Imagen de un lanzamiento de SpaceX.

Imagen de un lanzamiento de SpaceX.

América Tech A FONDO

El futuro espacial despega en Los Angeles: la meca del cine atrae a los grandes nombres de la industria

SpaceX y Virgin Orbit son algunas de las empresas privadas aeroespaciales que han apostado por asentar sus bases en la ciudad californiana.

13 febrero, 2022 04:43
Los Angeles (EEUU)

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De la meca del cine a la meca del futuro aeroespacial. Los Ángeles se ha convertido en un enclave importante para el desarrollo de la industria espacial privada. La NASA aprovecha el auge de sus alianzas con el sector privado para ahorrar capital, minimizar riesgos y propulsar una industria que ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años gracias a este puente que la agencia pública ha tendido al sector privado.

Un claro ejemplo de esta apuesta por la alianza del sector público con el privado se deja ver reflejada en el reciente anuncio de la NASA. La agencia espacial estadounidense destinará hasta 300 millones de dólares en contratos privados para propulsar nuevos lanzamientos en los próximos cinco años.

“Con este tipo de contratos, que son tremendamente flexibles, podremos cumplir con una gran variedad de objetivos científicos y tecnológicos de la NASA”, celebraba Bradley Smith, director del servicio de lanzamientos de la NASA en el comunicado de la agencia. “Podremos aumentar la reputación de nuestro Programa de Servicio de Lanzamientos que convertirán a la Tierra en un puente de conexión hacia el espacio”.

Ana Rivera, project manager de esta división de la NASA, lleva 15 años en la agencia espacial de Estados Unidos y 12 en el Programa de Servicio de Lanzamientos. “Las 12 empresas seleccionadas pasan a tener la oportunidad de pujar para obtener contratos con la NASA cuando necesitemos proyectos de lanzamiento”, comenta Rivera a D+I. “En este caso nos enfocamos en misiones clasificadas como tipo “D”, es decir, en las que podemos arriesgarnos un poco más”.

Este programa permitirá el lanzamiento, por ejemplo, de nanosatélites “con los que podemos llevar a cabo más experimentos científicos en un formato de pequeñas dimensiones”, confirma Rivera. La NASA deja la puerta abierta a nuevas compañías que, disponiendo de la tecnología necesaria, puedan sumarse al programa.   

De Los Ángeles al espacio

En el mencionado anuncio de la NASA destaca la cantidad de empresas localizadas en el condado de Los Ángeles: ABL Space Systems (El Segundo), Astra Space Inc. (Alameda), Relativity Space Inc. (Long Beach), Rocket Lab USA Inc. (Long Beach) y, las más conocidas del sector, SpaceX (Hawthorne) y Virgin Orbit LLC (Long Beach). Las seis empresas restantes que forman parte de esta contratación se encuentran repartidas en los estados de Florida, Texas y Arizona.

El hecho de que el nuevo contrato de la NASA refleje un 50% de empresas angelinas no es casual, ya que Los Ángeles se ha convertido en un centro importante para la industria aeroespacial. En la región ha aumentado el número de ingenieros de manera considerable y los programas aeronáuticos de universidades como UCLA y USC permiten que los jóvenes universitarios encuentren oportunidades inmediatas dentro de este sector. 

Otro factor clave es, sin duda alguna, el clima favorable del sur de California. Por último, Los Ángeles cuenta con un currículum importante en la historia de la aviación. Durante la Segunda Guerra Mundial la industria creció exponencialmente debido a su situación estratégica y a la gran disponibilidad de tierras. 

“Los Ángeles es un lugar magnífico para lanzar una compañía espacial“, comenta Dan Piermont, CEO de ABL Space Systems, una de las empresas involucradas en el nuevo contrato de la NASA. “Hay muchos expertos capacitados, con gran diversidad y un importante historial en la industria”.

La startup, fundada en el año 2017, se dedica a la fabricación de cohetes y al lanzamiento de satélites pequeños. Lo que más llama la atención de esta innovadora empresa aeroespacial es el hecho de que la fabricación de los componentes se realice principalmente a través de la impresión 3D.

“Usamos tecnología de impresión 3D para algunas partes específicas de los motores que poseen geometrías difíciles o imposibles de crear con máquinas CNC. Hay otras maneras de fabricar estos componentes, pero toma mucho más tiempo y dinero. La impresión 3D nos permite ir más rápido”, confirma Dan Piermont a D+I. 

La portabilidad de los componentes de ABL Space Systems permite que los lanzamientos de los cohetes se puedan llevar a cabo prácticamente desde cualquier lugar. La empresa usa contenedores en los que transporta todos sus materiales y su personal puede operar los lanzamientos desde los mismos contenedores.

La NASA no es su único cliente clave, ya que ABL pone sus servicios a disposición de otros sectores como el privado, el civil y el de defensa, lo que amplía considerablemente su abanico comercial.

La impresión 3D

Rocket Lab es otra empresa aeroespacial que apuesta fuertemente por la tecnología 3D. Con un historial de 109 lanzamientos hasta la fecha, la compañía está revolucionando el sector con su motor Rutherford impreso en 3D, del cual ya lleva más de cien réplicas creadas. El motor va incorporado en su cohete ‘Electron’.

Uno de los retos de la industria es acelerar la fabricación de los cohetes y una vez más la tecnología 3D parece ser la solución al problema. Así lo concibió la startup Relativity Space. Considerada como la versión low-cost de SpaceX, es capaz de producir cohetes en menos de 60 días gracias a enormes impresoras 3D. Se trata de la primera compañía del mundo en lograr el hito de imprimir un cohete en 3D en tan poco tiempo, pero sus objetivos son ambiciosos y aspiran a reducir aún más el periodo de producción.

Astra Space empezaba su aventura espacial con mal pie, al tener que cancelar su primer lanzamiento con la NASA el pasado 7 de febrero debido a un error en el sistema de radares. El lanzamiento frustrado no supondrá un lastre en el contrato de cinco años con la NASA, puesto que este tipo de situaciones están contempladas.

Fundada en 2016, la startup se convertía el año pasado en la primera compañía de la historia en lograr un lanzamiento en apenas cinco años desde su fundación. Otro hito en su historial: Astra es la primera empresa aeroespacial de lanzamientos en salir en bolsa. 

La NASA brinda una oportunidad única a las startups para desarrollar y mejorar su tecnología, pero no deja de impulsar a los pesos pesados. Virgin Orbit, fundada por el multimillonario Richard Branson, cuenta con más experiencia en este espacio (y nunca mejor dicho). Recientemente, la compañía completaba su tercer lanzamiento exitoso en menos de un año y ya ha puesto en órbita más de 26 satélites, de los cuales 13 han sido satélites de la NASA.

Por su parte, SpaceX, fundada por Elon Musk, puede presumir en esta competición de lanzamiento de satélites contra su rival Virgin Orbit. El programa privado Starlink, para extender el acceso a Internet en todos los rincones del planeta, suma más de 1.900 satélites lanzados al espacio en apenas cuatro años. La compañía aeroespacial de Musk tiene previsto lanzar 52 misiones en este año, es decir, una media de un lanzamiento a la semana. 

Los Ángeles cuenta con un importante trasfondo en la industria de la aviación y ahora ha fijado su meta más allá de las nubes.