Radar LTR25 de Indra.

Radar LTR25 de Indra.

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Invertia

Digitalización frente a las amenazas: el Ejército del Aire se refuerza con el radar de vigilancia aérea más avanzado

El LTR25 fabricado por Indra presenta un alto nivel de digitalización y un tamaño reducido que permite su operación y despliegue de forma rápida en cualquier teatro de operaciones.

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La innovación es una de las palancas de cambio más potentes para el mundo y para la sociedad. Pero el potencial que lleva implícito el concepto también sirve para que, en todo lo que respecta a la seguridad, las amenazas a las que hacen frente las naciones sean cada vez más sofisticadas. La respuesta es ir por delante, algo a lo que compañías como Indra dedican un notable esfuerzo para diseñar, desplegar y poner en funcionamiento sistemas capaces de contribuir a la Defensa mediante instrumentos disruptivos y cada vez más eficientes.

Es el caso del nuevo Lanza-T, también denominado LTR25, el último radar móvil de la compañía. Este dispositivo, capaz de ser transportado en camiones militares o en aviones como el A400M o el C-130 Hércules, representa el último salto evolutivo que recoge toda la experiencia de Indra en la fabricación de radares, campo en el que es una de las mayores empresas de Europa, exportando sus productos a los cinco continentes y siendo un actor clave en este ecosistema.

El Grupo Móvil de Control Aéreo (GRUMOCA) del Ejército del Aire y del Espacio, con base en el Acuartelamiento de Tablada, en Sevilla, opera desde octubre la última versión del LTR25 (Long-range Tactical Radar). Con ello, refuerza sus capacidades y se sitúa a la vanguardia incorporando uno de los sistemas más avanzados para mantener la autonomía estratégica en defensa aérea del ejército español en base a las características avanzadas del dispositivo. Está previsto que este mismo equipo reciba una segunda unidad próximamente.

La incorporación de estos dispositivos de última generación se enmarca dentro de un proceso de modernización continua del sistema de vigilancia y control aéreo del Ejército del Aire y del Espacio. De acuerdo con esta meta, Indra implantará cinco radares: cuatro de largo alcance fijos Lanza 3D LRR (Long Range Radar) y un radar desplegable Lanza 3D LTR25 (Long-range Tactical Radar). Este programa de actualización de las capacidades del Ejército también incluye los desarrollos tecnológicos que permitirán actualizar en el futuro los sistemas Lanza 3D en servicio distribuidos por todo el país para extender su vida operativa y mejorar sus prestaciones para hacer frente a las nuevas amenazas.

Digitalización avanzada frente a nuevas amenazas

Esta última versión del LTR25 va un paso más allá de la tecnología previa por su mayor alcance operativo y unas prestaciones que lo hacen especialmente útil frente a los drones, misiles balísticos o cazas de quinta generación, diseñados para volar sin ser detectados. Este radar 3D, además, destaca por su tamaño reducido, algo que no le resta capacidades frente a sistemas fijos de alerta temprana y le confiere una movilidad extraordinaria que también hace posible su rápido despliegue sobre el terreno.

Otra de las características que redundan en su valor es su apuesta por la digitalización. Representa otro de los puntos más avanzados en su tarjeta de presentación. Es una manera de ampliar su potencial, conferir una mayor fiabilidad y durabilidad, así como dotarlo de flexibilidad y de un mantenimiento y un manejo más sencillo. De hecho, dentro del sector, se señala este modelo de Indra como el principal exponente de una nueva categoría, los radares definidos por software.

Gracias a ello, entre sus ventajas, además de esta versatilidad para actuar lo más próximo posible a la generación y recepción de las señales, se encuentra la capacidad de evolucionar el sistema de una manera más cómoda. Dado que el desarrollo casi exponencial de la tecnología hace que las amenazas a las que se enfrentan los ejércitos sean también cada vez más avanzadas, la capacidad para incrementar sus capacidades es clave para hacer frente a todas las novedades. En los últimos tiempos, sin ir más lejos, hemos asistido a cómo el uso de drones en combate, capaces de volar a alturas muy reducidas y por tanto, complicando su detección, han puesto a prueba los sistemas de detección y han hecho cada vez más necesario contar con mecanismos multipropósito, como este LTR25 recién adquirido por el GRUMOCA.

Proyección internacional

Además, la posibilidad de adaptar el dispositivo a las necesidades específicas del cliente también es otra de las ventajas. En este caso, Indra ha entregado a Defensa una versión con requisitos adicionales solicitados para operar de forma óptima allá donde está desplegado este grupo. Pero eso también es otro argumento para atraer la atención de cuerpos defensivos internacionales como la OTAN o la Fuerza Aérea de Reino Unido, que en su día se hicieron con este modelo tras superar procesos de licitación muy exigentes en los que participaron otros grandes actores dentro del sector.

Actualmente, este dispositivo se usa por parte de la OTAN, según cita Indra, para proteger las fronteras europeas en Rumanía, país que comparte frontera con Ucrania. Pero dado que esta familia de radares Lanza sigue evolucionando e incrementando sus prestaciones, es previsible que este modelo recién estrenado siga marcando la diferencia en la tarea de proteger los cielos allá donde sea necesario.

Se trata de un nuevo éxito de Indra que perpetúa su dedicación a crear soluciones de última generación en los que la innovación y la digitalización se ponen al servicio de un mundo más seguro y en el que cada desafío encuentra una respuesta óptima y eficiente.