas tecnológicas que generen empleo".

"Canarias cuenta con unas capacidades aeroespaciales propias, por nuestra posición geoestratégica y nuestro entorno natural único, que nos convierten en un territorio ideal para el presente y el futuro del sector espacial a nivel nacional e internacional", ha destacado Pablo Rodríguez, consejero de Obras Públicas, Vivienda y Movilidad.

Esta consejería establecerá con el sector procedimientos estables de cooperación para el desarrollo de proyectos tecnológicos, la mejora y expansión de las infraestructuras aeroportuarias actuales para albergar mayor actividad de investigación y desarrollo, y establecer una coordinación entre la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y organismos europeos para alinear regulaciones y garantizar estándares de seguridad.

María Fernández, directora general de Transportes, también habla del PERTE Aeroespacial, el proyecto estratégico del Gobierno estatal para el sector, que contempla entre sus objetivos la capacitación de la industria en tecnologías y sistemas cero emisiones, así como el desarrollo de infraestructuras aeronáuticas para cumplir los requisitos del reglamento del cielo único europeo.

"Hoy el PERTE Aeroespacial tiene 4.500 millones de inversión. Es una industria que genera en toda España casi 200.000 puestos de trabajo cualificados, una verdadera oportunidad para Canarias", ha destacado Fernández.

Lo que falta, reconoce, "es el impulso, para que Canarias tenga las condiciones adecuadas para optar a cualquier candidatura, como la que se llevó Sevilla hace unos años como sede de la agencia". Lo dicho, ese halo de decepción que activó resortes.

Mirando al futuro

Además de asentar estrategias, proyectos y convenios de colaboración con actores clave, parece fundamental también que las ideas no dejen de aparecer. En este sentido, la implicación de todos los estamentos de Canarias es total, como decíamos.

Y un buen ejemplo es el del Cabildo de Tenerife. Esta institución provincial (lo que sería una diputación en la península) ha tomado la iniciativa para la construcción de un centro de control de satélites de telecomunicaciones, el CanarySat.

Lo ha hecho de la mano de la empresa Arquimea. Con una inversión prevista de 300 millones de euros, CanarySat espera contar con inversores que busquen participar en un proyecto tecnológico con un alto potencial de crecimiento. Estará instalado en el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) y la inversión incluirá un telepuerto que conectará con Canalink, el operador neutro de comunicaciones. 

La presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, además de hablar del objetivo común de convertir a la región -en este caso a Tenerife- "en el epicentro del desarrollo tecnológico de Canarias, salvando las distancias en kilómetros que antes nos alejaban de los centros más desarrollados del planeta", añade otra arma a ese ataque con el que se buscar ser referencia en el sector: los incentivos fiscales. 

El CEO de Arquimea, Manuel García-Sañudo, ha explicado que el proyecto se inicia con una primera fase, "en la que está prevista la construcción del centro de control de satélites, así como un telepuerto, que operará satélites de terceros y prestará servicios de subida/bajada de datos satelitales, hosting de antenas y control y almacenamiento seguro de datos".

En la segunda fase, se llevará a cabo la construcción, puesta en órbita y comercialización de la capacidad de una red propia de 66 satélites de comunicaciones en banda ancha. De esta forma, CanarySat podrá ofrecer servicios globales, seguros y de calidad al contar en las islas con la infraestructura y capacidad necesarias del segmento terreno y del segmento espacial.

Se estima que el proyecto de CanarySat generará alrededor de 100 nuevos empleos directos e indirectos de alta cualificación y atraerá empresas de alto valor añadido.