Alfonso Trallero./

Alfonso Trallero./ David Morales

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Alfonso Trallero, experto en derecho penal económico: "Las empresas españolas tienen bien asimilado el 'compliance'"

"Ha habido un excesivo crecimiento de la regulación penal económica", afirma este abogado de referencia, cuyo bufete se acaba de integrar en Ontier.

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"En los últimos años he visto un excesivo crecimiento de la regulación penal económica. Hoy en día cualquier asunto lleva aparejado el blanqueo de capitales y la organización criminal. Eso no puede ser", afirma Alfonso Trallero Masó, abogado de referencia dentro del derecho penal financiero y socioeconómico y fundador del bufete que lleva su nombre, que se acaba de integrar en Ontier.

Distinguido como "Mejor Abogado" en criminal defence por el directorio internacional Best Lawyers (único que lleva a cabo su selección a partir exclusivamente de las menciones de otros abogados) y uno de los letrados españoles más recomendados por otros directorios internacionales como Chambers o Leaders League, Trallero es discípulo del catedrático Miguel Bajo, pionero del derecho penal económico, con el que empezó a trabajar en 1991.

Experto en litigios complejos y resolución de conflictos de empresas, patrimonios y directivos, Trallero ha intervenido en algunos de los procesos penales más conocidos en nuestro país, como el caso Bárcenas, y defendió con éxito al exministro de Gobernación de Guatemala Carlos Vielmann. Es colaborador del World Justice Project y participa en proyectos internacionales en defensa de los derechos humanos.

Trallero explica la integración de su bufete en Ontier desde el punto de partida de "una afinidad absoluta dentro de una filosofía profesional muy parecida".

"Las integraciones son una tendencia inevitable", asegura. "Los despachos de penal habíamos resistido la ola de integraciones que se ha estado produciendo en otras áreas del derecho por nuestra propia especialidad, en la que el cliente busca a un abogado que esté realmente encima del caso. Y eso ha permitido que los despachos penalistas subsistamos con independencia durante más tiempo que otros. Pero hace falta cada vez más volumen para atender las diferentes necesidades de los clientes, para implementar soluciones tecnológicas avanzadas, por ejemplo, la inteligencia artificial, que ya es y va a seguir siendo fundamental en los servicios penales".

¿Por qué desde hace unos años se vive una eclosión del derecho penal económico?

El derecho penal atrae mucho foco desde siempre porque es el derecho más conectado a las pulsiones del ser humano. Y el derecho penal económico ha crecido mucho en las últimas décadas -y seguirá haciéndolo- porque la sociedad española ha pasado de una situación postindustrial a una sociedad en donde la eclosión de lo financiero, de lo económico, de lo socioeconómico es brutal. Estamos en una sociedad moderna en la que hay una tentación de muchos ciudadanos de hacer las cosas indebidamente y muchos resortes que antes no había para juzgar y depurar esas conductas. 

¿Qué opinión le merece la actual regulación de los delitos económicos en el ordenamiento español?

El problema es que el legislador penal, como el legislador en general, siempre va detrás de la realidad social. Cuando introduce una regulación, las cosas ya se han producido. Y a veces intenta combinar la urgencia de dar respuesta a conductas que se están produciendo, o que llevan produciéndose un tiempo, de la primera forma que se le ocurre, en vez de tener una visión de largo plazo que ponga el foco en cómo van a evolucionar los fenómenos criminales para hacer una legislación acorde. Esta situación coincide con una pérdida de calidad del legislador en las últimas legislaturas. Pérdida de calidad que, además, es progresiva, la forma de legislar es cada vez es más deficiente: a nivel gramatical, a nivel conceptual, con muchas remisiones y reenvíos a otras normas, lo que complica extraordinariamente la interpretación.

"La forma de legislar es cada vez más deficiente: a nivel gramatical, a nivel conceptual, con remisiones y reenvíos a otras normas"

Y hay un problema de inserción de culturas jurídicas diferentes. En España, la globalización ha llegado también a la regulación, lo que significa que la cultura anglosajona y otras culturas, que tienen una forma de entender el Derecho completamente distinta a la continental, han permeado y han introducido sus exigencias de legislación para unificarla con la continental. De este modo, se producen híbridos -el derecho de la Unión Europea es un ejemplo clarísimo- entre la forma en que hemos legislado siempre aquí y la manera en que se empieza a legislar desde hace unos años por esa necesidad de armonizar el ordenamiento con otros países y, sobre todo, con lo anglosajón.

