Karla Valdivieso, directora ejecutiva y fundadora de Shappi.

Karla Valdivieso, directora ejecutiva y fundadora de Shappi.

América Tech

Shappi: así es la idea de una ecuatoriana para que el comercio internacional quepa en una maleta de cabina

La startup de Karla Valdivieso permite adquirir bienes de Estados Unidos desde América Latina poniendo en contacto al viajero y al comprador.

24 octubre, 2021 05:30
Miami

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Karla Valdivieso (Cuenca, Ecuador, 1988) ha vivido siempre entre su país natal y Estados Unidos. Llegó a Baltimore con 12 años, donde estuvo hasta los 18. Cursó sus estudios universitarios entre ambos países y en Guayaquil consiguió su primer trabajo.

Hija de chef y madre con múltiples empleos, ser freelance y buscarse la vida forman parte de su cultura. Así fue cómo creó su primera empresa, una agencia de marketing con 15 personas en plantilla. “Quería que el talento de Latam impactase en Estados Unidos”, explica. Comenzó a dar servicios a más de 50 startups. Era la primera ola de la economía colaborativa (sharing economy). Era la época de Airbnb y Uber y tenía ganas de emprender en tecnología.

Entre tanta ida y venida observó una tendencia: gran cantidad de viajeros volvían de Estados Unidos con encargos para amigos. No se trataba de un porte para importar productos, sino un viaje de placer en el que se hacía un favor a un amigo.

En su mayoría, las peticiones solían ser gadgets, sobre todo teléfonos de última generación. Se trata de aparatos que, o bien no se venden en otras regiones, o bien tienen precios que los hacen poco accesibles.

Ese fue el germen de Shappi, su actual startup. Permite que ciudadanos de Ecuador –pronto también de Colombia y más adelante del resto de América Latina– disfruten de los productos del mercado estadounidense. 

Gadgets, calzado y productos de salud

En general, el perfil del usuario más común de Shappi es un hombre de entre 24 y 34 años entusiasta de la tecnología. “Suelen ser los denominados early adopters, pero que no tienen acceso a este tipo de dispositivos”, matiza la directiva para referirse a los primeros compradores de nuevos productos. También es frecuente la compra de calzado, ropa y algunos artículos de salud.

Valdivieso deja claro que no pretenden competir con tiendas locales de Ecuador, ni tampoco convertirse en importadores. Tiene muy en cuenta las limitaciones aduaneras. “No estamos incentivando el comercio irresponsable, sino el acceso a bienes de consumo de calidad aprovechando un viaje que ya se iba a realizar y un espacio que ya existía en la maleta”, explica. 

En el modelo de Shappi se cobra un recargo por la gestión, de modo que el viajero recibe una compensación económica. Valdivieso explica que el funcionamiento quiere asemejarse al de Uber: un usuario solicita un producto y un viajero que tenía un viaje previsto acepta la petición. El propio consumidor hace la compra online y lo manda a la dirección consensuada entre ambos. 

“Entras en Shappi y dices lo que necesitas. Sólo se aceptan compras en tiendas de excelente reputación. Es algo que contrastamos. Después de hacer el ingreso y la solicitud, se incluye una comisión por el desplazamiento”, detalla.

Tamaño y perfil

Uno de los puntos que más repite la CEO y fundadora de esta startup durante la conversación es la necesidad de generar confianza. Un ejemplo de ello es que se procuran dar las dimensiones y peso del envío por adelantado para evitar sorpresas. “Los viajeros saben de antemano la procedencia del paquete”, subraya.

El plazo habitual desde la compra hasta que se tiene el producto en mano oscila entre una y dos semanas. Un plazo que, a medida que tengan más tracción, esperan acortar.

Valdivieso, que vive en San Diego, ya ha conseguido una ronda semilla de un millón de dólares. Antes, pasó por el programa de aceleración de Snap, la compañía que está detrás de Snapchat. Con esta inversión quiere ampliar el equipo y demostrar que su modelo se puede ejecutar en toda América Latina.