Por ejemplo, la regulación del blanqueo de capitales es fruto de las exigencias de los organismos reguladores europeos e internacionales con una predominancia absoluta de lo anglosajón, porque Estados Unidos quería atar en corto los riesgos de blanqueo que se producen en la delincuencia transnacional. Ese modelo, con su propia redacción y sus propias estructuras de creación jurídica, es aceptado por otros países con tradiciones e instituciones jurídicas muy diferentes.

Alfonso Trallero./

Alfonso Trallero./ David Morales

La interpretación y el entendimiento de lo que quiere el legislador se han vuelto más complejos.

En los últimos años he visto un excesivo crecimiento de la regulación penal económica. Se introdujeron el blanqueo de capitales y los delitos de organización criminal, y uno pensaba que iban a ser concurrentes ocasionalmente con otros tipos de delitos socioeconómicos. Es decir, que iba a haber blanqueo en algunas ocasiones, o que iba a haber organización criminal en otras. Pero no que fuera a haber blanqueo y organización criminal en todas las ocasiones. Hoy en día cualquier asunto de derecho penal económico lleva aparejado el blanqueo y la organización criminal. Han hecho unos tipos tan amplios, tan omnicomprensivos, que todos los jueces que investigan los meten. Eso no puede ser. No puede ser que todo sea organización criminal y todo sea blanqueo, porque, si fuera así, algo estamos haciendo mal. Los tipos delictivos están para sancionar las conductas más contrarias a la convivencia social. Pero cuando una figura delictiva está en todos los procedimientos, o bien el legislador ha ampliado demasiado el campo del tipo -cosa que no es lo que tiene que buscar un legislador penal- o bien es que hay un fallo grave en la sociedad.

Si usted fuera banquero o empresario, ¿con qué tendría cuidado?

Con muchas cosas. Por supuesto, con evitar que tus estructuras financieras puedan ser utilizadas por terceros para la comisión de hechos delictivos. Te tienes que preocupar de que tu propia organización, tus empleados, tus socios, y desde luego tú mismo, no hagáis nada que atente contra principios básicos de la convivencia de una sociedad del siglo XXI. Por ejemplo, tienes que preocuparte por que haya un respeto absoluto a la intimidad de las personas, por cómo se manejan los big data, por el uso de la inteligencia artificial.

¿Diría que las empresas y bancos españoles tienen bien asimilados los modelos de compliance?

Creo que sí. Como en todo, hay excepciones. Pero en general, sí. Y desde hace años. A veces hay problemas de gestión de todas las obligaciones de cumplimiento que tienen las empresas, obligaciones que suponen un esfuerzo grande que no es subvencionado ni soportado por el Estado de ninguna manera, con lo cual son todo obligaciones y ningún apoyo. Pero no les queda más remedio porque, si no, están en el disparadero del incumplimiento y de las gravísimas sanciones que se contemplan no solo en el derecho penal, sino también en el derecho administrativo sancionador.

"Las obligaciones de cumplimiento normativo suponen a las empresas un esfuerzo grande que no es subvencionado ni soportado por el Estado" 

¿Estamos bien armados frente a la corrupción política? Uno querría pensar que se ha aprendido de Filesa, Roldán, Gürtel....Pero no: siguen surgiendo escándalos.

En mi opinión, hay dos factores a tener en cuenta. Primero, la calidad de la forma de llegar a los cargos políticos. Es un sistema extraordinariamente deficiente. La partitocracia no garantiza la meritocracia: solo garantiza que el fiel, el servil, el que hace siempre la ola al líder vaya subiendo. Y eso produce resultados evidentes. Gente inexperta en sitios tan altos como se ven, llama la atención. El estar en un partido toda la vida, no haber peleado por crear tu empresa, por apoyar a otros emprendedores o a otras personas trabajadoras como tú, no me parece un buen sistema para generar líderes como los que necesitamos. Y hay un segundo problema: la sensación de impunidad. Acton dijo que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Y es así. Cuando uno está en el poder y toda la gente de alrededor lo único que te dice es lo bueno que eres y lo bien que lo haces, te acabas creyendo que nunca te equivocas, que nunca lo haces mal. Tenemos ejemplos muy claros ahora mismo en nuestro entorno. ¿Cuándo pide un político perdón por los errores que comete? Nunca piden perdón, siempre es fallo y culpa del otro. Normativamente tenemos instrumentos contra la corrupción. Los ciudadanos se quejan con razón de que se tarda en aplicar esos instrumentos. Pero es que el procedimiento penal exige unas garantías y las garantías requieren tiempo.